cultura

"Las nuevas generaciones desconocen totalmente qué es la fotografía analógica"

Luisa Monleón y Cristina Rico recorren los barrios de Zaragoza con una 'cámara minutera' fabricada artesanalmente por ellas mismas, a imagen y semejanza de las máquinas del siglo XIX. Su propósito es crear "un retrato visual y emocional de la ciudad", que en diciembre se expondrá en la Galería Órbita.

Las dos fotógrafas artesanales, en plena sesión callejera.
Las dos fotógrafas artesanales, en plena sesión callejera.
Luis Areñas

En las últimas semanas se las ha visto con su llamativa ‘caja misteriosa’ por la plaza de Santa Engracia, el parque de Miralbueno y el barrio de La Jota. El próximo día 24 -aviso para navegantes- acudirán a la avenida de Cataluña, nada más cruzar el puente de Piedra, entre las 10.30 y las 14.30. Luisa Monleón (Zaragoza, 1979) y Cristina Rico (Pamplona, 1981) llegarán pertrechadas con un artefacto al que han bautizado como Tristana: se trata de una cámara minutera, como las que eran muy populares hace cien años, y que ellas mismas han construido con documentación e ingenio.

"Cuando estudiamos fotografía, la analógica daba sus últimos estertores y nacía la digital, con lo que tuvimos que adaptarnos a la nueva era", cuentan las autoras, que forman el colectivo Rara Avis. "Quisimos hacer un proyecto juntas volviendo a los procesos antiguos y artesanales", comentan, al tiempo que explican que se pusieron a buscar información por internet y encontraron al minutero Michi Rodríguez que hace poco ha conseguido que en Canarias este tipo de fotografía sea considerada patrimonio inmaterial. "Contactamos con él y nos dio mucha información y ánimos. También encontramos la web de Agfan Box Camera donde hay mucha información sobre este tipo de fotografía y su uso en Afganistán, donde era un oficio común. Además puedes descargar los planos de una cámara de estas características. Nos lanzamos a hacer una primera maqueta en cartón y luego pasamos a la construcción de Tristana, nuestra cámara definitiva en madera. El proceso completo nos llevó unos dos meses", explican. 

Desde entonces le han dado muy mala vida a Tristana, pues no paran de sacarla a la calle para uno y mil proyectos. El presente se denomina ‘Retratos de una era’ y se trata de una iniciativa "artística y de participación ciudadana", que las ha llevado por diez barrios para retratar a personas con estos métodos "en vías de extinción". "A la vez, recogemos escritos a modo de postal sobre sus experiencias vividas durante la pandemia para crear un retrato visual y emocional de la ciudad". El resultado del proyecto, financiado por el Ayuntamiento de Zaragoza a través de la plataforma ‘Viaje a la sostenibilidad’, podrá verse en una exposición pública en la Galería Órbita el próximo mes de diciembre.

Sin largos posados

Cuando Luisa y Cristina comienzan a montar su cámara minutera en la calle, son conscientes de que van a llamar la atención a decenas de curiosos. Muchos se acercan, miran, preguntan, y ellas les ofrecen hacerse una foto gratis que pasará a formar parte del proyecto. "La foto, una vez revelada, la regalamos. Sólo nos quedamos el negativo original en papel, que lo conservamos como la parte más valiosa y fundamental de nuestro trabajo".

¿Qué preguntan quienes se acercan a Tristana timoratos? "La mayoría piensa que tiene que estar mucho rato parados posando o que va a estallar la típica bombilla del ‘flash’ de las cámaras antiguas, pero no, no hay nada de eso. Es más, se sorprenden de que el proceso es bastante rápido". Basta con sentarse en una silleta, vigilar las sombras, quedarse quieto unos segundos mientras se enfoca y... 'voilá'. Dentro de la caja se reproduce en miniatura todo el proceso de un estudio fotográfico y se revela la imagen que habrá de secarse unos minutos al aire.

"Muchos se acercan con timidez, pero quieren saber lo qué hacemos. Entonces les explicamos cómo funciona la cámara y se sorprenden al saber que es un proceso totalmente real y analógico. En alguna ocasión nos han llegado a preguntar si era algo falso y teníamos una impresora dentro para hacer las fotos", comentan.

"Las nuevas generaciones tienen un desconocimiento casi total de lo que es la fotografía analógica. Ellos han nacido en la era de lo digital, no saben ni siquiera lo qué es un negativo y mucho menos cómo era el proceso de revelado de una imagen", explican. Muchos jóvenes miran dentro de la cámara y ven cómo ‘flota’ la imagen dentro del cristal para enfocar y que está al revés. "A los adolescentes les parece algo casi mágico. Por el contrario, muchos de los mayores conocen estas cámaras porque en su niñez o juventud se han hecho una fotografía de este tipo y recuerdan con nostalgia la figura del fotógrafo minutero", cuentan las responsables de Rara Avis.

En una curiosa vuelta de tuerca, las artistas gráficas acaban escaneando las fotos para digitalizarlas y poder hacer una proyección o compartirlas en las redes sociales, pero siempre sin perder el encanto analógico y con la condición de que primero se positivan con el método tradicional de la fotografía minutera.

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