"Muchos de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 experimentan una gran carga emocional denominada distrés, siendo la depresión clínica la enfermedad comórbida más frecuente. No cabe duda de la bidireccionalidad entre ambas patologías". Y, además, la mitad de los enfermos crónicos no toman bien la medicación; un porcentaje que aumenta entre quienes sufren diabetes y depresión. Con esta premisa, Luisa Lozano, enfermera en el centro de salud Las Fuentes Norte de Zaragoza, inició un estudio que se ha prolongado durante más de cinco años, con la pandemia por en medio, y que se convirtió en una tesis por la que ha obtenido el doctorado ‘cum laude’. Su investigación sirvió para comprobar que "una intervención telefónica de atención psicoeducativa combinada y estructurada mejora la adherencia conductual al tratamiento y el pronóstico clínico en 18 meses de seguimiento".

La falta de adherencia en pacientes con diabetes, es decir, tomar la medicación de acuerdo con la dosificación del programa prescrito y la persistencia en el tiempo, se sitúa entre el 30% y el 51%: "El fracaso terapéutico provoca una disminución de la calidad y esperanza de vida, con un incremento del gasto sanitario". Para su estudio, recogió información de 428 pacientes de todo el Sector Zaragoza II, compuesto por 21 zonas de salud. Lozano demostró que "las intervenciones telefónicas son un método rentable para mejorar la adherencia del paciente, lo que supone una herramienta con gran potencial para implantar en los centros de salud donde a la falta de profesionales se suma el aumento de la demanda".

El estudio se dividió en dos fases: en la primera se observó la prevalencia de adherencia al tratamiento en la población mayor de 21 años con diagnóstico de diabetes y depresión; y en la segunda, se abordó un ensayo clínico controlado y aleatorizado de una muestra de la población de pacientes no adherentes al tratamiento farmacológico de Fase I, en la que realizó una intervención durante 18 meses, en 2017 y 2018. El proyecto fue evaluado y aprobado por la Comisión de Investigación Sanitaria del Sector II, la secretaría de la Unidad de Calidad Asistencial y Asistencial del Salud y autorizado por el Comité de Investigación Ética Clínica de Aragón.

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Entre las conclusiones que extrajo de esta ambiciosa investigación está que la población del Sector Zaragoza II con diabetes mellitus y depresión clínica comórbida no adherente al tratamiento resultó ser del 35,4%, proporción que, aunque menor a la estimada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), "resulta ser muy elevada, dada la repercusión clínica hallada a corto y largo plazo que conllevan estas enfermedades crónicas". Además, teniendo en cuenta la prevalencia de ambas patologías y los datos de bajo control glucémico, "es fundamental identificar los factores clave e intervenir en la carga emocional, angustia, distrés médico e interpersonal que, según los resultados presentados, influyen en el control glucémico, y por lo tanto disminuir las complicaciones y mejorar su calidad de vida", puso de manifiesto esta enfermera.

"Se ha comprobado cómo en una población de edad media mayor de 70 años, la intervención telefónica motivadora con periodicidad mensual ha resultado ser más efectiva que otras estrategias", un proceso, además, que se demostró clave antes de que la irrupción de la pandemia evidenciara las posibilidades que ofrece la teleasistencia. Con los datos de este proyecto, propone al Salud la posible implantación de un dispositivo de aviso desde el registro de receta electrónica a los enfermeros de Atención Primaria, con el fin de intervenir telefónicamente, según el protocolo, en caso de que no se recoja el fármaco.