coronavirus

“Los efectos de las medidas contra el virus tardan unos diez días en apreciarse”

Los datos del martes de nuevos contagiados en Aragón fueron mejores de lo esperado, pero los expertos advierten de que hay que ser prudentes para hablar de un cambio de tendencia.

TERRAZAS Y VELADORES EN ZARAGOZA / 13/07/2020 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
Terrazas y veladores en el centro de Zaragoza, donde la mascarilla es obligatoria.
Oliver Duch

Son tantas las ganas de controlar los rebrotes que dan ganas de lanzar las campanas al vuelo tras comprobar que el número de nuevos contagios de coronavirus en Aragón se ralentizó el martes. Se registraron 187 nuevos casos, un 42% menos que el día anterior (333), según anunció el propio presidente la Comunidad Javier Lambán. También fue un buen dato el nacional, dado que las cifras de positivos en Aragón y Cataluña, las comunidades más afectadas por los brotes, fueron descendiendo. El Ministerio de Sanidad notificó ayer 529 nuevos contagios en las últimas 24 horas, un descenso del 22% con respecto al lunes, a pesar de que advirtió de algunos repuntes en comunidades como Navarra.

“De momento solo con un dato de descenso de casos sería muy precipitado decir que se ha iniciado el descenso de la curva epidémica, además sobre todo teniendo en cuenta que venimos del fin de semana y puede haber desfases con la notificación de los casos del domingo y del lunes”, explica Nacho de Blas, epidemiólogo veterinario y profesor titular de la Universidad de Zaragoza, quien atribuye las típicas gráficas en forma de “dientes de sierra” a este tipo de ‘efecto fin de semana’.

Esta prudencia va en sintonía con la preocupación creciente en muchos rincones del planeta donde se creía que la batalla contra la pandemia estaba controlada y en donde están surgiendo con fuerza nuevos rebrotes: en Francia hablan de cifras “inquietantes” tras detectarse 600 nuevos casos en 24 horas y en Japón se han detectado hasta 200 positivos solo en la ciudad de Tokio.

El tiempo de reacción ante esta nueva amenaza es fundamental y, aunque el Gobierno de Aragón dijo descartar la vuelta a un confinamiento estricto y severo, para ver si están dando resultados medidas como la mascarilla obligatoria o el cierre del ocio nocturno hay que esperar, al menos, una semana. “El efecto de las medidas adoptadas se empezará a ver en los próximos días, porque se tarda en torno a una semana o diez días para poder apreciar los hipotéticos cambios debido a los periodos de incubación”, explican los expertos.

También, por descontado, es cierta la premisa de que “si no se busca no se encuentra”, un arma arrojadiza entre los políticos que se enzarzan entre comunidades para justificar el número de rastreadores y de pruebas PCR que está haciendo cada cual. Así, por ejemplo, sorprende la ausencia de rebrotes en Madrid, que fue una de las zonas cero de la epidemia en España, y que se ha convertido en la única Comunidad junto a Canarias en la que no es obligatoria -de momento- la mascarilla, a pesar de lo que llaman ‘el agujero de Barajas’.

Los últimos datos -aragoneses y nacionales- vuelven a constatar que el perfil de los afectados por el virus está cambiando. Cada vez son más jóvenes asintomáticos los que dan positivo tras realizarse las pruebas, lo que hace que la edad media de los casos se haya rebajado de los 60 años del pasado 10 de mayo a los 44 de la actualidad. Según los estudios del Instituto de Salud Carlos III, los jóvenes se contagian ahora con mayor facilidad: el 19% de los nuevos positivos es de personas entre los 15 y 29 años. Se especula, en consecuencia, que los nuevos contagios sean consecuencia de fiestas sin excesivo control en los que ni se guardaban los dos metros de distancia requeridos ni se portaban mascarillas. Al episodio de la discoteca cordobesa del pasado fin de semana se sumó el lunes el que la Policía tuviera que poner fin a una fiesta en el municipio ibicenco de San Josep con más de cien jóvenes. Es en estos casos, donde la vigilancia de la epidemia escapa incluso a los rastreadores porque los sospechosos de estar infectados comparten espacio (lo peor son lugares cerrados con poca ventilación) con gente que ni siquiera conocen. 

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica estudia los casos de las 25.618 personas que se han infectado desde el 10 de mayo hasta el 17 de julio, y concluye que la mitad de los positivos no sabe cómo se ha contagiado. También señalan los responsables de este análisis que de esos más de 25.000 positivos desde que España comenzó el desconfinamiento en mayo, un 8,5% de los casos requirieron hospitalización (muchos menos que en marzo), un 0,6% acabó en la UCI y un 0,8% falleció.

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