Azcón rechaza el cese del gerente de Zaragoza Vivienda denunciado por acoso laboral

El alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón, ha rechazado este jueves la petición de los grupos de la oposición para que cesara al gerente de Zaragoza Vivienda, José María Ruiz de Temiño, tras la denuncia presentada contra él por una trabajadora de la sociedad municipal por un presunto caso de acoso laboral. El regidor ha presidido un consejo de administración extraordinario solicitado por los grupos de la izquierda para abordar el caso, y en la reunión ha defendido la presunción de inocencia del demandado.

Antes del consejo, en declaraciones a la prensa, Azcón ha apoyado la labor ejecutiva de Ruiz de Temiño, aunque ha asegurado que él no se hubiera presentado en una asamblea de trabajadores, como hizo el gerente, en la que se decidía la postura de la plantilla ante el presunto acoso. En cualquier caso, el alcalde ha criticado la «doble moral de la izquierda, donde hay concejales imputados que no dimiten» y ha pedido «esperar a que se resuelva la investigación judicial».

Tras el consejo, en el que el gerente no ha intervenido, los grupos de la oposición han recriminado al gobierno las «pobres explicaciones» del caso y han reiterado la petición de cese. «Es una decepción cómo el alcalde escurre sus responsabilidades, está en juego la imagen del Ayuntamiento», ha advertido el concejal del PSOE Horacio Royo. Pedro Santisteve (ZEC) ha lamentado que «Azcón se ha puesto de perfil», mientras que desde Podemos han reclamado la destitución del directivo para «recuperar un entorno laboral en el que se respeten los derechos de los trabajadores».

Derechos fundamentales

En la demanda, presentada en el Juzgado de lo Social de Zaragoza, la trabajadora acusa al gerente de acoso laboral al vulnerar derechos fundamentales como el del trato igual, la integridad física o moral, al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. En concreto, se refiere a gritos, daño sistemático de su dignidad y daños morales en su relación diaria y desprestigio que se vieron reflejados en su propia salud.

La demandante aporta un informe médico que refleja un “estado de ansiedad y de ánimo depresivo”, así como “crisis de identidad”, entre otros afecciones. Por todo ello, la trabajadora pide que “se declare la nulidad radical de la actuación” del gerente, “se acuerde y ordene el cese inmediato de las actuaciones contrarias a derechos fundamentales” y se le repare con una indemnización de 90.000 euros, entre otras solicitudes.