“Me enamoré al instante”: Blas, el perro en silla de ruedas de la protectora de Tauste ya ha encontrado dueño

El pasado mes de enero nos hicimos eco de la historia de Blas, un simpático cruce de perro pastor de siete meses que buscaba una familia que lo quisiera. Su caso llegó a través de la asociación Paticas Tauste, gracias a cuya labor más de 50 perros abandonados han encontrado un hogar en poco más de un año y medio.

Blas junto a Raquel Blas, que se desplazó hasta Zaragoza desde Andorra, donde reside, para su adopción.
Blas junto a Raquel, que se desplazó hasta Zaragoza desde Andorra, donde reside, para su adopción.

Blas es un perro especial, ya que con solo un mes y medio sufrió un accidente que le dañó la médula- perdió la sensibilidad y la movilidad de sus patas traseras- y desde entonces necesita silla de ruedas para ser independiente. Este pequeño de cuatro patas, que cuenta hasta con su propio perfil de Instagram (@blas_paticastauste), es “el perro diez”, aseguraba a este periódico el pasado mes de enero Natalia Zueco, cuando nos hicimos eco de su caso y de la actividad que lleva a cabo la protectora Paticas Tauste, que en poco más de un año y medio ha encontrado un hogar para más de 50 perros abandonados. 

Natalia es quien se ha encargado, junto a su pareja, de cuidarlo como familia de acogida en Zaragoza desde agosto hasta hace unas semanas cuando fue adoptado por Raquel Fragueiro, una joven amante de los animales residente en Andorra que “se enamoró” de Blas en cuanto lo conoció a través de las redes sociales.

Tras varios meses conviviendo con Blas, Natalia reconoce que les invadió una mezcla de tristeza y felicidad al conocer que el can iba a ser por fin adoptado pero valora positivamente que ahora vaya a poder disfrutar de la compañía de los otros perros de Raquel – Silka y Bru- ya que “Blas es muy sociable”, afirma.

Raquel, la dueña de Blas, ya tenía experiencia a la hora de adoptar. De hecho, su perro Trufo, recientemente fallecido, también tenía necesidades especiales. Cuando descubrió el caso de Blas, “aún tenía a Rufo y era consciente que dos sillas eran demasiado trabajo. Aún así iba preguntando por él y sentía la necesidad de conocerlo. Fue cuando Rufo nos dejó, después de unos meses, cuando me animé a adoptarlo”, explica, y añade que “Blas es encantador. Se ha adaptado de maravilla a la casa y a sus hermanos ‘perrunos’".

A aquellos que estén pensando en adoptar un perro, Raquel les anima a darle un hogar a esos animales que presentan algún tipo de necesidad especial: “Aunque de primeras se te hace un mundo enorme, la realidad es otra. Hay que tener constancia y establecer una rutina mucho más marcada. Pero nada más. El amor que ellos te dan, vale eso y más”.

Blas podrá seguir disfrutando de los paseos por la naturaleza, que tanto le gustan, ahora cerca de las montañas de Andorra.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión