Pasadas las 5.30 de la madrugada del domingo, y tras un viaje desde Polonia de 29 horas de duración, el autobús fletado por el empresario Carlos Alonso para traer refugiados de Ucrania llegó a la capital aragonesa, donde les esperan las familias de acogida que les darán un nuevo hogar. La iniciativa se ha coordinado con la ayuda de la Asociación de Asistencia a la Infancia y de la Fundación Sesé, y se suma a otras similares que están permitiendo rescatar de la guerra a cientos de ucranianos, fundamentalmente mujeres y niños.

«Contraté cuatro chóferes para hacer el viaje del tirón, solo hemos parado a comer», explicaba Alonso a la llegada de la expedición, que contaba con 27 menores de edad, de los que 25 ni siquiera tenían los 16 años. En cambio, a 9 niños huérfanos de la expedición el Gobierno ucraniano no les ha dejado salir solos. Sus familias de acogida han emprendido una campaña para dar a conocer una situación que consideran «injusta» e intentar que el Gobierno central tome cartas en el asunto.

El grueso del grupo lo formaban 46 ucranianos que esperaron a ser recogidos en Gliwive y otros 19 que se incorporaron en la capital Cracovia. Alonso, que destacó la «valiente» ayuda de dos jóvenes de la Asociación de Asistencia a la Infancia, Julia y Alyona (esta última trabajadora a su vez del grupo Sesé), reclamó más colaboración institucional.

«Es importante contar con una buena organización, porque sino puede salir mal», apuntó. Por ello, reclamó un esfuerzo a las diferentes administraciones. «Países como España parece que se ahogan con unos pocos miles de refugiados», lamentó. Por contra, se mostró sorprendido de la buena coordinación que se encontró en Polonia. «Estoy alucinado, hay dos millones de ucranianos que han pasado por allí y no lo parece, tienen infinidad de centros y familias de acogida», apuntó.

Más expediciones

Mientras, asociaciones y colectivos siguen buscando fórmulas para acoger a los refugiados de la guerra. Hoy mismo está previsto que un grupo de entre 13 y 15 policías nacionales de Zaragoza parta en cinco furgonetas rumbo a Cracovia con ayuda humanitaria para Ucrania y con la intención de recoger a 30 personas. Llevarán ropa, comida y medicinas donadas por particulares y entidades.