Heraldo del Campo

Vitivinicultura

Esperanza y cautela entre los productores aragoneses de cava ante la incierta campaña navideña

Confían en mantener las ventas, que dependerán de las restricciones por la covid.

Las ventas de cava aragonés han mantenido una tendencia al alza en los últimos años.
Las ventas de cava aragonés han mantenido una tendencia al alza en los últimos años.
Heraldo.es

Hace tan solo un año, las bodegas aragonesas integradas en la D. O. Cava ya tenían vendida toda su producción y sabían a ciencia cierta que la campaña sería, como en los últimos años, de récord. Ahora, en este atípico 2020 marcado por una pandemia que no da tregua, apenas se atreven a augurar cómo irán las ventas en la ya cercana Navidad, unas fiestas que concentran el momento álgido del consumo de este espumoso con sello de calidad.

"No tenemos perspectivas. Es imposible hacer previsiones", señala César Langa, director técnico de la bodega bilbilitana que lleva el nombre familiar y la principal productora de estos caldos en Aragón. Y es que es difícil echar cuentas ante una situación como la actual, "nunca antes vivida", apunta, en la que el mercado y el consumo funcionan a ritmo de pandemia y de las restricciones impuestas para frenar su avance.

El pasado año, esta bodega integrada en la Denominación de Origen Calatayud, comercializó toda su producción de cava, medio millón de botellas. "Hemos trabajado mucho, incluso para incrementar nuestras ventas, sirviendo a las grandes cadenas de distribución en todo el territorio nacional. Hemos hecho bien los deberes", insiste Langa. Pero el director técnico de esta bodega centenaria reconoce que el resultado final dependerá de que "las familias puedan celebrar juntas la Navidad". Porque, asegura, si el avance de la covid pone límites a las reuniones en torno a la mesa, "brindar se brindará, pero mucho menos, porque no es lo mismo si están diez personas que si solo están cuatro". Eso sí, arroja una esperanza porque considera que si finalmente las familias pueden reunirse con cierta normalidad, "incluso aumentará el consumo, ya que la celebración será mayor".

Langa reconoce que la bodega ha notado el impacto que ha supuesto el cierre de la hostelería y las restrictivas medidas que se han impuesto al canal horeca, aunque destaca que la empresa puede amortiguar el golpe ya que tiene muy diversificado el mercado. De hecho el 60% de esta producción sale al exterior, unas ventas "que han funcionado muy bien incluso durante el confinamiento".

Reacción del consumidor

Muy cauteloso ante lo que pueda suceder, explica que la implantación en los lineales se está haciendo con total normalidad, pero reconoce que "ahora habrá que esperar la reacción del consumidor".

Algo más optimista se muestra Ignacio Pastor, director general de Cooperativa Vinícola San Valero, situada en Cariñena e integrada en la denominación de origen del mismo nombre, que elabora cavas en su bodega Gran Ducay desde 1984 y también bajo la marca Particular desde 2016. Pastor asegura que esperan mantener las ventas del pasado año, alrededor de 300.000 botellas, incluso destaca que este año cuentan con "algo más de producción". Pero a renglón seguido añade cautela a sus expectativas al asegurar que "todo dependerá de si hay restricciones para las reuniones familiares".

A los cavas de Monte Ducay y Particular no les ha afectado esencialmente las limitaciones en el sector de la restauración. "El consumo principal se realiza en el hogar", señala el directivo, que avanza que la bodega ha hecho sus primeros pinitos con exportaciones a Venezuela y Rusia.

Ainzón es también tierra de cava. Allí es donde está instalada Bodegas Bordejé, la primera bodega aragonesa que se lanzó a la producción de estos espumosos, de los que comercializa alrededor de 200.000 botellas. Y allí se encuentra también Monasterio de Veruela, la bodega con la que el Grupo Ruberte elabora sus cavas. Su enóloga, Susana Ruberte, que lidera la bodega junto con sus hijas Ana y Alicia Salvador, asegura que, "de momento", las previsiones "están en la misma línea que el pasado año", en el que esta bodega comercializó unas 25.000 botellas de su brut nature joven Cava Camino al Moncayo en la variedad blanco y rosado de garnacha, y alrededor de 15.000 del brut nature Monasterio de Veruela reserva. Reconoce, sin embargo, que la campaña se encara con mucha incertidumbre, ya que nada está escrito y todo dependerá de cómo afecten las medidas contra la covid en el consumo familiar. Confía, sin embargo, en que las compras en la gran distribución compensen en parte las restricciones en la hostelería y la desaparición de las cenas de empresa.

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