El Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón nace pendiente de una sede propia

El rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, se ha marcado como reto lograr la financiación para construir un edificio en colaboración con el CSIC y la DGA.

Maru Díaz, José Antonio Mayoral y Rosina López, este miércoles en la puesta de largo del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón
Maru Díaz, José Antonio Mayoral y Rosina López, este miércoles en la puesta de largo del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón
José Miguel Marco

El nuevo Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), que surge de la unión de dos centros de investigación anteriores que se viene fraguando desde 2017, el ICMA (Instituto de Ciencia de Materiales) y el INA (Instituto de Nanociencia), se ha puesto este miércoles de largo en la Universidad de Zaragoza con la asignatura pendiente de contar con una sede propia. Lograr financiación para construir un edificio en el campus Río Ebro es el reto que se ha marcado el rector de la entidad académica, José Antonio Mayoral, quien ha señalado que antes de la pandemia ya se empezó a trabajar con el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y la DGA para recuperar el proyecto del fallido centro de alto rendimiento científico que se paralizó a principios de 2015.

La necesidad de poner en marcha estas instalaciones ha quedado de manifiesto en un acto celebrado en el Aula Magna del edificio Paraninfo que ha servido para explicar las características, recursos y pontecialidad de este centro mixto de investigación entre el CSIC y el campus público que busca ser un referente de excelencia nacional e internacional. El INMA aglutina a cerca de 280 miembros, de los que 150 son investigadores doctores, que participan en más de 80 proyectos de investigación competitivos públicos, con una financiación total de 25 millones de euros. Un equipo humano que completan 90 estudiantes de doctorado y 40 técnicos y administrativos.

El director del nuevo instituto, Conrado Rillo, ha reivindicado la puesta en marcha de unas instalaciones propias para lo que ha dicho que es "fundamental" relanzar las negociaciones con las distintas administraciones implicadas. Asimismo ha subrayado la importancia de diseñar una estrategia de recursos humanos para todos los profesionales que permita también a los técnicos de apoyo paliar los "eternos problemas de estabilidad y sin una carrera profesional por delante que les reconozca los méritos".

Respecto al nuevo edificio, Mayoral ha expresado su confianza en conseguir la financiación necesaria para solucionar una falta de espacio que constituye un "problema muy grave". Por su parte, la vicepresidenta de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC, Rosina López, ha asegurado que este organismo nacional es "conocedor" de las necesidades de espacio y que se va a hacer "todo lo posible para contribuir a él". La consejera de Ciencia y Universidad de la DGA, Maru Díaz, también ha recogido el guante y ha asegurado que desde el Ejecutivo autonómico se va a poner "todo el esfuerzo para intentar buscar respuestas".

Desde este centro se impulsará el desarrollo de materiales avanzados que respondan a los retos sociales del siglo XXI puesto que las posibles aplicaciones cubren prácticamente todos los ámbitos de la vida como materiales para aumentar, tanto la esperanza de vida, como su calidad en el campo de la salud; para la consecución de energía limpia o reducir las necesidades energéticas de dispositivos en el de la energía; o para mejorar la calidad del medioambiente y contribuir a la lucha contra el cambio climático. En el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación, otras aplicaciones de sus investigaciones pasan por la fabricación eficiente de componentes electrónicos, nuevos conceptos de almacenamiento de información y detección optimizada.

El INMA se ha postulado a la convocatoria 2020 de Centros de Excelencia Severo Ochoa del sistema español I+D+i. Esta acreditación, que otorga la Agencia Estatal de Investigaciónn (organismo adscrito al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades), supondría, además de un reconocimiento, contar con una financiación anual de un millón de euros durante cuatro años. 

La investigación desarrollada en el nuevo instituto se organiza en seis áreas: dos transversales y cuatro aplicadas. Las dos áreas transversales son Síntesis, Procesado y Escalado de Materiales Funcionales Avanzados y Tecnologías Experimentales Singulares. Las de investigación aplicadas se centran en Materiales para la Energía y el Medioambiente; para Biomedicina; para las Tecnologías de la Información; y Nuevos Fenómenos en la Nanoescala.

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