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La huelga en los pabellones de Zaragoza obliga a aplazar o trasladar parte de la actividad deportiva

Dos tercios de la plantilla secundan los paros pero los servicios mínimos logran asumir hasta el 72% de las competiciones

Concentración de apoyo a la salida de los trabajadores de los servicios mínimos en el CDM Actur.
Concentración de apoyo a la salida de los trabajadores de los servicios mínimos en el CDM Actur.
Francisco Jiménez

La primera jornada de huelga en las instalaciones deportivas municipales de Zaragoza ha obligado a aplazar para más adelante o a trasladar a otros pabellones parte de los partidos previstos para este sábado. Dos tercios de la plantilla secundaron los paros, convocados para reclamar al Ayuntamiento que cubra las vacantes con más contrataciones. Sin embargo, los servicios mínimos decretados por el gobierno, que permitieron abrir los cinco centros de mayor afluencia, garantizaron la celebración de hasta el 72% de las pruebas.

Por la mañana, 9 de los 20 centros deportivos de gestión municipal llamados a la huelga permanecieron abiertos, mientras que por la tarde fueron 4 según el Consistorio y 2 según el comité. En cualquier caso, el gobierno destacó que de las 113 competiciones previstas 32 tuvieron que ser canceladas mientras que 81 se pudieron celebrar gracias a la apertura de las instalaciones con servicios mínimos: Gran Vía, Torrero, Delicias, Actur y La Granja.

Los sindicatos, en cambio, criticaron que muchas de las pruebas se reubicaron de instalaciones cerradas, y celebraron el seguimiento de los paros. «Esta huelga ha sido un éxito porque el equipo de gobierno ha visto cómo federaciones sacaban sus competiciones de nuestros centros».

«Además –añadieron–, se han movido partidos a otras instalaciones municipales gestionadas por empresas para intentar reducir la incidencia de los paros, y aún así, a lo largo del día se han cerrado todos los centros salvo uno».

A los partidos de fútbol sala, baloncesto o balonmano afectados por los paros hay que añadir las cancelaciones en la reserva de pistas exteriores de pádel, tenis o frontón, entre otras disciplinas. En este sentido, el servicio avisó a los clientes para que confirmaran a lo largo de la jornada por teléfono si su centro permanecía abierto y, en caso contrario, se procedería a la devolución del importe abonado.

Los trabajadores están llamados de nuevo este domingo a la huelga solo por la mañana, ya que las instalaciones deportivas municipales cierran los domingos por la tarde. Mientras, la justicia deberá dictaminar sobre la legalidad de los servicios mínimos decretados por el Ayuntamiento –de entre el 3% y el 8%–, ya que el comité considera que son «abusivos» e «ilegales» al aplicarse sobre una actividad «no esencial».

El motivo que ha llevado a los sindicatos a ir a la huelga es la falta de personal. Sobre una plantilla de 223 trabajadores, el comité denuncia que hay 19 vacantes. Tras la convocatoria de los paros, el Consistorio ha planteado varias ofertas para evitarla.

La última contemplaba la contratación de 24 trabajadores, además de tres sustituciones ya tramitadas y la reciente incorporación del jefe de servicio para cubrir una jubilación. Pero los sindicatos rechazaron la propuesta por «insuficiente» y por considerar que la mayor parte de las incorporaciones serían temporales, lo que trasladaría el problema a los próximos años. 

«Hemos venido desde Huesca para nada»

Aunque buena parte de las competiciones deportivas previstas se han podido reubicar en otros centros públicos o privados, ha habido quien ha sufrido en primera persona los efectos de la primera jornada de huelga del servicio de instalaciones municipales. Sobre todo, entre aquellos equipos que se desplazaban a Zaragoza desde otras localidades.

Así le ha ocurrido al equipo de infantil masculino del Bada Huesca de balonmano. «Sabíamos del conflicto por la prensa, pero nadie nos garantizaba si podríamos jugar o no, así que hemos viajado y cuando estábamos a 15 minutos de Zaragoza nos han confirmado que se suspendía», relataba su entrenador, Lucas Calvo.

El equipo –chavales de 12 y 13 años y tres entrenadores– viajó en autobús hasta la capital. «Hemos venido para nada, y es un trastorno grande, porque además será complicado encontrar una fecha para jugar, sobre todo ahora que estamos al final de la temporada».

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