Juan Mora, el fotógrafo de Zaragoza que  reside en Ucrania: "Muchas gracias por la ayuda que llega de Aragón"

Juan Mora, fotógrafo de profesión, reside en Ucrania desde 2010. Desde este viernes colabora como voluntario en una oenegé de ayuda humanitaria con base en la ciudad de Lviv, en la frontera con Polonia. 

El fotógrafo zaragozano Juan Mora, en Ucrania
El fotógrafo zaragozano Juan Mora, en Ucrania
J. M.

"Ante esta situación no podía quedarme con los brazos cruzados. Ya formé parte de una oenegé de ayuda humanitaria en la guerra del Dombás, en 2014, y ahora sentía que tenía que hacer lo mismo". Son las palabras del fotógrafo zaragozano Juan Mora, embarcado como voluntario en una oenegé ucraniana, Birni Narodu, que ha dejado su profesión y su casa en Truskavets, en el oeste de Ucrania, para "echar una mano a quien más lo necesita". 

"La entidad tiene varios almacenes donde se guarda toda la ayuda que nos llega desde Europa. Pañales, ropa, agua, comida.... Mi labor es trasladar en una furgoneta hasta esos almacenes el material y allí ya lo distribuyen entre quienes pueden viajar a los lugares donde más lo necesitan, sea aquí en Lviv o en otras regiones", explica Juan Mora. "Hay muchos controles y yo, de momento, no tengo los permisos que piden para trasladarme de una ciudad a otra", explica el zaragozano.

Juan Mora, fotógrafo zaragozano, se encuentra en la ciudad de Lviv, en la frontera con Polonia, como voluntario en una oenegé.

"El ánimo entre los voluntarios es muy bueno. Somos optimistas por la de ayuda que nos está llegando y estamos dispuestos a todo", dice el fotógrafo, quien asegura haber visto en redes sociales "la cantidad de lugares aragoneses y tiendas ucranianas en Zaragoza que se prestan para recoger todo tipo de alimentos y material humanitario para quienes más lo necesitan aquí". "Muchas gracias, de verdad, por todo ese apoyo", traslada en un vídeo grabado para HERALDO DE ARAGÓN el fotógrafo zaragozano.

"Hasta aquí no han llegado los rusos"

Juan Mora llegó a Lviv (Leópolis en español) desde Truskavets este jueves. A pesar de que su exmujer y su hijo de diez años residen allí desde que comenzó la invasión rusa -hasta entonces vivían en la capital ucraniana-, "por los controles y porque sé que están bien y aquí -en la onegé- hay mucho trabajo" todavía no los ha podido ver.

"En esta ciudad la situación, de momento, es de tranquilidad. No puedo decir que haya encontrado demasiados cambios desde que llegué. Los rusos todavía están lejos y eso permite que tiendas, farmacias y gasolineras permanezcan abiertas. La sensación es de incertidumbre y temor, pero también de calma. Esperamos que siga así", concluye el zaragozano. 

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