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Los electrodomésticos viejos pasan factura: unos 700 € de gasto extra al año

La patronal pide a los Ejecutivos autonómicos y nacional nuevos planes renove. La DGA no descarta las ayudas, pero tendrán que esperar a 2022.

Ahorro anual estimado gracias a la renovación de los electrodomésticos.
Ahorro anual estimado gracias a la renovación de los electrodomésticos.
HERALDO

Para explicar el coste de emplear unos electrodomésticos de más de quince años se puede recurrir al manido dicho: lo barato, al final, sale caro. Y no poco, sobre todo si se atiende al imparable alza en el precio de la electricidad, que penaliza el mantenimiento de los aparatos más antiguos ya que estos son los que más energía necesitan para funcionar. El ahorro anual para el consumidor podría superar, al cabo del año, más de 700 euros, según estima la Asociación de Empresarios de Comercio de Electrodomésticos de Aragón (Acear).

Un cálculo elaborado después de que la patronal haya pedido, a nivel nacional, nuevos impulsos para el sector a través de planes renove como el que el año pasado vació las tiendas de Aragón, donde el departamento de Industria ya conoce la petición de los comerciantes. "Ya hemos trasladado una petición al Gobierno de Aragón para que vuelva a poner en marcha una iniciativa que, como se demostró recientemente, tendría una buenísima acogida por parte de los ciudadanos y un acicate para el comercio de proximidad. Fue un rotundo éxito y confiamos en que se repita", apunta el vicepresidente de Acear, Antonio Tornos. Desde la consejería no descartan la línea de ayudas, aunque tendrán que esperar hasta 2022: "Los presupuestos todavía están en fase de redacción y es pronto para concretar nada".

Del horno a la secadora

Tornos desgrana los gastos que un ciudadano podría recortar si mandase al punto limpio los aparatos fabricados hace tres o cuatro lustros: "La compra de un electrodoméstico se suele ver como un gran desembolso, pero en realidad se amortiza en poco más de dos años y empieza a generar ahorro a partir del tercero. Un frigorífico combi moderno de clase A puede consumir 960 kilowatios (kW) menos año que uno del mismo rango adquirido hace quince años. Esto, en dinero, se traduce en 240 euros durante un período de doce meses. En dos años, si le sumas la ayuda del plan renove, la compra está más que justificada. El consumidor gana dinero".

De todos los enseres, la nevera es la que más energía absorbe de la corriente eléctrica. Pero no es ni mucho menos el único. Tomando la misma referencia (aparatos de gama alta actuales y de principios de siglo), un cambio de lavadora implica un beneficio neto anual de 83 euros gracias a los 332 kW que se dejan de emplear. "A ello se suma el consumo de agua, ya que los ciclos de los dispositivos modernos emplean unos 25 litros, la mitad que en las máquinas viejas".

En el caso del lavavajillas el ahorro asciende a 85 euros al año como consecuencia de los 342 kW que se dejarían de emplear. Todo suma. Y en cuanto al horno, el primer electrodoméstico que se arrincona cuando el precio de la luz está desbocado, el dinero que acaba en la hucha ronda los 85 euros (por los 294 kW de diferencia). Otro aparato cada vez más en boga, la secadora, también reporta un buen pellizco si se toma la decisión de modernizarla: 178 euros.

Tornos, quien además de ser portavoz de su sector es el actual presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos), recuerda que "los electrodomésticos de alta gama llevan temporizador y se pueden programar para que trabajen durante la hora más barata, lo que no choca con el descanso de la casa y de los vecinos, ya que también son silenciosos".

Otros 200 euros de ahorro

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aporta otra serie de ahorros ligados al uso de los electrodomésticos. El delegado de la asociación en Aragón, Alejandro Marín, propone prestar atención a la forma de usar secadora, el termo, la lavadora, el lavavajillas y el horno y, en algunos casos, a optimizar su rendimiento mediante la ubicación. En total, pueden 'aparecer' 200 euros en el bolsillo.

El calentador de agua, por ejemplo, "no debe estar en la terraza, el sótano o el garaje", espacios fríos que obligan a trabajar el doble al aparato, que es aconsejable "cubrir con lana de roca y no ajustar la temperatura por encima de los 60 grados". Si no se va a usar durante las siguientes 24 horas, cabe la posibilidad de desenchufarlo para minimizar el gasto eléctrico. Con estas estas prácticas se pueden conseguir nada menos que 68 euros al año.

Una cifra algo más modesta, 19 euros, se puede ahorrar al "separar la ropa por colores y, en función de lo sucia que esté, usar el programa de la lavadora más frío posible". También la secadora puede proporcionar un pequeño montante "si se selecciona el programa más rápido, se limpia el filtro y el condenador y se llena el tambor totalmente, respetando siempre la carga máxima". 

La OCU propone usar "el programa más frío y rápido" del lavavajillas para no desembolsar 13 euros y maximizar el espacio del horno, que debe ser apagado diez minutos antes de que acabe el horneado, durante el cual nunca hay que abrir la puerta. En los doce meses del curso se pueden perder 21 euros si no se usa con cabeza este electrodoméstico.

Además, "un frigorífico bien cargado, cuya puerta se abra poco y con el termostato entre 4 y 6 grados centígrados" evita que se escapen 41 euros. Y unos sencillos gestos al cocinar (sacar los alimentos de la nevera antes de encender la vitrocerámica, usar tapas o apagar el fuego antes de que acabe la cocción) permite mantener en el bolsillo otros 20 euros.

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