viticultura

Todo vendido y más que hubiera

En pleno diciembre, mes de mayor consumo de cava, las bodegas hacen balance. Sus ventas se mantienen en cifras similares a las del pasado año -un millón de botellas- pero es que la producción no da para mucho más. De momento.

Embotelladora de cava de Bodegas Langa, empresa familiar de más de 150 años incluida en la D. O. Cava y en la D. O. Calatayud.
Embotelladora de cava de Bodegas Langa, empresa familiar de más de 150 años incluida en la D. O. Cava y en la D. O. Calatayud.
B. L.

No se venderá este año mucho más cava aragonés que el que se comercializó en 2018. Pero no es ni mucho menos porque el mercado no haya reconocido su calidad, sino porque no hay más. Eso sí, de momento. Para el próximo año, las bodegas aragonesas que están incluidas en la Denominación de Origen Cava -Bodegas Langa (Calatayud), Bordejé y Camino del Moncayo (Ainzón) y Cooperativa Vinícola San Valero (Cariñena)- ya tienen previsto el incremento de la producción gracias a las inversiones realizadas en los últimos años para aumentar su capacidad de elaboración o embotellado, con lo que las cifras con las que se prevé cerrar este año podrían dar un salto exponencial, ya no solo en el mercado español sino más allá de sus fronteras.

Queda la recta final -diciembre es el mes en el que más cava se consume-, esa en la que los consumidores comienzan a aprovisionarse de los productos con más presencia en las mesas navideñas, en las que el brindis (especialmente con este tipo de espumosos) es uno de los ritos más habituales. Pero en las bodegas, aunque siempre pueden quedar algun pedido de última hora, las cuentas ya están echadas. Las ventas de cava aragonés volverán a rondar este año el millón de botellas, una cifra sin apenas cambios respecto al ejercicio pasado, pero que supone más del doble de los que se producía y se vendía en aquel 2004 cuando unas afirmaciones del entonces presidente de ERC Josep Lluís Carod Rovira contra la candidatura olímpica de Madrid 2012 desataron un supuesto (nadie lo confirmó como tal) boicot al cava catalán que sacó a la luz una desconocida producción aragonesa cuya calidad no ha dejado desde entonces de conquistar paladares y ampliar cuota de mercado.

«Algo se nota, pero si estamos creciendo es por las cualidades de los productos elaborados en Aragón», reconocen los productores ya algo cansados de explicar que no es la situación política en Calatuña lo que está aupando sus ventas. «Sin buen producto no hubiéramos durado ni una campaña», insisten.

Las cifras corroboran estos argumentos. Las ventas no han dejado de crecer en los últimos quince años. Y el futuro anuncia nuevos incrementos. De hecho, Bodegas Langa dispone de una moderna línea que duplica su capacidad actual de embotellado. También será mucho mayor la producción que en próximos ejercicios pondrá en el mercado la Cooperativa Vinícola San Valero (antes Grupo BSV), que ha instalado en su bodega Tierra de Cubas una nueva embotelladora que permitirá alcanzar una producción de 500.000 botellas. Incluso Monasterio de Veruela cuenta con unas bodegas subterráneas con capacidad para 300.000 botellas, mucho más del volumen que ahora producen y comercializan.

Ni más ni menos que el año pasado. Bodegas Langa, la principal productora de cava de Aragón, cerrará el año con 500.000 botellas comercializadas. Por eso, y aunque quedan los días en las que las compras de este producto se intensifican por las celebraciones navideñas, los responsables de esta bodega incluida también en la Denominación de Origen Catalayud reconocen que «va a haber más presión en las ventas y puede que haya algún cliente que se ponga nervioso, pero las botellas son las que son».

Y es que Langa hubiera sacado al mercado (con éxito seguro) más producción si la tuviera. Pero no es así, a pesar de que ahora dispone de una nueva nave de casi 2.000 metros cuadrados y una nueva embotelladora que le permiten sacar al mercado hasta un millón de botellas. Pero eso no llegará hasta pasado unos años, porque esta empresa familiar que ya ha superado los 150 años de historia (de ellos más de medio siglo elaborando espumosos) quiere avanzar con paso firme, pero sin prisas. «En cada campaña hay que hacer las previsiones con un año de antelación», señala su director técnico, César Langa. Una afirmación con la que responde a lo complicado que es prever cómo influirán situaciones que afectan a la economía (posible recesión y retraimiento del mercado) o la política (conflicto catalán). «Con situaciones tan cambiantes a veces te puedes quedar corto y otras pasarte», señala.

Bodegas Langa exporta el 60% de su producción pero cuenta con un buen posicionamiento en el mercado nacional, gracias también a su cada vez mayor y mejor presencia en los lineales de la gran distribución. De hecho, asegura su director técnico, sus cavas han escalado a la primera posición en ventas en las más reconocidas enseñas comerciales, por delante y desplazando a las míticas marcas catalanas que hasta ahora siempre acompañaban los brindis navideños. Además, «son nuestras referencias más caras las que están teniendo una gran acogida», explica Langa.

Si el año pasado esta bodega bilbilitana llegaba a las Navidades con una renovada línea de su emblemática y laureada gama ‘Reyes de Aragón’ -a las que sumó tres innovadoras referencias (el Gran Reserva Brut Nature, el Reserva Brut Nature y el Ice Reina Petronila )-, la novedad para este 2019 es la presentación en los lineales, a los que sus vinos llegarán en un cuidada caja para varias unidades, «un ‘packaging’ que anima las ventas porque estos formatos tienen un gran posicionamiento en los supermercados», detallan los responsables de esta bodega que ya trabajan para sacar al mercado un cava ecológico en 2020.

Desde Tierra de Cubas

El municipio de Cariñena está integrado en la D. O. Cava. Y allí es donde se sitúa una de las principales elaboradoras de este espumoso. Gran Ducay (bodega integrada en la Cooperativa Vinícola San Valero) lo lleva haciendo desde 1984 y con esa marca sale al mercado una amplia gama de productos tanto en blanco como en rosado y reserva. Desde 2016 y con la creación de Particular también cuentan con un «innovador y exclusivo» cava blanco elaborado con una no menos exquisita uva tinta (garnacha blanc de noirs).

Este año, San Valero ha comercializado un volumen menor de botellas. «Un 20% menos», reconoce su director de Marketing, Javier Domeque. Sin embargo la facturación ha sido mayor porque «el precio medio del producto se ha incrementado un 30%». Eso sí, coincidiendo con la celebración del 75 aniversario del grupo vitivinícola, sus cavas Gran Ducay han llegado al mercado con nueva cara, una imagen completamente renovada, «basada en el concepto de embotellar el sol de Cariñena».

Particular tiene además un nuevo compañero de viaje. Un nuevo Garnacha Blanc de Noirs Reserva con una crianza en botella de 15 meses en la oscuridad y profundidad de sus cavas. «Queríamos ofrecer algo más serio, menos fresco y dirigido a un público que tiene más conocimientos y aprecia más el cava», señala Domeque, que aunque reconoce que la situación política en Cataluña y el posible boicot «obviamente influye», asegura que es la calidad de la producción aragonesa la que se ha abierto hueco por méritos propios en los mercados.

El crecimiento de los cavas de San Valero está por venir. Llegará el próximo año, cuando esté totalmente operativa la nueva línea embotelladora instalada en la bodega Tierra de Cubas, adquirida en 2016 por este grupo cooperativo vinícola. Con ella, recuerda el responsable de márquetin, la producción de estos espumosos alcanzará las 500.000 botellas, lo que supone más que triplicar la cifra actual, que se sitúa en torno a las 150.000.

Materia prima no les falta, porque San Valero es la principal productora de vino base para cava de Aragón. Produce 4 millones de litros, que tienen como destino las principales bodegas cavistas españolas. «A partir de ahora utilizaremos buena parte de ese vino base para ampliar nuestra producción», señala Domeque, que detalla que aunque se realizan ventas en el exterior, «nuestro principal mercado es el nacional».

Cava solidario

Es en Ainzón, en el corazón de la Denominación de Origen Campo de Borja, donde está instalada la primera bodega aragonesa que se dedicó a la producción de cava. Fundada por la familia Bordejé, la elaboración de sus espumosos, que gozan de gran reconocimiento en el mercado, se remonta a 1962, fecha en la que realizó plantaciones de macabeo en sus tierras para elaborar vino de cava por el sistema champanoise. Su producción se ha mantenido en torno a las 200.000 botellas, una cifra que irá aumentando en los próximos años gracias a los frutos de los viñedos plantados hace tres años.

En Ainzón se ubica también Monasterio de Veruela, la bodega que la familia Ruberte adquirió en 2016 para elaborar cava. Sus ventas se sitúan este año ligeramente por encima de las cifras de 2018 -unas 25.000 botellas de su brut nature joven Cava Camino al Moncayo en la variedad blanco y rosado de garnacha, y alrededor de 15.000 del brut nature Monasterio de Veruela reserva-. «Hemos crecido un poco, tal vez un 5%», señala la enóloga Susana Ruberte, que lidera la bodega junto con sus hijas Ana y Alicia Salvador. Ruberte resalta que este año la novedad ha sido el lanzamiento de un Monasterio de Veruela Solidario CMM, diseñado para ayudar a la lucha contra el cáncer. «Es un homenaje a mi gran amiga Isabel Vaquero, con la que tenía en marcha este proyecto», explica sin poder disimular la emoción.

El mercado de Monasterio de Veruela es esencialmente nacional, aunque comienza a dar pasos firmes en las exportación. «Tenemos ahora un cliente en Dinamarca que está funcionando muy bien», señala Ruberte, que asegura que si hay boicot a los productos catalanes «a nosotros no nos afecta porque nuestra preocupación no es competir en precios sino en calidad».

Su previsión es ir creciendo en producción y ventas. «Pero lo haremos con prudencia y poco a poco, porque lo cierto es que abrirse paso en el mercado cuesta mucho», explica esta enóloga. De hecho, la bodega cuenta con una cava subterránea de cerca de 600 metros cuadrados con capacidad para unas 300.000 botellas. Y allí reposa también el gran reserva que Monasterio de Veruela lanzará al mercado en un futuro. «Para eso nos faltan dos años», detalla Ruberte, que cree que todavía hace falta una importante labor de divulgación entre los consumidores para acabar con esas erróneas creencias de que los espumosos solo son para brindar y acompañar los dulces.

Aunque no lucen el sello de la D. O. Cava, hay otras bodegas que elaboran espumosos en Aragón. Destacan Cabal, Bodegas Lalanne, Alodia, Jordán de Asso, o Fanbar, que, con producciones más limitadas, también dejan huella de la calidad aragonesa en las mesas de toda España.

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