Heraldo del Campo

borrasca filomena

UAGA pide que que se declare zona catastrófica el olivar de Belchite, del Bajo Aragón y del Matarraña

En sus primeros cálculos sobre los daños ocasionados por la borrasca Filomena, la organización agraria advierte además de las "cuantiosas pérdidas" que la nieve ha provocado en los invernaderos de la huerta de Zaragoza.   

Olivares de Belchite tronchados por el peso de la nieve
Olivares de Belchite tronchados por el peso de la nieve
J. Murría

Aunque reconoce que todavía es pronto para conocer el alcance real de los daños provocados en el campo por el paso de la borrasca Filomena, la organización agraria UAGA ya ha realizado un primer balance de las pérdidas ocasionadas por la nieve y el hielo. Sus responsables reconocen que "habrá que esperar unos días más que desaparezca toda la nieve y entonces se sabrá si las producciones evolucionan favorablemente o no", si bien, de momento, piden que se declare zona catastrófica al olivar de Belchite, del Bajo Aragón y del Matarraña.

Y es sus primeros cálculos evidencian la magnitud de los destrozos provocados en estos cultivos. El peso de la nieve, recuerda la organización agraria, provocó la rotura de numerosas ramas en los olivos, aproximadamente el 50% del volumen del árbol. Una merma, advierte UAGA, que implicará la reducción de la cosecha durante los próximos 4 o 5 años, ya que habrá que esperar a que broten de nuevo las ramas y estas sean productivas. "En el caso de las plantaciones jóvenes, estos daños pueden provocar la muerte del árbol", señalan desde la organización agraria, que destaca que además se las bajas temperaturas y el hielo han provocado daños en las instalaciones de riego, tanto por congelación como por rotura debido a la caída de las ramas. "En los municipios de Belchite (mayoritariamente) y de Codo se han visto afectadas entre 1.000 y 1.200 hectáreas de olivar tradicional de secano. Además en Belchite todavía quedaba pendiente de recoger un 25% de cosecha, algo que ya se da por perdido también", señala UAGA. Y lo que es peor, dado que la actual campaña de olivas no era buena, los agricultores esperaban que el próximo año y debido al ‘vecero’ la cosecha fuese más elevada, unas expectativas que se han ido al traste con el paso de Filomena.

El olivar también ha quedado dañado en las comarcas del Matarraña y del Bajo Aragón. Calcula la organización agraria que en estas zonas la afección alcanza el 50%, pero asegura que muchos árboles "han quedado totalmente destrozados" porque ya habían sufrido considerablemente cuando el año pasado casi por estas mismas fechas, otra borrasca, de nombre Gloria, tronchó una parte importante de su ramaje. Tampoco habían terminado la recolección en estas zonas, por lo que la merma podría ser mayor, ya que, como recuerda la organización agraria, habrá que esperar para comprobar si las olivas terminan finalmente en el suelo o aguantan hasta que sea posible cosecharlas.

"El olivar es un cultivo tradicional en estas comarcas y que supone un importante complemento económico para muchas familias que se dedican a la agricultura, cuya renta se ve ahora comprometida durante los próximos 4 años", insisten los representantes de UAGA, que justifican así su petición al Gobierno de Aragón para que solicite a la Administración Central la declaración de zona catastrófica.

Destrozo en los invernaderos

No son los únicos cultivos dañados por la nieve. Los invernaderos dedicados a la producción hortícola ubicados en Peñaflor, Montañana, Santa Isabel, Cogullada, Cuarte de Huerva y Cadrete se vinieron abajo por el peso de la nieve acumulada. "Son invernaderos tipo Capilla o tipo Almería, unas infraestructuras de cubierta plana, que pueden ser de plástico o de malla, para que entre y salga el aire, por lo que como consecuencia de su desplome de estas estructuras la producción de borraja y acelga ha quedado casi destruida por completo", explica UAGA.

Foto de los invernaderos de Peñaflor destrozados por el peso de la nieve tras el paso de la borrasca Filomena
Foto de los invernaderos de Peñaflor destrozados por el peso de la nieve tras el paso de la borrasca Filomena
TONI GALAN

Fuera de los invernadero, en las hortalizas que se cultiva en exterior no ha sufrido apenas daños, al menos en lo que se refiere a la producción de coliflor, col de hoja o brócoli, pero en los próximos días se podrá valorar los destrozos en borraja o acelga. "Los hortelanos calculan que se habrá perdido entre el 40% y el 50% de la producción de hortaliza de invierno", señala la organización agraria. Y advierte que "es muy raro" que estos productores dispongan de un seguro que cubra estos siniestros "porque las condiciones económicas de esas pólizas hacen inviable su contratación", por lo que asegura que la organización seguirá trabajando para logar un seguro que dé cobertura a los titulares de explotaciones familiares, "una herramienta fundamental para garantizar el futuro de los hortelanos".

Los primeros cálculos realizados por la organización cinco días después del paso de Filomena ponen en cuarenta los daños que la borrasca ha podido causar en otros cultivos. “En las comarcas de Cinca Medio y Bajo Cinca, los agricultores están preocupados por la evolución de las plantaciones de caquis y granadas, unos árboles que no están habituados a estas temperaturas tan bajas”, señalan desde UAGA. También hay inquietud en las comarcas de Calatayud y Valdejalón, donde los fruticultores están pendientes de saber si los cerezos acusarán el frío gélido que recorre la Comunidad. La siembra de trigo y otros cereales de invierno podría resentirse en la Comarca de Daroca y en la provincia de Teruel, donde durante varios días las temperaturas han estado por debajo de los 20 grados. “En estas zonas, la nieve no es un problema, pero sí que lo es la aparición de placas de hielo”, insiste el sindicato agrario.

Las explotaciones ganaderas también suman pérdidas, porque la gran cantidad de nieve ha causado muchos problemas de acceso a las granjas para llevar agua y alimento a los animales. Así ha sucedido en gran parte del territorio aragonés, donde también se han producido congelaciones y roturas de tuberías en las granjas y en las naves.

Junto con este parte de daños, la organización agraria que lidera José María Alcubierre ha querido destacar además que, aunque preocupados por sus producciones, los agricultores y ganaderos aragoneses no dudaron ni un minuto en volver a subirse a sus tractores en pleno temporal para retirar la nieve y despejar las calles y vías de acceso en los pueblos con el fin de facilitar la movilidad de todos los vecinos.

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