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El ‘no efecto’ de las ‘no fiestas’ del Pilar permite mirar con optimismo la Navidad

Pese a los festejos y al fin de algunas restricciones, los indicadores de covid están mejor que antes de la semana pilarista.

Una recopilación de las imágenes más curiosas, divertidas y entrañables de lo que llevamos hasta ahora de las ‘no fiestas’ del Pilar 2021, que quedarán en el recuerdo como unas de las más atípicas.
Aspecto de la calle Alfonso durante un día de las fiestas del Pilar. 
HERALDO

Hace hoy justo un año, Zaragoza registró su peor dato oficial de toda la pandemia. Ese 28 de octubre de 2020, dos semanas después del día del Pilar, la incidencia acumulada (IA) a 7 días se disparaba en la capital aragonesa hasta los 533,5 casos semanales por cada 100.000 habitantes. Se trataba de una cota que ni se había registrado hasta entonces ni se ha vuelto a registrar después –teniendo en cuenta, eso sí, que en la primera ola (marzo de 2020) solo se detectaron una mínima parte de los casos que en realidad se dieron–. Ahora, un año después, la situación es radicalmente distinta: tras un leve repunte la semana después de las ‘no fiestas’, la IA de Zaragoza es de 24,5 casos... y bajando.

El año pasado por estas fechas se vivían días de toques de queda, cierres perimetrales y expansión de una tercera ola que fue tremendamente explosiva. Aunque no hubo fiestas ni actos oficiales, las semanas previas sí hubo otras celebraciones (comuniones, principalmente), mientras que ya en los días del Pilar abundaron las comidas más o menos grandes.

Zaragoza comenzó el mes de octubre de 2020 con una IA a 7 días de 166 casos por 100.000 habitantes, y llegó al 12 de octubre con tendencia al alza, superando ya los 200. Fue el perfecto caldo de cultivo para una nueva ola que en diez días duplicó la incidencia en la capital aragonesa, y que en 15 días llevó a Zaragoza hasta ese techo del 28 de octubre, lo que se tradujo rápidamente en un aumento de la presión hospitalaria.

Este año el panorama ha sido completamente distinto. La capital aragonesa contaba este 2021 con dos factores a favor: llegó a la semana de las ‘no fiestas’ con una incidencia mucho más baja y con un porcentaje de vacunación muy alto –el año pasado en octubre aún no había ningún vacunado–. El primer fin de semana se inició con una IA semanal de 22 casos por 100.000 habitantes, y la cifra fue bajando durante las jornadas ‘no pilaristas’ hasta llegar el 13 de octubre a un suelo de 17, la cifra más baja desde julio del año pasado. "Si hay poca gente que está contagiada, la posibilidad de un brote es limitada", apunta el epidemiólogo veterinario Nacho de Blas. Eso ha permitido que estos actos "no hayan tenido apenas repercusión" en la situación epidemiológica.

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La semana de después hubo un pequeño repunte, que llevó la IA semanal hasta los 28,6 casos por 100.000 el día 22 de octubre. A partir de ahí han venido cinco jornadas consecutivas de bajada, lo que ha permitido que se vuelva a doblegar la curva y que Zaragoza regresa al nivel previo a las fiestas.

En los hospitales tampoco se ha vivido ningún repunte. Más bien, al contrario. Los 67 hospitalizados que hay actualmente en los centros hospitalarios de Aragón (51 en planta y 16 en UCI) son 27 menos de los que estaban ingresados antes de las fiestas, ya que el 8 de octubre había 94 (80 en planta y 14 en UCI).

Desde Salud Pública explican que ha tenido más efecto "la movilidad" en el Pilar que las actividades celebradas en la capital. Se han observado brotes e incrementos de incidencia en algunos puntos, como en Caspe. "Esta experiencia hace pensar que tras el próximo puente del 1 de noviembre podamos tener una situación similar", apuntan.

La situación actual y el casi nulo efecto que han tenido las ‘no fiestas’ del Pilar permiten mirar con cierto optimismo las próximas semanas. Con muchas de las restricciones de aforos y horarios ya levantadas, el control actual de la situación invita a pensar en unas Navidades mucho más parecidas a las ‘precovid’, aunque con la prudencia que exige la incierta evolución de la pandemia. Hay que tener en cuenta que en las pasadas fiestas navideñas hubo restricciones a la movilidad para salir de Aragón, toque de queda nocturno, aforos del 30% en restaurantes y reuniones de máximo diez personas en el interior de los hogares durante las fechas señaladas, entre otras.

De Blas cree que hacer una previsión para Navidad "es correr mucho". Pide esperar para ver cómo se comporta el virus con la bajada de las temperaturas, y recuerda que en esas fechas "hay más riesgo" por ser reuniones "en lugares cerrados, con peor ventilación porque hace frío fuera y con gente de diversas procedencias". Pese a ello, si se logra controlar la incidencia a un nivel aceptable, cuesta pensar en una vuelta atrás en las restricciones para las próximas fiestas de Navidad en Aragón.

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