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Nacho de Blas: "La suspensión de los ensayos de la vacuna entra en lo esperable, la buena noticia es que no lo han ocultado"

El epidemiólogo veterinario confía en que solo suponga un retraso de la investigación de "una o dos semanas".

Las investigaciones las lleva a cabo Astrazeneca y la Universidad de Oxford.
Las investigaciones las lleva a cabo AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
EFE

Los ensayos de la última etapa de la vacuna en la que trabaja la farmacéutica AstraZeneca con la Universidad de Oxford han tenido que paralizarse por la aparición de síntomas de una enfermedad "inexplicable" en uno de los pacientes a los que se les había suministrado una dosis. 

Nacho de Blas, epidemiólogo veterinario y profesor titular de la Universidad de Zaragoza, considera que una suspensión en una investigación de este tipo "entra dentro de lo esperable y la buena noticia es que no lo han ocultado", señala. Hay muchas presiones entre las compañías que han entrado en la carrera por la vacuna en todo el mundo. "Me da seguridad que no se están ocultando este tipo de eventos con el fin de autorizar la vacuna", afirma. 

Mielitis transversa

Ante los posibles retrasos que pudiera suponer este parón, De Blas aclara que "es una suspensión temporal, no es una cancelación del estudio". Calcula que puede suponer un retraso, "como mucho, de  una o dos semanas". España y la Unión Europea (UE) han llegado a acuerdos con la farmacéutica con sede en Londres para adquirir dosis.

Según las primeras informaciones, tras el comunicado emitido por la farmacéutica, el diario estadounidense 'The New York Times' ha señalado que uno de los pacientes sufre mielitis transversa, una inflamación de la médula espinal. Se trata de un efecto secundario "muy raro", explica el epidemiólogo. "No se saben muy bien las causas, pero aparece a veces relacionada con infecciones virales y vacunaciones", señala. Es uno de los efectos adversos que pueden tener vacunas como la de la varicela o la de la rabia. Se trata de una reacción del sistema inmune.  

Puede dejar secuelas, según a qué altura de la médula se ha producido afectación, "pero entre dos semanas y tres meses empieza la recuperación", señala. Aunque apunta que hay casos en los que se tarda hasta dos años en recuperarse. Considera que "entra en dentro de los riesgos asumibles". Como ha explicado también en su cuenta de Twitter en la que ha dicho que su confianza en la vacuna subía "varios enteros" con la suspensión.

"Cualquier medicamento tiene efectos secundarios", recuerda, si se consulta el prospecto de las medicinas que podemos tener en casa.

Ahora se iniciará una fase para estudiar lo que ha ocurrido, hacer estudios complementarios y vigilar al resto de pacientes. "En la fase 3 lo que están haciendo es comparar 20.000 personas que han vacunado con otras que no lo están para ver cuántas desarrollan la enfermedad", recuerda. De esta forma, si el porcentaje de enfermos entre los vacunados es "significativamente" menor que el de afectados en el que no han recibido la vacuna, "entonces se puede comercializar".

Afirma que  la suspensión"no va a retrasar al resto todos los equipos que están trabajando" ya que es una de las reacciones que están estudiando. "Lo que me extrañaría es que los ensayos pasaran de los 20.000 pacientes y no hubiera ningún efecto adverso", añade. Ante posibles consecuencias adversas cree que siempre es "mejor saber el riesgo que se está asumiendo".

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