entrevista

José María Alagón: "La mayor riqueza de los pueblos de colonización son sus moradores"

El historiador del arte y profesor universitario José María Alagón Laste (Huesca, 1987) publica 'Los pueblos de colonización de la cuenca del Ebro: planificación territorial y urbanística', su segundo libro sobre este fenómeno.

José María Alagón, en la plaza de la localidad oscense de San Jorge.
José María Alagón, en la plaza de la localidad oscense de San Jorge.
Rafael Gobantes

Su sangre es colona.

Mi vinculación con los pueblos de colonización es, en resumen, mi vida. Vivo en uno de ellos, del que soy originario. Mis abuelos maternos fueron colonos en la finca Paridera Alta y Baja, y mis abuelos paternos en San Jorge, ambos oscenses. Los pueblos de colonización han marcado mi vida y la de mi familia, lo que despertó el interés para investigar.

Una de las acepciones de 'colonizar' es "fijar en un terreno la morada de sus cultivadores". ¿Cómo lo definiría usted?

Para mí también es un modo de vida, una forma de entender las relaciones sociales entre los nuevos pobladores venidos de diferentes núcleos. Es una mezcla cultural de diversas tradiciones, aportando una gran riqueza. Y otras cosas que quien conoce estos pueblos podrá corroborar.

¿Crear las raíces, como hicieron sus antepasados, fue un desafío?

Empezar de cero, en cualquier contexto, es un desafío. Hablamos de pueblos recién construidos, en los que se instaló a las familias cuando todavía no se habían terminado de edificar o antes de dotarlos de abastecimiento de agua y de suministro eléctrico. Eran familias humildes, por lo que los comienzos fueron duros y requirieron mucho esfuerzo. Eran tierras semidesérticas que fueron puestas en riego, labor en la que tuvieron un papel fundamental los colonos con su trabajo. Incluso, tenían que suplir las posibles carencias de esta obra estatal. Los primeros colonos destacan el buen ambiente inicial. Al ser pueblos donde no había nada y en los que todos partían de cero, se originó un espíritu muy familiar, que aún se mantiene en algunos.

Como doctor en Historia del Arte, ¿cuál es la mayor riqueza?

Su urbanismo, arquitectura y arte son reflejo de unos planteamientos creados con un fin: establecer pequeñas "ciudades" dotadas de todos los servicios y que presentan características que los hacen fácilmente identificables. Destaco el valor de sus trazados urbanísticos, con aportaciones interesantes, algunas en línea con el urbanismo moderno de la Europa de entonces. También los inmuebles, entre los que llaman la atención, generalmente, las iglesias, y por supuesto el patrimonio histórico-artístico que cobijan. Pese a todo, siempre defiendo que la mayor riqueza de los pueblos de colonización son sus moradores, que son quienes con esfuerzo dieron vida a estos núcleos.

Ahora ve la luz su segundo libro.

En 2014 publiqué la historia del núcleo de El Temple, que fue el primero en crearse en la provincia de Huesca. El nuevo libro aborda la totalidad de los pueblos construidos en la cuenca del Ebro, aunque centrado en sus aspectos geográficos y urbanísticos.

¿Qué busca al publicarlo?

Poner en valor estos núcleos y reconocer su importancia y relevancia en el conjunto de los pueblos creados por el Instituto Nacional de Colonización, tanto urbanística y arquitectónicamente como en el plano artístico, dado que constituyen un patrimonio cultural y social importante.

'Los pueblos de colonización de la cuenca del Ebro: planificación territorial y urbanística', de José María Alagón.
'Los pueblos de colonización de la cuenca del Ebro: planificación territorial y urbanística', de José María Alagón.
HA

¿Cree que Aragón conoce la historia de estos pueblos?

En general se conoce su historia, pero de una manera liviana. A lo largo de los años se han ido repitiendo muchos tópicos e imprecisiones sobre la historia, sobre sus pobladores -las familias de colonos, principalmente-, y muchas veces no se conoce la historia real. No debemos perder de vista que fueron núcleos creados durante el periodo franquista, que muchas veces no se han puesto en valor en su justa medida.

¿Qué les diferencia a los pueblos de colonización de otros que no lo son?

A simple vista, lo que más llama la atención y lo que les diferencia de los pueblos «viejos», como los denomina la documentación histórica del Instituto Nacional de Colonización, es su morfología. Son núcleos creados de una sola vez -aunque algunos fueran ampliados enseguida-, y esta concepción en sus trazados los diferencia. Erróneamente se afirma que todos los pueblos de colonización son iguales, pero si ahondan en el libro comprobarán que no es así.

¿Qué futuro les espera?

Han pasado por diversas etapas y en muchos se ha experimentado una merma de población. Pero su futuro no es desalentador, porque encontramos una importante dotación de servicios. Suelen ser las segundas y terceras generaciones de estos núcleos las que sienten con mayor vigor el arraigo, quizás porque a los primeros colonos les resultó difícil abandonar sus lugares de origen.

A pesar de la pandemia, ¿los pueblos viven un cambio en verano?

La situación actual ha hecho que valoremos más la vida en el medio rural. La época estival es cuando más población se establece en estos núcleos, pero antes del verano ya experimentaron una transformación.

¿Qué 'engancha' de la vida rural?

Vivir aquí es un privilegio. Implica una calidad de vida en muchos aspectos.

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