El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitará este martes las zonas afectadas por la crecida extraordinaria del Ebro en Aragón, Navarra y La Rioja, según confirman fuentes de Moncloa. A las 14.00 estará en Pradilla, tras retrasarse su visita, prevista en un primer momento para las 13.15.

Durante su visita a las tres comunidades, Sánchez estará acompañado por los respectivos presidentes autonómicos -María Chivite, Concha Andreu y Javier Lambán- así como por los delegados del Gobierno.

El jefe el Ejecutivo anunció este lunes que el Consejo de Ministros declarará esta semana como zona de emergencia, lo que se conocía habitualmente como zona catastrófica, las localidades que se han visto afectadas por las consecuencias de la borrasca Barra.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha lamentado que el presidente se quede en Pradilla y no llegue hasta la capital aragonesa, afectada este martes la punta de la crecida. "¿No tiene tiempo para interesarse hoy por el estado de la riada en Zaragoza, donde se vive ahora la situación más crítica, y las afecciones que está generando a sus vecinos? Por lo visto, los zaragozanos debemos ser poca cosa para él", ha escrito en Twitter.

"Pisar el barro"

Sánchez ya estuvo en la zona en la anterior gran riada, en 2015, cuando era el jefe de la oposición y han sido muchos los usuarios de Twitter que le han recordado en las últimas horas sus palabras de entonces al presidente Mariano Rajoy, al que criticaba por su gestión ante la riada.

"¿Qué coño tiene que pasar en este país para que Rajoy visite la ribera del Ebro, para que vea in situ la catástrofe natural que estamos viendo nosotros aquí? (...) ¿Qué coño tiene que pasar en este país para que pise el barro y venga a estar con la gente?", se preguntaba entonces el secretario general del PSOE en su visita a Zaragoza. 

Sánchez se reunió entonces con alcaldes de la ribera alta y la ribera baja aragonesa, de los que escuchó las peticiones y quejas de vecinos, agricultores y ganaderos. Y se mostró "absolutamente indignado" por la "descoordinación", "desgobierno" e "irresponsabilidad" del Gobierno de España y de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en ese momento, por lo que pedía un real decreto ley de ayudas para los afectados.

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Esta vez las medidas de protección han funcionado mejor y los cascos urbanos de Novillas, Pradilla, Boquilleni, Alcalá de Ebro, Cabañas y Remolinos se salvaron del embate de una crecida que, aún así, el Gobierno de Aragón espera que anegue en la provincia unas 12.000 hectáreas. El medio rural se sacrifica para limitar los daños en el urbano. Y las ayudas como zona catastrófica lo deberían compensar.

Aunque pasarán meses antes de que se completen los trámites que permitirán que los damnificados cobren las indemnizaciones, Lambán consideró que es una "excelente noticia" que Sánchez haya reaccionado con celeridad a su requerimiento. A los agricultores les preocupan los daños, pues la siembra está muy reciente y podría condicionar los pagos.

En lo que coincidieron el presidente aragonés, los alcaldes ribereños y los agricultores fue en la necesidad de limpiar el río. Retomó el plan Ebro 2030, que incluye actuaciones por valor de 80 millones para adecuar zonas de inundación que minimicen los daños.