¿Se portan peor las mascotas? Triunfan los cursos de adiestramiento de perros

La pandemia también ha afectado a nuestros compañeros animales. Problemas de socialización y comportamiento, ansiedad por separación o estrés son algunas de las consecuencias.

José Antonio Martínez, en una sesión de entrenamiento en el centro Cuatrozarpas.
José Antonio Martínez, en una sesión de entrenamiento en el centro Cuatrozarpas.
Camino Ivars

La crisis sanitaria ha tenido -y sigue teniendo- numerosas consecuencias en nuestras vidas. Algunas de ellas todavía pasan inadvertidas pues han surgido de manera sigilosa, casi sin avisar. Es ahora, con el paso del tiempo, cuando comienzan a detectarse algunos fenómenos como el que tiene que ver con nuestras mascotas. Como explican desde el Colegio Oficial De Veterinarios De Zaragoza, el estado de salud mental de la persona afecta directamente al bienestar y comportamiento del animal.

“Durante estos meses, la especie canina ha sido un apoyo sustancial para mitigar los efectos psicológicos de la pandemia, algo que ha hecho que se fortalezcan muchísimo los vínculos entre animales y humanos” advierte Natalia Arnal, su secretaria. 

Sin embargo, han surgido numerosos problemas de comportamiento y, sobre todo, la denominada ansiedad por separación, algo que se produce cuando la mascota no asume que ha de quedarse sola en casa: “Ha ocurrido algo excepcional. Hemos pasado de llevar una vida de locos a estar varios meses encerrados en casa. A la hora de volver a la rutina, el perro no se ha sabido adaptar”. Algo que han detectado en las clínicas veterinarias donde este tipo de consultas se han disparado.

La pandemia también ha afectado a nuestros compañeros animales. Problemas de socialización y comportamiento, ansiedad por separación o estrés son algunas de las consecuencias

Según datos colegiales, uno de cada cuatro propietarios ha notado más estrés en su mascota por el cambio de rutinas. “Además, uno de cada tres buscaba más atención o cercanía, ladrando o rompiendo cosas o haciendo sus necesidades en cualquier sitio”, añade.

¿Cómo hacer frente a estas situaciones? Los expertos advierten que la única manera es tomándose en serio la educación de nuestras mascotas. Y, para ello, pasar más tiempo con ellos y acudir a un profesional suele convertirse en una buena alternativa.

Sin ir más lejos, en el centro de entrenamiento canino Cuatrozarpas de Fuentes de Ebro han registrado un aumento en el número de solicitudes de sus cursos de comportamiento de hasta un 35% con respecto a las cifras anteriores a la pandemia. “A lo largo de 2019 se produjo un aumento del número de adopciones y compras de animales, sobre todo porque la gente tuvo más tiempo para estar en casa y se convirtió en una alternativa para salir a la calle o pasar más tiempo en familia”, explica José Antonio Martínez, su fundador.

Hasta su escuela han llegado numerosos casos de falta de autocontrol, reactividades a sonidos como timbres o cláxones y, en definitiva, “problemas que había ya de antes pero que no habíamos visto, y que se han puesto de manifiesto al pasar más tiempo en casa en compañía de nuestros animales”, añade.

Otro hecho importante ha sido que, al permanecer más tiempo encerrados en casa y menos en la calle, muchos perros, sobre todo cachorros, han tenido menos oportunidades de socializar con otros animales: “Estos animales no han podido desarrollar habilidades sociales y ahora no saben cómo reaccionar. Cuando son pequeños podemos controlarlo, pero, al hacerse grandes, la cosa se complica”.

El experto también señala a los programas televisivos sobre problemas de comportamiento animal como otro de los motivos para que se haya producido un aumento en la demanda de este tipo de servicios. “Definitivamente, existe una mayor concienciación en el tema de la educación animal. Tenerlo en casa con agua y comida no es suficiente. Un perro necesita mucho más”; reivindica.

José Antonio Martínez, en una sesión de entrenamiento en el centro Cuatrozarpas.
José Antonio Martínez, en una sesión de entrenamiento en el centro Cuatrozarpas.
Camino Ivars

En lugares como en la residencia Don Perro, donde también incluyen un servicio de adiestramiento canino, ponen a disposición de la ciudadanía un espacio de encuentro animal cada domingo en el que los cánidos pueden socializar de manera completamente gratuita. Y recuerdan, aunque lo ideal es comenzar con los adiestramientos lo antes posible, una conducta siempre va a poder corregirse con tiempo, cariño y las herramientas adecuadas. “Un perro no es un juguete y, cuando surge un problema de estas características no suele ser por su culpa. El animal llega hasta donde le dejas”, afirma Antonio, uno de sus adiestradores.

La importancia de elegir bien a nuestro compañero

Además, a la hora de adquirir un perro existe otro problema fundamental y es no elegir correctamente a nuestro compañero. “No todas las razas se adaptan a cualquier persona y eso, en muchos casos, acaba traduciéndose en problemas”, explica. Existen razas más activas, como los perros de aguas o los Border Collie, denominados perros de utilidad; o más sedentarias como los Yorkshire, los labradores o el Bichón Maltés. “Además de esta cuestión genética, cada perro va a tener su propia personalidad”, añade.

Por eso, antes de incluir en la familia a un nuevo miembro animal, es importante analizar nuestro estilo de vida. De qué tiempo disponemos, en qué situación va a estar y cómo lo vamos a introducir en nuestras vidas es una cuestión fundamental. 

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