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El peligro de las zambullidas: "Todos los años hay algún caso de lesión medular"

El neurocirujano aragonés Javier Orduna advierte de que hay que comprobar la profundidad antes de tirarse a pozas, ríos y piscinas y tener mucho cuidado con los resbalones.

El neurocirujano aragonés Javier Orduna, este jueves en Zaragoza.
El neurocirujano aragonés Javier Orduna, este jueves en Zaragoza.
Toni Galán

El pasado 8 de julio, un ciudadano británico murió en Alicante tras lanzarse a una piscina de poca profundidad y golpearse contra el fondo. El incidente acabó de la forma más trágica posible, pero hay otros casos similares que se producen los veranos en piscinas, ríos y barrancos de nuestro país en los que una mala zambullida termina con lesiones medulares importantes. El neurocirujano aragonés Javier Orduna, que trabaja en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza y en otros centros sanitarios como el  Hospital HC Miraflores, bien lo sabe. A lo largo de los 14 años que lleva ejerciendo su profesión ha visto sobre todo accidentados por zambullidas en ríos y pozas de la Comunidad. "En las piscinas siempre ves alguno, pero es menos frecuente. Son más por resbalones", advierte el también tesorero de la Sociedad Española de Neurocirugía Pediátrica.

¿Cuáles son las consecuencias de una mala zambullida?

El abanico es muy amplio. Desde una fractura -normalmente son cervicales o de la columna cervical alta- que requiere una fijación y estabilidad sin tener que operar hasta una fijación interna (con una cirujía, unos implantes y tornillos) sin lesión medular; una con una lesión medular incompleta (que puede mover brazos y piernas, pero con dificultad y necesitando ayuda); una lesión medular completa (no poder movilizar nada nunca más); y hasta fallecer.

¿Ha visto casos de gente con lesiones medulares provocadas por tirarse al agua?

Sí. Todos los años hay alguno. Y se ven muchas fracturas haciendo barranquismo en verano y también en accidentes de parapente. Por suerte hay muchos que vienen solo con la fractura y la lesión medular es mínima o nula. Y mi opinión personal es que quizá haya más casos de los que pensamos y que seguro no recogen las estadísticas: de gente que tiene un traumatismo medular -después de zambullirse- y que a causa de él se ahogan. Igual ha sido porque ha tenido una fractura cervical o una contusión medular sin una fractura que le ha impedido volver a flotar, nadar o incluso respirar.

¿Cuál es el perfil de estos lesionados medulares?

Suelen ser adultos jóvenes, que es la gente que se zambulle. Los ancianos no se tiran de cabeza ni en ríos ni en pozas y en infantiles es más raro porque los niños son más elásticos.

¿La gente está concienciada del riesgo que conlleva tirarse de cabeza en pozas, ríos o piscinas?

En general sí porque si no habría muchos más casos. Muchos son accidentes. Nos encontramos gente que está en la piscina, que se resbala y se cae de cabeza contra el bordillo. El año pasado un joven de 30 años se fracturó el cuello así, por ejemplo. De zambullido en una piscina algún caso he visto en estos 14 años, pero no son tan frecuentes. Son más en montaña. En pozas y en ríos ocurre que no controlan la profundidad, se lanzan y resulta que hay una piedra y se dan con la cabeza contra ella. Eso puede pasar.

¿Qué recomendaciones le daría a alguien que, pese a todo, decidiera tirarse al agua de cabeza?

Obviamente que se aseguren de la profundidad de la zona en donde se van a tirar. En la piscina ya lo pone; el problema es donde no está indicado. En ríos y barrancos puede cambiar tanto el fondo en las zambullidas de una semana a otra si ha llovido. Puede haber arrastrado un metro de piedras y donde antes había tres metros ahora hay metro y medio. Hay que comprobar la profundidad antes de volverse a tirar. Y tirarse de pie y tener cuidado con los resbalones a la hora de lanzarse, eso es importante.

¿Hacerlo con los brazos extendidos amortigua el posible impacto?

Sin duda. Dependiendo también de la altura de la que uno se tira. Si lo haces desde 8 metros por mucho que lleves las manos adelante, te la pegas igual. En una piscina te protege lógicamente, pero depende mucho de la altura y la profundidad.

¿Y cómo se debería actuar ante un accidentado?

Primero, rescatar a la persona del agua, comprobar que respira y llamar rápidamente al auxilio. Si puede respirar por sí misma no tocarla, que se quede quieta e intentar inmovilizarla todo lo que se pueda. Aunque se intente levantar, decirle que no lo haga y tranquilizarla; puede tener una fractura. Hay gente que dice que le duele el cuello y puede tener una fractura cervical importante. Se puede intentar levantar y a la hora de hacerlo tener una lesión medular posterior.

¿Qué consecuencias puede tener la mala acción de querer ayudar al accidentado llevándolo rápidamente al hospital sin esperar la llegada de los sanitarios?

Se puede provocar una lesión medular o empeorar la que ya está. Es mejor que se esté quieto, que venga alguien, le inmovilicen el cuello, se lo lleven, se haga las pruebas y luego ya se moverá.

¿ Y cuáles son las causas más frecuentes de las lesiones medulares que ve en su consulta?

Sobre todo los deportes de montaña: montañismo (se cae mucha gente por los barrancos) o parapente (siempre llega alguna fractura). Y también los accidentes de tráfico, principalmente de moto. Esa es mi impresión. Todos los años hay varias personas que se quedan parapléjicas por accidente de moto. Por suerte, cada vez hay menos. La gente tiene más cuidado, cuenta con más protección, va cumpliendo más las normas… Y también hay casos por vuelco de maquinaria agraria, pero no es tan frecuente.

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