La ola ómicron pierde fuerza y la incidencia es cinco veces menor que hace un mes
La tendencia de la curva refleja un descenso tan rápido como la subida que se experimentó en esta séptima oleada desde mediados de noviembre del año pasado.
La séptima ola de covid-19, que ha dejado en Aragón récord diarios de positivos, impulsada por la variante ómicron, que ya está detrás del 99,1% de los nuevos casos de coronavirus en la Comunidad, pierde fuerza. La incidencia acumulada a siete días (604 casos por 100.000 habitantes) es cinco veces menor de la que se registraba hace justo un mes (3.295,6) y a catorce días se reduce en poco más de tres veces, hasta situarse en los 1.684 contagios. La curva de ambos indicadores revela que, igual que subió de una forma rápida y explosiva desde mediados de noviembre, está descendiendo con una progresión similar.
Era una tendencia "prevista", según adelantó Enrique Bernal, investigador sénior del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, asesor de Sanidad y colaborador del Observatorio de Sistemas y Políticas de la OMS en Europa, quien adelantó que todas las predicciones para las próximas dos semanas son "favorables". No obstante, "habrá que observar el impacto del levantamiento de las medidas", después de que el pasado 4 de febrero la Comunidad entrara en el nivel 1 de alerta levantando las restricciones de horarios y aforos en hostelería y ocio nocturno y casi una semana después la mascarilla dejara de ser obligatoria en exteriores.
También apeló a la prudencia Federico Arribas, secretario de la Sociedad Española de Epidemiología y profesor de Salud Pública en el campus de Huesca: "Hay que ser optimistas, pero cautos. Lo razonable es que tengamos un tiempo de tranquilidad, porque las coberturas respecto a la vacunación son muy altas y la protección poblacional es amplia". "El riesgo cero -dijo- no existe y seguimos funcionando con incertidumbres. Hay muchos elementos que no podemos controlar".
Bajan también, y mucho, los positivos en las últimas 24 horas. Salud Pública confirmó ayer 594 nuevas infecciones de coronavirus. El máximo durante esta onda epidémica se registró el 11 de enero, cuando se notificaron 8.224 casos en Aragón. De las infecciones confirmadas ayer, el 35% correspondió a asintomáticos. Por provincias, 402 se produjeron en Zaragoza; 127, en Huesca; y 64, en Teruel. En un caso no se pudo identificar el lugar de procedencia. Otro dato que confirma la evolución positiva de la pandemia es el número de altas epidemiológicas: ayer fueron 3.181.
También la presión hospitalaria tiene una tendencia descendente, a pesar de que ayer experimentó un ligero repunte. En estos momentos hay 481 personas ingresadas con coronavirus, de las que 421 están en planta (13 más que la jornada anterior) y 60, en cuidados intensivos (dos más). La ocupación de camas hospitalarias por esta infección, sin embargo, disminuye de una manera paulatina. Hace dos semanas eran 709 los pacientes hospitalizados por covid en Aragón; y hace dos, 898, el pico alcanzado durante esta séptima ola. Una tendencia a la baja que confirmó ayer el doctor Jesús Díez Manglano, internista del Royo Villanova y presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna -especialidad que ha atendido al 80% de los pacientes ingresados por coronavirus-. Los hospitales, dijo, reciben menos ingresos por esta causa. El Servet y el Clínico son los que atienden a más pacientes covid, 117 (20 en la uci) y 113 (17 en cuidados intensivos), respectivamente. Del total de hospitalizados en Aragón, 469 están en centros públicos, 58 de ellos en uci; y 12, en privados, dos en uci.
Menos rastreadores militares
Las pruebas diagnósticas siguen el mismo ritmo a la baja que la evolución de la pandemia de coronavirus en esta séptima ola. Según el portal de Transparencia de Aragón, Atención Primaria hizo en la última jornada 262 PCR y 838 test rápido de antígenos (1.100 en total, además de los autotest), muy lejos de las cerca de 14.000 pruebas diagnósticas de principios de enero. Ante este escenario, el Departamento de Sanidad ha reducido a la mitad el apoyo de los rastreadores militares, pasando de 20 a 10 efectivos que, desde el Hospital General de la Defensa, se encargan de comunicar los resultados negativos de las PCR, como ya hicieron en las dos ocasiones anteriores en las que colaboraron con el Ejecutivo autonómico.
La Consejería solicitó a finales de noviembre de 2021 al Ejército por tercera vez la colaboración de los militares para descongestionar los centros de salud, ante el creciente aumento de pruebas. Ahora, sin embargo, y ante el menor número de llamadas que deben realizar, se ha reducido a la mitad el personal. Desde Sanidad adelantaron que no hay un plazo concreto para desactivar este dispositivo. Fuentes del Ministerio de Defensa aclararon que el Ejército de Tierra continúa colaborando en aquellas misiones que le asignan desde la Consejería.
Eliminar el pasaporte, sin fecha
Mientras, lo que de momento no tiene fecha en el calendario es la eliminación del pasaporte covid, que sigue siendo obligatorio desde el pasasdo 4 de febrero solo para visitas a hospitales y centros sociales como las residencias de mayores. El presidente aragonés, Javier Lambán, se mostró ayer convencido de que "poco a poco" la obligación de presentar este visado irá desapareciendo "en todos los lugares", aunque no se aventuró a fijar cuándo.
Lambán recordó que una medida de este tipo se adoptará de acuerdo a los criterios de Sanidad y de los profesionales de este sector. "Es obvio que ante el evidente descenso de los contagios y la próxima recuperación, espero cruzando los dedos, todo este tipo de restricciones vaya desapareciendo", afirmó. Hace unos días, la consejera de Ciudadanía, María Victoria Broto, aseguró que las residencias de mayores debían ser el "último reducto" a proteger.
