sucesos 

La Policía sigue investigando la violación de una chica de 16 años junto al Canal Imperial

El presunto agresor, de 19 años, fue enviado a prisión provisional por el juez pero quedan flecos por aclarar

Los hechos se produjeron en el paseo de los Reyes de Aragón, en las inmediaciones del paso superior de la Z-30
Los hechos se produjeron en el paseo de los Reyes de Aragón, en las inmediaciones del paso superior de la Z-30
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La Policía continúa investigando la agresión sexual sufrida por una chica de 16 años en la noche del pasado sábado en la ribera del Canal Imperial. El presunto autor de la violación, un joven de 19 años, fue detenido apenas unas horas después por la Policía y el juez de guardia lo envió a prisión provisional dado el testimonio de la muchacha y los indicios que existen contra él. No obstante, todavía quedan pruebas que aportar a las diligencias, como los resultados de los análisis practicados a la víctima y de las muestras biológicas recogidas.

Como adelantó este diario, fue una vecina de la zona del paseo de Reyes de Aragón quien llamó a la Policía en torno a las 22.15, después de que se encontrara con la chica y esta le pidiese ayuda porque un joven le «había hecho daño». Aunque fue la propia adolescente la que parece que proporcionó el nombre del supuesto agresor, de origen nicaragüense, aún no está claro si ambos se conocían. Los funcionarios lo arrestaron en el barrio de Torrero.

Absuelto de abusos sexuales 

Por otro lado, la sección tercera de la Audiencia de Zaragoza ha absuelto a Carlos T. C., acusado de abusos sexuales a una menor de 13 años que vivía con su madre en una habitación de un piso de Delicias que él les había arrendado. El tribunal no ha encontrado pruebas suficientes contra él.

La sentencia considera que la declaración de la chica en el juicio fue «un tanto dubitativa» e incurrió en alguna contradicción con respecto a lo manifestado en el atestado policial. Recoge que ante algunas preguntas, la menor respondió de una manera «autómata», como previamente estudiada, y usó frases «no usuales en una niña de su edad».

El fallo menciona la declaración de dos testigos, que eran arrendatarias de las habitaciones de la misma vivienda, para dar credibilidad al acusado. Ambas manifestaron que Carlos T. C. es una persona «muy correcta, educada y amable» y fue él mismo quien recriminó a la madre de la menor y a su pareja el «reiterado maltrato» que daban a la menor. De hecho, les dijo que si no cesaban en su actitud hacia la niña deberían abandonar la vivienda.

Para la Audiencia «no hay ni una sola prueba» que de manera directa o indirecta corrobore la realidad de los hechos denunciados por la menor. La víctima manifestó que se sintió acosada por el casero con tocamientos después de pedirle que lo besara y lo abrazara.

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