La dirección de Zufrisa hace efectivos los primeros 22 despidos de la planta de Calatorao

En los próximos días otros cinco empleados perderán su empleo. La plantilla presentará una demanda ante el TSJA.

Trabajadores de Zufrisa y agricultores en una protesta ante la sede de Zufrisa.
Zufrisa.
Jesús Macipe

La dirección de Zufrisa –cuyo accionista mayoritario es la empresa catalana Nufri– ha comenzado a hacer efectivo el expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a un total de 27 de los 31 trabajadores que tenía en plantilla.

Los primeros despidos se produjeron el pasado miércoles y afectaron a un total de 22 trabajadores. Otros cinco dejarán la planta, dedicada a la empresa dedicada a la producción de zumos, cremogenados y concentrados de frutas y situada en la localidad zaragozana de Calatorao, en los próximos días. Fue el pasado mes de octubre cuando la junta general de accionistas de la empresa decidió «por unanimidad» la paralización de la actividad industrial transformadora de frutas para dedicar las instalaciones únicamente a la recepción y logística de la fruta de los socios productores y del resto de proveedores.

Esta decisión incluía el despido de la mayor parte de la plantilla, ya que para la nueva actividad los propietarios solo se contaba con cuatro empleados, que "de momento" continúan en la planta zaragozana. Sin embargo, el representante legal de la plantilla, David Burgos, mostró este jueves muchas dudas sobre la continuidad de estos trabajadores. "No lo vemos claro, la empresa dice que seguirán pero no terminamos de creérnoslo", señaló el abogado, que insistió en que la decisión de la dirección solo responde a una "maniobra monopolística para concentrar el mercado y rebajar así el precio de compra a los agricultores y proveedores".

Desde el momento en que la empresa comunicó su decisión, la plantilla y sus representantes, apoyados también por organizaciones agrarias y agricultores, han manifestado su rechazo a los argumentos de la propiedad, que justifica los despidos y el cese de la producción por unas pérdidas económicas que superaban el millón de euros. Unas pérdidas que, según los trabajadores no son reales, ya que, según insisten, el pasado año fue un buen ejercicio en el que las ventas fueron superiores a la media habitual.

Aunque el ERE (que terminó sin acuerdo) ya se ha hecho efectivo, Burgos explicó ayer que tiene previsto presentar en los próximos días una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), que es el órgano competente, para conseguir la nulidad de los despidos. "Las pérdidas no son reales y solo responden a un ejercicio de ingeniería financiera", insistió el representante legal.  

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