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Zaragoza se prepara para el desembarco de las bicicletas holandesas

El proyecto de recuperación de las bicis que se abandonan en Ámsterdam recluta interesados para preparar un envío de un centenar de velocípedos a Aragón.

David Saiz, en uno de los camiones con los que traen las bicis a España.
David Saiz, en uno de los camiones con los que traen las bicis a España.
Ridemybike

Era una idea arriesgada, pero ha funcionado de maravilla en ciudades como Burgos, Valladolid o Valencia. Ahora, el proyecto ‘Quierounabici.eu’ ha posado sus ojos en la capital del Ebro y busca ciclistas interesados para preparar un envío de más de un centenar de bicicletas holandesas con destino Aragón. Pero, ¿en qué consiste esta iniciativa? ¿Qué es esto de dar una segunda oportunidad a bicicletas clásicas abandonadas?

La idea partió de la zaragozana Ana Castán, que vive en Países Bajos y durante la pandemia se percató de que cientos de bicis son abandonadas cada año en la ciudad de los canales. Allí las tienen casi por castigo y, tras un par de avisos municipales con forma de pegatina, si el propietario no aparece se llevan la bicicleta a los depósitos. “Después, los talleres las compran en paquetes de cientos y las que mejor están se restauran. Esas son las que tratamos de llevar a España para reintroducirlas en el mercado”, cuenta David Saiz, el otro ‘alma mater’ de ‘Quierounabici.eu’. En apenas unos meses esta pareja de emprendedores han acercado varios camiones con centenares de bicicletas a precios asequibles, previo interés de los usuarios, que han de apuntarse y adelantar 30 euros en concepto de reserva en la web de la plataforma.

“Las bicicletas holandesas son resistentes, prácticas, sencillas… Son fáciles de usar y resultan, incluso, icónicas en Centroeuropa. Tienen el manillar alto por lo que la posición de la espalda es recta y no cuentan con marchas complicadas porque son bicis de ciclismo urbano”, explican los creadores de la iniciativa. “En España las empresas de fabricación siguen tirando de las ‘mountain bike’ que parece que sirven para todo, pero las bicis holandesas son las idóneas para moverse por la ciudad porque circulas con una buena postura, tienes más visión y el freno de contrapedal da más seguridad”, enumeran.

En Burgos o Valladolid, por donde comenzó la ‘conquista’ de estos vehículos, se ven ya decenas de usuarios con bicis holandesas y tanto Saiz como Castán consideran que Zaragoza es “una ciudad grande pero manejable, donde no hay grandes desniveles”, por lo que auguran un buen éxito a la iniciativa “si se siguen facilitando las condiciones para promover el ciclismo urbano”.

En anteriores envíos ya ha habido algunas de estas bicis que han recalado a orillas del Ebro y, ahora, los creadores de ‘Quierounabici.eu’ reclutan interesados para mandar un camión -apuntan como posible fecha a finales de septiembre- a Zaragoza, en donde una decena de ciclistas ya se han postulado para hacerse con una ellas. En las próximas semanas confían en que la demanda roce el centenar, que es el número mínimo de velocípedos que se pueden comprar en los depósitos holandeses donde las restauran.

“Tenemos ya un pequeño grupo de interesados en Zaragoza sin hacer apenas campaña porque el boca a boca está funcionando muy bien. Seguro que tendremos tirón en Aragón y surgirán más interesados”, explican, al tiempo que detallan que todo el proceso se explica en su página web. De entrada, hay que adelantar 30 euros para hacer la reserva: se descontarán de los 150 que suelen costar las bicis (precio final) y serán devueltos en caso de que el envío no prosperara. “Llegan del taller y están totalmente arregladas. Son bicis que no suelen dar problemas”, aseguran, al tiempo que insisten en que el ciclismo urbano no ha de ser contemplado como un deporte sino como un medio más de movilidad accesible a todos. “Durante la pandemia vimos que también son una herramienta más que útil contra el cambio climático y con esta fórmula se favorece la economía circular. Y creo que el eco que está teniendo la iniciativa también responde a que la gente quiere vivir en la ciudad de otra manera: quieren dejar los coches y humanizar los espacios. La bici es única para esto: es beneficiosa para uno mismo y para el resto”, apunta Saiz.

Otro perfil de ciclista urbano

Explican en las múltiples tiendas ciclistas que han abierto en Zaragoza en los últimos años que “el perfil del ciclista local ha cambiado. Hace veinte años la clientela era más joven, con pocos recursos económicos o con motivaciones ecologistas. Después vinieron muchos inmigrantes, también por el tema del poder adquisitivo y, ahora, se ha generalizado tanto que no hay un sector demandante en concreto", explican. La extensión de la malla ciclista en la ciudad ha favorecido también la afición a los pedales y, de hecho, en el Consistorio calculan que un 5,8% de los desplazamientos diarios en la ciudad se hacen ya en bicicleta o en patín, esto es, unos 8.000 movimientos cada día.

En el auge de ventas de los últimos años, al margen de las bicis plegables, ocupan un lugar privilegiados las llamadas bicis holandesas que -antaño- eran se asociaban más con las mujeres de mediana edad, aunque ahora se han roto esos clichés y cada vez más hombres las solicitan. Un bici nueva de estas características cuesta entre 300 y 400 euros, pero también hay opciones de segunda mano u otras un poco más básicas, que rondan los 190 euros.

Ana Castán, rodeada de bicis holandesas, en una imagen de la web.
Ana Castán, rodeada de bicis holandesas, en una imagen de la web.
Quierounabici.eu

"Puede parecer caro, sobre todo si se compara con las ofertas de las grandes superficies, pero partimos de la base de que quien acude aquí busca una bici que le dure mucho tiempo y le dé pocos problemas", comentan en las tiendas, que informan de que estos vehículos -en este caso, de estreno- tienen protección anti-pinchazos y van con la iluminación y el resto de accesorios básicos de serie.

Estos modelos de paseo simplifican bastante el sistema de marchas (o directamente no tienen) para hacer la conducción más cómoda y también buscan una postura más erguida y confortable. Además, los expertos recomiendan a todos los ciclistas urbanos candados de acero que no sean muy fáciles de de forzar, por 30 o 40 euros los hay muy efectivos para evitar en la mayoría de los casos el robo del vehículo.

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