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Marta Frías: "Sin pensarlo, arbitrando he roto techos de cristal"

La árbitra aragonesa dirigió el pasado fin de semana la final de la Supercopa femenina de España.

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Marta Frías, en mitad de la gélida noche zaragozana.
Francisco Jiménez

La colegiada aragonesa Marta Frías dirigió el pasado fin de semana la final de la Supercopa de España de fútbol femenino, un paso más para una árbitra consolidada en la élite nacional.

Cada vez es más complicado dar con usted...

No he podido quedar antes. Y aquí estamos, a las nueve de la noche, en la calle, pues todo está cerrado por las medidas restrictivas por la covid, y con un frío que pela (sonríe).

Decía antes que no es sencillo pillarla...

Intento sacar tiempo para llegar a todo, pero los últimos días han sido muy intensos. Por ejemplo, ayer llegué por la noche de Almería de arbitrar la final, hoy me he levantado a las 6.30 para ir a trabajar, luego he tenido clase de inglés, y después tenía el entrenamiento... Y en un rato, cenaré.

¿Merece la pena tanto esfuerzo?

Desde luego. Si no me sintiera desarrollada arbitrando, lo habría dejado. Me gusta arbitrar. Si además, te designan para partidos como la Supercopa de España, mejor todavía.

Con 3-0 de resultado, fue un partido sencillito de pitar...

Son dos buenos equipos el Atlético de Madrid y el Levante. No hubo problemas, lo que no quiere decir que fuera sencillo. Hay que controlarlo todo. Como asistente estuvo también la aragonesa Elena Pardos.

Pasó usted desapercibida, lo mejor para un árbitro.

Sí, los árbitros solo suelen ser noticia cuando se equivocan. Cuando aciertan, nadie dice nada. El fútbol es así.

Tópicos al margen, su designación para un partido ‘top’ no es un hecho aislado.

¿Se refiere a que también pité el primer Real Madrid-Barça femenino de la historia?

Por ejemplo.

No es por tirarme flores, pero estoy muy feliz. También arbitré la final de la Copa de la Reina en 2014 y 2016. Ya llevo 13 años en categoría nacional. Soy internacional desde 2012, arbitrando Europeos, Champions, Rondas Élite... Desde hace tres años formo parte del grupo especial que dirige encuentros de la Liga Iberdrola.

¿Tanto han evolucionado el fútbol y el arbitraje femeninos?

Muchísimo. La progresión experimentada es impensable para el nivel que había en 2001, cuando yo comencé a pitar. El esfuerzo ha sido enorme. Y ahí está toda la mejora que también se refleja en la selección española. Desde Madrid, Carlos Velasco Carballo nos ha empujado mucho.

Hablaba antes de sus inicios.

Comencé a arbitrar, como le decía, hace veinte años. ¿Sabe cuántas árbitras éramos en Aragón entonces?

Pocas...

Mónica Lavilla y yo. Mónica lo dejó. Ahora somos 35 árbitras en todo Aragón. Yo intento ayudar todo lo que puedo a las que comienzan. Se ha volcado el Comité Técnico de Árbitros con nosotras, igual que José Luis Iglesia, que era el presidente cuando yo comencé, como luego Campillo, Luis Duro Gil, o ahora Paco Ramo y Paco Ruiz.

También hubo malos momentos...

Afortunadamente, los menos. Una vez me insultaron con un altavoz en el campo del Lleida. Era asistente de Luis Miguel Vallejo, que paró el partido y avisó al delegado. Todo se zanjó allí.

¡Qué gran árbitro era Luismi Vallejo Aznar...!

Y qué gran deportista. Como Carlos Clos... Sin embargo, para el Gobierno de Aragón aún no somos deportistas de élite. Javier de Diego Pagola, actual director general del Deporte, que también fue árbitro, sé que se está moviendo para reconocernos como jueces de mérito.

Algo es algo... Usted se lo merece, después de haber superado tantas y tantas barreras.

Nunca me he detenido en ese tema. En el arbitraje, como en la vida, surgen obstáculos que debes superar. Pero lo cierto es que, sin pensarlo, arbitrando he roto techos de cristal.

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