Solidaridad desde Morata con los refugiados más mayores del Sáhara

Antonio Maestro inicia una recogida de pañales para adultos con destino a los campamentos.

Antonio Maestro recoge algunos de los productos que ya ha recibido.
Antonio Maestro recoge algunos de los productos que ya ha recibido.
Macipe

En el diccionario de la RAE se define la solidaridad como "adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros". Si el libro fuese ilustrado, justo al lado tendría que salir el retrato de Antonio Maestro, aunque en su caso el sumarse a las causas del prójimo más que "circunstancial" es algo habitual. Desde su casa en Morata de Jalón ha sido capaz de centralizar en los últimos años toneladas de materiales procedentes de las comarcas de Valdejalón, Cariñena, Aranda y Calatayud para transformarlos en ayuda a los demás: tapones de plástico, gafas y bicicletas, entre otras muchas cosas. Ahora, su propósito es recoger empapadores para adultos con destino a los campamentos de refugiados del Sáhara.

"Es la primera vez que los recojo, porque hasta ahora no me lo habían pedido. La Asociación Um Draiga, con la que colaboro en otras iniciativas, contactó conmigo porque es algo que se necesita", explica Maestro mientras apila las cajas. "Lo tienen que solicitar, porque no puedes recoger cosas por tu cuenta y riesgo, aunque también guardo, por ejemplo, piezas ortopédicas por si son necesarias", apunta señalando al patio de su casa. En el caso de los pañales, Maestro señala que tienen como destino "hospitales, que son cualquier sitio para poder atender a los saharauis y que van escasos de medios".

Desde que se lo pidieron, Maestro ha ido comentando la iniciativa y consiguiendo la implicación de la farmacia de su pueblo, pero también de otras de localidades como Cariñena, Illueca o Brea de Aragón. "En general es un producto poco habitual, pero sucede que alguien lo tenía para un familiar que estaba cuidando en casa y que una vez fallecido lo devuelve", indica.

Ante la necesidad que se da al otro lado del estrecho, él aboga por actuar como correa de transmisión y de acicate: "Quiero concienciar del problema y espolear a la gente. La solidaridad tiene que ser una militancia para demostrar de verdad un sentimiento o sensibilidad humana con quienes más lo necesitan".

En este proceso se ha encontrado con reticencias, pero también con apoyos. "Siempre intento explicar el destino que va a llevar todo y hay quien no lo entiende y quien sí, que me conocen de otras campañas y se anima a participar", cuenta. Maestro resalta que el sumar más colaboradores es fundamental: "Hay que reunir una cantidad bastante grande para que compense el hacer los envíos, que tienen que ser generalmente en camiones". Explica que estas rutas parten desde los puertos de Alicante o el sur de Andalucía para llevar los remolques a Argelia.

En contraste con los enormes cargueros, Maestro se mueve por la zona con su característico Ibiza rojo: "Hace años que una periodista lo mencionó: aquí han ido toneladas de tapones, de alimentos… En tres viajes a Cariñena casi cargué tres toneladas de arroz". El cuentakilómetros ha pasado los 200.000, pero este moratino no se pone límite: "Siempre intento aportar lo que puedo". Aunque admite que hay carencias más difíciles de cubrir: "Las bombas de agua son muy necesarias, pero no suelen donarlas y allí también necesitarían de combustible para hacerlas funcionar". 

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