Los Tedax neutralizan un proyectil alojado en el campanario del monasterio de San Agustín de Belchite

Tenía su carga explosiva intacta y todo apunta a que se lanzó en la batalla de Belchite ocurrida entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937.

Los Tedax neutralizan un proyectil alojado en el campanario del monasterio de San Agustín de Belchite.

Técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos (Tedax) de la Guardia Civil de Zaragoza retiraron y neutralizaron el pasado viernes, 25 de febrero, un proyectil de artillería procedente de la Guerra Civil que se encontraba alojado en el campanario del monasterio de San Agustín en el pueblo viejo de Belchite.

En concreto, se trataba de un proyectil de 105 mm de calibre, con su carga explosiva intacta, que estaba incrustado en la pared a unos 12 metros de altura, posiblemente disparado durante la batalla de Belchite ocurrida entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937, según explican fuentes de la Guardia Civil. 

Se encontraba firmemente afianzado, por lo que para ser extraído se tuvieron que utilizar herramientas específicas para picar la pared con el máximo cuidado. 

Esta actuación se enmarca dentro de las obras de consolidación del referido campanario. 

Según las mismas fuentes, en lo que va de año, los especialistas TEDAX han desactivado en la comunicad autónoma de Aragón un total de 17 artefactos explosivos procedentes de la Guerra Civil, de los cuales 7 han sido proyectiles de artillería, 7 granadas de mano, 2 granadas de mortero y 1 bomba de aviación.

La peligrosidad de este tipo de artefactos radica principalmente en su manipulación dado que, en su mayoría, mantienen la carga explosiva intacta. Por este motivo se reitera la necesidad de que ante un hallazgo. 

Neutralizan un proyectil que cayó hace 85 años en un campanario de Belchite
Neutralizan un proyectil que cayó hace 85 años en un campanario de Belchite
Guardia Civil

El pasado mes de enero, miembros de los Tedax neutralizaron una bomba de aviación procedente de la Guerra Civil en la localidad zaragozana de Maella. Fue un vecino de este pueblo quien avisó al propietario del local para que tuviera cuidado porque en ese lugar había caído una bomba durante un bombardeo cuando él tenía seis años.

Según le dijo, Maella sufrió un bombardeo y una de las bombas cayó en lo que entonces era su corral, pero no llegó a explotar. Posteriormente, ese corral fue cubierto y se le echó hormigón en el suelo, por lo que el artefacto quedó oculto a la vista. 

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