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Poner la lavadora, la calefacción y llenar el depósito seguirá siendo más caro este año... y el que viene

La inflación ha llegado al 4% por la subida de la luz y las materias primas, entre otros componentes. 

Factura de la luz y calculadora.
Factura de la luz y calculadora.
EP

Poner la lavadora, llenar el depósito de gasolina o encender la calefacción seguirá costando más este año. La escalada del precio de la luz, que ha llegado a superar los 200 euros por megavatio hora esta semana, sigue detrás de parte del aumento de la inflación. El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha alcaanzado el 4% en el avance del dato de septiembre en la comparación anual, una tasa que no se veía desde hacía diez años.

El aumento del coste de las materias primas y del transporte internacional presionan a las empresas y los presupuestos familiares se resienten, en un momento en el que el empleo no termina de recuperarse de la pandemia de covid-19 por la falta de componentes, que ha frenado la recuperación de la industria. 

Los servicios básicos se encarecen

Los precios desbocados de la electricidad serían los que más asustan a las familias "dada su magnitud y el efecto directo en la factura de los hogares, pero seguidos muy de cerca  los carburantes, el gas y el butano", enumera Alejandro Marín, delegado de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en Zaragoza. "Todos los anteriores son servicios básicos e imprescindibles para las familias y están experimentado un alza continuada", alerta.

Solo el encarecimiento acumulado de la luz llega al 30%. Y estos incrementos se han empezado a trasladar a la cesta de la compra, según la última comparativa de la organización. En el análisis de 16 productos desde junio a septiembre, la asociación ha detectado "subidas muy significativas en los precios de productos tan esenciales como los huevos con un alza del 8,8% y la leche, 7,8%". En el caso de la carne resulta más caro el lomo bajo (6,4%), el pollo entero (5,8%) y el conejo entero (3,9%). Marín advierte de que si continúa este "desorbitado incremento de la electricidad", supondrá una "segunda factura" para llenar el carro de la compra. 

Por otro lado, la gasolina y el gasóleo han subido alrededor del 20% en lo que va de año hasta los 1,437 euros por litro la primera y 1,290 euros la segunda. Llenar el depósito cuesta 14 y 11 euros más, respectivamente.

El profesor zaragozano y miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja, José María Yusta, mantiene que la luz seguirá alta "este año y el que viene". De su consulta al mercado de futuros, donde se puede ver una estimación del precio de la energía a medio y largo plazo, concluye que "en 10 años la previsión es que llegue a los 30 euros por megavatio hora", por el aumento de producción renovable, más barata. Esto supondría volver al precio al que se encontraba hace un año. De momento, en 2022 sigue arrojando un precio de más de 100 euros.  

"Espiral precios-salarios"

Pese al temor de los hogares, algunos expertos, en línea con el Banco de España, calculan que el IPC se empezará a controlar el año que viene, aunque alertan del riesgo de caer antes en una "espiral de precios y salarios" si se pretenden actualizar los sueldos a la inflación. En países como Alemania, con una inflación similar y salarios medios más altos, ha comenzado a reivindicarse este incremento salarial para evitar la pérdida de poder adquisitivo. En España, la subida media en los convenios colectivos que se negocian en las empresas se sitúa en el 1,5%. Los sueldos de los funcionarios y las pensiones sí se actualizarán según el IPC este año.

"Hay motivos para pensar que los precios bajarán y la inflación no tiene por qué ser alta, pero en la medida en que se mantengan los problemas de suministros veremos incrementos de precios"

"Hay motivos para pensar que los precios bajarán y la inflación no tiene por qué ser alta, pero en la medida en que se mantengan los problemas de suministros veremos incrementos de precios", ha explicado Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, en referencia a la falta de microchips que afecta a la industria tradicional y a las tecnológicas.

Para Sanso, "lo más grave sería que se entrara en una espiral de precios-salarios, que como ha habido inflación nos lanzásemos a reclamar salarios altos", apunta. De producirse, la recuperación se podría resentir. "Si la inflación está al 4%, sería una locura pedir aumentos del 4%, no es sostenible sabiendo que es temporal", añade.

El analista cree que en marzo del año que viene los precios habrán vuelto a su cauce y recuerda que la subida es alta porque venimos de un año de pandemia de covid en el que todo caía. "El año pasado la inflación fue negativa, por lo que a poco que se recuperen los precios ahora, la tasa de inflación es muy alta", señala. Por ello, apunta a un "efecto base" por el que sigue notándose las secuelas del parón productivo durante la crisis sanitaria. "Es de esperar que a partir de marzo baje", calcula.

De cumplirse esta previsión, todavía faltarían seis meses de incrementos, en uno de los periodos de más consumo energético. "Hay que tener en cuenta que se aproxima el invierno y no será el precio de la luz el único reto que ha de afrontarse por los hogares, tomando un papel importante el gas y el butano", apunta Marín desde la OCU. La organización considera las medidas del Gobierno para tratar de controlar la escalada energética "insuficientes y coyunturales" y pide "reformas de calado y a largo plazo".

La factura media de la luz se sitúa en 87,4 euros en septiembre, 9 euros más que en agosto, que fue la más cara

Dentro de las recientes medidas extraordinarias del Gobierno destaca que se establece para el mercado regulado del gas (TUR) una limitación temporal del precio en dos trimestres sobre el coste de esta energía, "con objeto de tratar de amortiguar la excepcional subida de las cotizaciones internacionales que nos espera". Cree que este mecanismo es "pan para hoy y hambre para mañana", ya que se recoge en la norma que "el déficit de tarifa se recuperará en las siguientes revisiones".

Sin embargo, las organizaciones de consumidores ya han venido alertando de que las medidas del Gobierno para reducir la factura, basadas en bajar el IVA, eliminar el Impuesto de la electricidad y revisar los cargos del sistema "han sido ya neutralizadas y superadas por el coste de la luz". La factura media se sitúa en 87,4 euros en septiembre, 9 euros más que en agosto, que fue la más cara de la historia. Lo que si han ayudado es a amortiguar la subida, ya que sin la intervención del Gobierno habría llegado a 107 euros, calcula OCU.

Además, Marín celebra "que se haya cuestionado el sistema del pool, y que finalmente se haya puesto el foco en los ingresos extraordinarios que tienen las tecnologías como la nuclear, hidráulica o la eólica", debido al sistema de subastas para fijar el precio que prima a las más caras.

Desde la asociación tachan de "dolorosa" la última subida de la bombona de butano, un 33% más cara que hace un año y esperan que en noviembre se alcancen máximos.

"Este brusco descenso de los ingresos de la familia unido a un incremento del coste de servicios básicos puede ser el caldo de cultivo para el empobrecimiento de todos los consumidores"

Los factores que Sanso considera que pueden torcer esta previsión serán el precio de las materias primas, las dificultades logísticas para que las empresas mantengan la cadena de suministro y la electricidad. "En lo que respecta a las materias primas, lo que más se traslada es el precio del petróleo, que en la luz el efecto es alto", dice. Por ello, considera que mientras no se corrija, la inflación permanecerá alta. El impacto de una espiral de precios altos podría dañar la salida de la crisis de covid, pero Sanso cree que ahora "no hay motivo para cambiar las previsiones económicas". Se muestra más preocupado por los problemas en la cadena de suministro porque está afectando a la producción de la industria. En las estimaciones que elabora para la Fundación Basilio Paraíso se mantiene una previsión de crecimiento para 2021 del 5,6% de media del PIB en Aragón y el 5,0% en España, mientras el paro caerá al 10,67% en la comunidad y el 15,02% en la media nacional.

Yusta alerta de que "el coste de producción de las empresas va a subir si sube la factura de la luz". Los precios industriales ya lo han hecho un 18% comparado con el año anterior, un incremento que no se veía desde mayo de 1980. "Va a ser complicado aguantar", reconoce. 

Sanso opina que aunque los hogares tuvieran miedo a las subidas, "la caída del consumo no será importante", en parte, porque "la pandemia permitió que hubiera un ahorro importante del año pasado". Las asociaciones de consumidores alertan de que el presupuesto familiar ha descendido en el último año, un 10,7% según OCU. "Este brusco descenso de los ingresos de la familia unido a un incremento del coste de servicios básicos puede ser el caldo de cultivo para el empobrecimiento de todos los consumidores", alerta Marín.

Consejos para controlar la factura de la luz

Mientras se moderan los precios, las familias siguen vigilando su consumo de luz. Desde OCU recuerdan a las familias con dificultades que comprueben si tienen derecho al bono social eléctrico. Este permite beneficiarse de descuentos del 25% al 40%, con una ayuda térmica adicional de entre 29 a 124 euros al año.

"Es aconsejable revisar nuestras tarifas, especialmente si estamos en el mercado libre y se aproxima la revisión anual del contrato. Tener una buena tarifa eléctrica puede suponer un ahorro de 26 euros al mes, que suponen 312 euros anuales", calcula Marín.

El profesor Yusta alerta de que las eléctricas "están rompiendo los contratos" para poder actualizar los precios en aquellos pactados por un precio fijo al mes en el merado libre. De esta forma pueden volver a ofrecer contratos con precios más altos como en la tarifa regulada. "Especialmente después de la medida del Gobierno de reducir los beneficios. Es una forma de trasladar el problema al consumidor final", lamenta.

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