Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cosas de la vida

Los pequeños monstruos de Monegros

Adaptaciones increíbles permiten que algunos animales vivan donde pocos lo consiguen.

Paisaje de los Monegros
Paisaje de los Monegros
Laura Uranga

¿Te imaginas beber agua del aire? Vivir en Monegros sin una casa con agua corriente es complicado, pero no imposible. En pleno desierto hay animales con adaptaciones increíbles que les permiten vivir donde pocos lo consiguen. Los invertebrados son los grandes supervivientes del reino animal y es en estos ambientes extremos donde se hace más obvio.

En este artículo te presento a cinco monstruitos de los Monegros que no deberían pasar desapercibidos:

Gluvia dorsalis
Gluvia dorsalis
Luis Fernández García

La araña camello (Gluvia dorsalis)

Se trata de una araña bastante peculiar y esto se puede ver a simple vista. Su abdomen es demasiado estrecho y alargado, tiene las patas de distintos tamaños y sus pedipalpos (apéndices característicos de los arácnidos) son tan largos que parecen tentáculos. Además, tiene unas mandíbulas enormes perfectamente preparadas para agarrar y triturar a sus presas. Sus extremos contienen unos dientes afilados que penetran en la presa y no la sueltan. Básicamente es una máquina perfecta de matar. Mientras se desplaza a gran velocidad, explora el terreno con sus dos pedipalpos y, en un abrir y cerrar de ojos, consigue atrapar a una presa de mayor tamaño y convertirla en una masa informe. Eso sí, al carecer de veneno, son inofensivas para las personas.

A esta araña se le conoce como araña camello precisamente porque está muy bien adaptada a ambientes desérticos como monegros. Por un lado, evita la luz del sol, ya sea desplazándose de noche, escondiéndose bajo piedras y troncos o cavando un agujero utilizando las mandíbulas como si fueran una pala. Por otro lado, consigue captar agua absorbiendo la humedad del suelo por capilaridad. Si de verdad existiera un diseño inteligente, no tengo duda de que sería la araña camello.

Berberomeloe majalis
Berberomeloe majalis
Isabel López y Carlos Bodas

La aceitera común (Berberomeloe majalis)

Este escarabajo es uno de los insectos más grandes de Europa, pudiendo alcanzar hasta siete centímetros de longitud. Con los vistosos colores de su abdomen nos alerta de que no es un animal inofensivo, ya que ante el peligro segrega una sustancia tóxica llamada cataridina. Hay más de 1.500 especies de escarabajos que producen cataridina y conviene estar familiarizado con ella porque, además de provocar irritaciones en la piel, ingerida en dosis elevadas te mata. Muchos hombres a lo largo de la historia han muerto a causa de su ingesta voluntaria ¿Por qué? ¿Se querían suicidar? No, muy sencillo: provoca la erección del pene.

Pero la aceitera común no solo nos trae problemas a los humanos. Deposita sus huevos en el suelo y cuando nacen las larvas, se suben a las flores esperando la llegada de su víctima: las abejas. Se agarran a ellas para ser transportadas a su colmena y, una vez allí, se alimentan de sus huevos y larvas. Así sobrevive este escarabajo, parasitando en su juventud y envenenando en la madurez. Pero no hay que juzgar, la vida en el desierto sin agua corriente, aire acondicionado o wifi puede ser complicada.

Latrodectus tredecimguttatus
Latrodectus tredecimguttatus

La viuda negra europea (Latrodectus tredecimguttatus)

Está bastante claro que la viuda negra, también conocida como la araña sangrienta, no va a resultar más amable que el escarabajo anterior. Al igual que la aceitera común, avisa de su peligro con un estampado de colores vistosos sobre un cuerpo negro. Su veneno es muy poderoso, pero son muy pocos los casos documentados de ataques a humanos. Eso sí, otros animales no se libran de su comportamiento sanguinario, empezando por los machos de esta especie, que son devorados por las hembras tras el apareamiento.

Para cazar, teje con su tela un nido entre las ramas de los arbustos, de él parten más hilos verticales hasta el suelo que interceptan el paso de sus presas. Aunque está especializada en saltamontes, con su potente veneno puede matar y devorar a todos los grandes artrópodos terrestres de la estepa, incluyendo libélulas, escarabajos, escorpiones y tarántulas. Una vez devoradas, deja las carcasas de sus víctimas pendiendo del nido a modo de trofeo. Es todo un encanto.

Lycosa tarentula
Lycosa tarentula

La tarántula europea (Lycosa tarentula)

En esta lista no podía faltar la tarántula, la mayor araña de nuestro continente. Perfectamente adaptada a la vida en la estepa, puede condensar el agua del aire en su cuerpo, manteniendo una temperatura en su superficie inferior a la temperatura ambiente. Posteriormente la absorbe para hidratarse. Debido a su peludo cuerpo y a su veneno es una de las arañas más temidas en Europa. Sin embargo, su mordedura no es realmente peligrosa para un humano y está lejos de poder causarle la muerte.

Estas arañas son difíciles de ver porque viven en galerías verticales bajo el suelo y son una especie nocturna. Montan guardia en la cueva del hoyo acechando a las presas que tengan la mala suerte de pasearse por delante. Protegen la entrada con una estructura de palitos, hierbas y cagarrutas de conejo formando un pequeño embudo. Resulta que nuestra temida tarántula no solo es poco peligrosa para los humanos, sino que además es depredada por otros artrópodos como los escorpiones. Aun así, se merece estar en la lista de pequeños monstruitos, aunque solo sea por apariencia.

Buthus occitanus
Buthus occitanus
Álvaro Rodríguez Alberich

El escorpión amarillo (Buthus occitanus)

Cerramos esta lista con el temido escorpión amarillo, clásico habitante de las zonas áridas de España. Su picadura resulta bastante dolorosa para los humanos y puede resultar mortal para ciertas personas como niños, ancianos o alérgicos. Así que su mala fama la tiene bien merecida.

Rehúyen la luz del sol, por lo que durante el día intentan pasar desapercibidos escondiéndose debajo de piedras o troncos. Es capaz de minimizar su pérdida de agua corporal cerrando las tráqueas con un músculo que las abrirá solo cuando la concentración de CO₂ en su cuerpo sea demasiado alta.

Nos suele parecer que en los ambientes áridos como Monegros no vamos a encontrar vida interesante, sin embargo, ocurre todo lo contrario. Es en la adversidad donde surgen las adaptaciones más increíbles. 

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