"Trabajaba en un bar y cerró por la covid. El Refugio es mi casa"

La Hermandad distribuyó 173.416 kilos de alimentos a 866 familias en 2020 y a 966 en 2021. A día de hoy, viven 66 personas en la instalación, 60 hombres y 6 mujeres.

Francisco Javier recibió ayer alimentos en el Refugio.
Francisco Javier recibió ayer alimentos en el Refugio.
Francisco Jiménez

La pandemia ha cambiado el devenir de muchas personas. Es el caso de José Sánchez, que lleva 10 meses viviendo en la Hermandad del Refugio tras perder su empleo. "Trabajaba en un bar y cerró por el coronavirus. Ahora vivo aquí, es mi casa", contó. A día de hoy realiza cursos para intentar entrar de nuevo en el mundo laboral. "En hostelería, de limpieza... Me da igual de qué, pero quiero trabajar. Tengo esperanzas de que esto remonte pronto y pueda retomar mi vida", añadió.

Francisco Javier esperaba ayer en la puerta de la Hermandad para recibir los alimentos que recoge una vez al mes. "Me quedé hace un año en el paro y con 400 euros es complicado vivir. Con lo que nos dan aquí y la ayuda de la familia consigo salir adelante", admitió. A pesar de haber realizado "muchas" entrevistas, le está resultando imposible encontrar un puesto en una empresa. "Yo era vigilante y estudié para delineante. En todas las compañías me dicen que soy mayor pero tengo 55 años y tengo ganas de salir adelante", aseguró. Francisco Javier vive con su hijo, de 26 años. "Está estudiando su tercera carrera", contó orgulloso. Por suerte, expuso, "saca buenas notas y tenemos muchos descuentos porque aunque digan lo contrario, la universidad es para ricos". El acceso al mercado laboral, insistió, "no es nada sencillos". "A los jóvenes les piden experiencia y a nosotros nos dicen que somos viejos...Es increíble", apuntó.

Sellando la ‘cartilla’ de la recepción de alimentos se encontraba ayer José Luis García, voluntario desde hace 4 años. "Pasé por un mal momento en mi vida y yo venía aquí a que me ayudaran y me dieran comida. Ahora soy yo el que ayudo a los que más lo necesitan. Me sentía en deuda y es lo mejor que he hecho en mi vida", declaró. A pesar de que durante los meses más duros de la pandemia, la Hermandad animó a los voluntarios a no acudir, José Luis quiso acudir todos los días. "Yo me siento mejor aquí", añadió.

El gerente del Refugio, Ernesto Millán, llama la atención sobre el descenso del número de niños atendidos en la Gota de leche, un servicio en el que se atiende a bebés de hasta 14 meses. De 238 que fueron atendidos en 2020 se ha bajado a 230 el año pasado. «Parece un número insignificante, pero refleja que tras la situación vivida con la pandemia hay familias jóvenes que no han visto futuro aquí y han vuelto a sus países o se han ido a otros sitios», explicó. La Hermandad distribuyó durante 2021 un total de 173.416 kilos de alimentos que recibieron 866 familias. Son menos hogares que en 2020, cuando ascendieron a 966 coincidiendo con los peores momentos de la pandemia. Además, Millán apuntó que tras el estallido de la covid y unos meses en los que "había que prestar ayuda básica a todo el que lo pedía", ahora se han depurado "los listados de gente para que no haya duplicidades". Lo que tiene claro es que hoy "el que lo estaba pasando mal ya en la prepandemia, ahora lo está pasando peor".

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