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Discrepancias en Montón por la protección cultural de una casa solariega del siglo XVIII

La Asociación Ontinar promueve su protección, mientras el Ayuntamiento optaba por el derribo y ahora pide a Patrimonio que invierta en la restauración.

La casa solariega de los Franco de Bernabé, en Montón, fue declarada en agosto a propuesta de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón como Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés.

Esta propuesta tuvo su origen después de que el Ayuntamiento hubiese encargado la demolición del inmueble, que se sustentaba a su vez en un estudio que hablaba de ruina inminente. Sin embargo, la Asociación Cultural Ontinar de la localidad, con la colaboración de la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Cultural Aragonés (Apudepa), solicitó la paralización del derribo y su protección. Así, presentaron una solicitud acompañada de varios informes para argumentar el valor de la vivienda, descartar la ruina y se incoó el expediente en mayo de este año. Apenas tres meses después ha quedado inventariado.

"En octubre de 2020 había una excavadora para tirarlo. Me pareció un error porque hemos perdido otros edificios de valor y dije que había más opciones como rehabilitar", recuerda Miriam Estella, presidenta de la entidad impulsora.

Sus cubiertas están en mal estado y ha sufrido derrumbes de los forjados internos, pero defiende que "tiene posibilidades y para eso hemos consultado a gente que lo cree y que además entiende". Por todo ello, miran al futuro: "Tiene más de 25 propietarios al ser una herencia yacente, pero creemos que el Ayuntamiento debería asumir ser el titular y así poder facilitar que lleguen ayudas, incluso europeas", puntualiza.

Por el momento ya han contactado con algunos de los dueños y están preparando el lanzamiento de una campaña de financiación popular para recoger fondos. Así, en el horizonte saben que lo siguiente es la conservación, en la que calculan que se necesitarían entre 60.000 y 90.000 euros. Después llegaría la intervención en los interiores y el acondicionamiento de toda la parcela. "Tenemos pensado un Plan Director y que tenga un uso en el futuro para todo el pueblo. Pero todo sería más fácil si participa el Ayuntamiento, que podría aportar lo presupuestado para el derribo y para lo que fuera a hacer después".

"Quién carga con el muerto"

Por su parte, el alcalde, Ignacio Muñoz, se muestra rotundo: "La cuestión es ahora quién carga con el muerto, porque Patrimonio igual que ha concedido la declaración bien podría colaborar en invertir para conservarlo". En cuanto a las posibilidades de participación municipal, el regidor es pesimista: "Tenemos contado cada euro que nos entra y tenemos muchas responsabilidades, como el alumbrado, el abastecimiento… Servicios públicos necesarios y no podemos hipotecarnos".

"Es un nido de ratas, de palomas, de suciedad y malos olores, hay quejas de los vecinos y el Ayuntamiento es quien tiene que actuar subsidiariamente para evitar que haya riesgos a la vía pública", recuerda. Así, apunta que el fraccionamiento de la propiedad es otro de los inconvenientes y subraya que "no es justo que se nos cargue con una responsabilidad para la que no tenemos capacidad económica". "Está muy bien catalogarlo, pero ahora hace falta que pongan el dinero", reclama.

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