ocio y tiempo libre

Un verano sin campamentos en Aragón

Sin campamentos ni colonias con pernocta para los menores de 8 a 13 años, para prevenir nuevos brotes de coronavirus, en Aragón, familias, asociaciones juveniles y empresarios se preparan para afrontar un verano atípico.

por seguridad frente a la covid-19, este año, miles niños, adolescentes y jóvenes se van a quedar sin poder disfrutar en Aragón de los tradicionales campamentos de verano
Por seguridad frente a la covid-19, este año, miles niños, adolescentes y jóvenes se van a quedar sin poder disfrutar en Aragón de los tradicionales campamentos de verano
Laura Zamboraín

No ha podido ser. Bajo la premisa de “situación excepcional” y la constante de “prudencia, prudencia y prudencia”, el martes pasado, el director gerente del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), Adrián Gimeno, amparado en criterios de Salud Pública contra la covid-19, anunciaba, para sorpresa de todos, la suspensión de los campamentos con pernocta en tiendas de campaña, para cualquier rango de edad, en toda la Comunidad Aragonesa, durante este verano. Pero la cosa no quedó ahí: las colonias con pernocta en edificios –casas de colonias, albergues, hoteles…– han quedado restringidas, únicamente, para los chavales mayores de 14 años, cuando el colectivo que más demanda estas actividades veraniegas es el de chicos y chicas de entre 8 y 13 años –y sus padres–, a los que, precisamente, va dirigida la mayor oferta del sector del ocio juvenil.

No cabe duda de que esta decisión, en palabras del propio Gimeno, "ha sido muy difícil de tomar" –sabía que no iba contentar a nadie– y que ha venido motivada "por la voluntad de extremar las medidas de seguridad e higiene –que serán decretadas próximamente por el Departamento de Sanidad–, evitar cualquier foco de contagio y proteger a la población que pudiera verse afectada, en este caso menores, monitores y profesionales que participan en estas actividades". Y, si se produjese ese temido contagio, "poder detectar rápidamente el origen y preparar aislamientos y toda la atención sanitaria precisa", es decir, poder seguir la "trazabilidad" del foco de infección.

Si tenemos en cuenta que el 50% de los cerca de 27.000 menores, que el año pasado participaron en Aragón en 421 actividades de este tipo, optaron por los campamentos en tiendas de campaña y que los niños de entre 8 y 13 años –y sus padres, que se las tendrán que ingeniar para conciliar– van a tener que conformarse con las colonias urbanas y actividades dentro de sus municipios, que no incluyan dormir fuera de casa, se entienden la sorpresa y las reacciones más airadas de asociaciones juveniles, empresarios del sector y de las propias familias, que ya contaban con esos días de campamentos y colonias al aire libre para sus hijos.

"A pesar de que se han barajado todas las opciones: tiendas individuales, compartidas… ninguna reúne los requisitos óptimos"

En su ‘defensa’, el director del IAJ alegó que los campamentos con pernocta en tiendas de campaña se han descartado por ser esta la actividad que presenta mayores dificultades a la hora de garantizar la seguridad y proteger al propio sistema sanitario, y que, a pesar de que "se han barajado todas las opciones: tiendas individuales, compartidas… ninguna reúne los requisitos óptimos". En el caso de las tiendas individuales, que parecía la medida más plausible, se ha descartado, explicó, ante la posibilidad de que los pequeños sufrieran algún percance por la noche, que pudiera pasar desapercibido. Y en las tiendas compartidas resulta imposible asegurar la distancia de prevención. Además, los riesgos de posibles evacuaciones generadas por las lluvias y la imposibilidad de realizar cuarentenas, llegado el caso, "imposibilitan la acampada, ya que se pueden causar más perjuicios que beneficios".

"Se trata de evitar el contagio y proteger a la población que pudiera verse afectada, en este caso menores, monitores y profesionales que participan en estas actividades"

Colonias con pernocta fuera de casa

Las normas establecidas para las colonias con pernocta en instalaciones (albergues, casas...) son claras y estrictas: solo se podrán inscribir en ellas chicos y chicas a partir de los 14 años (incluidos), la cifra máxima de participantes será de 50 (incluidos chavales y monitores) y se contará con un monitor por cada diez participantes (9+1). Además, el edifico nunca podrá superar el 75% de ocupación en este tipo de actividades, mientras que las habitaciones solo podrán estar ocupadas al 50% de su capacidad y en las literas únicamente podrá dormir una persona. Las literas tendrán una separación mínima de una 1,5 metros.

De momento, muchas de las asociaciones juveniles aragonesas, que incluyen en su filosofía las acampadas al aire libre, permanecen en ‘shock’, ya que llevaban meses trabajando y habían tomado como punto de partida las recomendaciones del Instituto de la Juventud (Injuve), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que, aunque otorga a las CC. AA. el desarrollo de una normativa propia, apuesta por la celebración de los campamentos en el país –de hecho, todo parece indicar que en Cataluña sí que va a haber campamentos–, con una base común de la que partir: "Los campamentos se podrán realizar respetando un aforo del 50% del habitual en actividades al aire libre y nunca sobrepasando los 200 participantes, incluyendo monitores; y respetando un aforo de un tercio del habitual en las actividades en espacios cerrados, nunca con más de 80 participantes...".

En declaraciones realizadas a este diario, desde ASDE–Scouts de Aragón, que moviliza en acampadas cada verano a unos 2.600 chavales, de entre 6 y 21 años, "entienden" la decisión de la DGA, aunque, reconocen, que no es de su agrado y van a intentar reconducir sus campamentos. Mientras, Miguel Ángel Albás, director del Centro Cultural Ánade, que desde hace más de 50 años organiza un campamento a 6 kilómetros de Aragüés del Puerto (Huesca), en el que participan entre 40 y 50 chavales, la mayoría menores de 14 años, lamenta que esta decisión se haya tomado por parte de la DGA "a tan solo unas semanas del inicio de la temporada". Y, aunque incluso ya había pensado en cómo separar a los chavales en el interior de las tiendas, ahora adaptarán las instalaciones fijas existentes en el término de La Resiega, para que 30 ‘colonos’ de entre 14 y 17 años puedan disfrutar "de las actividades que, tradicionalmente, realizamos todos los años". Aunque, "creo –afirma– que con las tiendas de campaña, podríamos haber cumplido las mismas condiciones sanitarias o mejores que las que van a tener los chavales en la ciudad, donde, seguro que no van a guardar la distancia de seguridad".

"Sin duda, y teniendo en cuenta que la normativa aragonesa en estas actividades ya es muy estricta, suspender los campamentos ha sido una decisión excesiva", reconoce Conchita Ibáñez, presidenta de la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fepaca), que se pregunta –ahora que caminamos hacia la ‘nueva normalidad’– por qué si a los niños los vemos ya a diario en las terrazas, en los parques, si se han juntado ya con sus amigos –y de momento no se ha producido ningún rebrote–, no pueden acudir a los campamentos, con todas las normas y protocolos sanitarios exigibles. "Nos preocupa mucho el tema afectivo y la falta de socialización que han sufrido los niños durante el confinamiento. Y acudir a campamentos y colonias hubiera sido la manera ideal para reecontrarse con chicos y chicas de su misma edad en plena naturaleza". Sin contar, por supuesto, con el «roto» que ha causado a muchas familias a la hora de pensar en la conciliación e, incluso, en la planificación de las vacaciones.

"Sin duda, y teniendo en cuenta que la normativa aragonesa ya es muy estricta, suspender los campamentos ha sido una decisión excesiva"

Un mazazo para las empresas

"Para las empresas del sector ha sido un auténtico mazazo", asegura Víctor López, presidente de la Patronal Aragonesa de Empresas de Ocio Educativo (Aesersoc). "Tras la reunión que mantuvimos el pasado viernes con el director gerente del Instituto Aragonés de la Juventud, Adrián Gimeno, el Gobierno de Aragón no ha aceptado rebajar, a menos de 14 años, la edad de los participantes en actividades que supongan pernocta en albergues y casas de colonias, medida que sin embargo varias CC. AA. y territorios similares al aragonés sí autorizan". Este sector, que agrupa a unas 40 instalaciones con pernocta en todo Aragón –solo en la Jacetania ya hay una docena– factura unos tres millones de euros por temporada de verano. "La mayoría –explica López– trabajamos en instalaciones fijas y nos estábamos preparando siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad para garantizar la seguridad en albergues y ‘hostels’". Y, a su entender, "no existe una razón objetiva para que la edad de 14 años sea el criterio que condicione la pernocta o no de los chavales", cuando el cambio de ciclo en educación, el paso de primaria a secundaria en los institutos es a los 12. Además, la demanda de programas de 14 a 18 años es muchísimo menor que de 8 a 13. Y cuando el propio Gobierno de Aragón, en la modificación de los aforos en la fase 3 de la desescalada, "me dice que en los albergues ubicados en poblaciones de menos de 1.000 habitantes –como ocurre en todo el Pirineo– dispongo de un aforo del 100%", afirma contundente.

"No existe una razón objetiva para que la edad de 14 años sea el criterio que condicione la pernocta o no de los chavales en las colonias"

David Reula, gerente de Anayet (Jaca), ya tenía en cartera seis campamentos con pernocta para los chavales de 8 a 12 años, tres para los de 12 a 14 y dos para los más mayores de 14 a 18, organizados en el albergue-refugio El Águila, en Candanchú, en el albergue de Villanúa y en el hotel El Mesón, de Castielllo de Jaca. Y ya había limitado el aforo, pasando de las 450 plazas habituales de cada verano a 270. Pero, ahora, se ha visto obligado reconvertir las propuestas diseñadas para la franja de edad de 12 a 14 años a la de 14 a 16. Además, antes de la crisis del coronavirus, todos sus campamentos ya contaban "con una ratio inferior a 10 chicos por monitor –como exige la nueva normativa– y todos los monitores son titulados, cuando la ley exige solo el 75%". Y, como todos, también había desarrollado su propio protocolo de seguridad e higiene, e insiste en que "la franja de edad por encima de los 14 años es la que menor demanda tiene". Sin olvidar que entre las prioridades de la mayoría de chavales, a esas edades, "no se encuentra, precisamente, la de ir de campamentos". Mientras que "de los 8 a los 12 –puntualiza– son bastante más disciplinados y aceptan mejor las rutinas". «Ese distanciamiento exigido, por ejemplo, va a ser difícil de controlar, sí. Pero, desde luego, no porque sean más mayores va a resultar más sencillo».

Reula, que acumula una más que dilatada experiencia en el sector, sostiene, que mantener el control sanitario en una colonia, donde pernoctan los chavales, puede resultar más sencillo y eficaz, ya que están constantemente controlados, que en una actividad en la que solo participan durante el día y por la tarde se van a su casa y luego al parque, a la piscina… Y hay que valorar otro factor importante:lo mucho que se va a notar la falta de tantos y tantos niños, y de sus familias –muchas suelen quedarse a pasar una semana por la zona, aprovechando que el chaval está en el campamento– en la vida y en la economía del Pirineo aragonés. "Nuestra actividad da trabajo a la gente de los pueblos; si los albergues no tienen ocupación, no compran y el comercio de proximidad de la zona se resiente; sufren los proveedores, en nuestro caso, de Jaca y Sabiñánigo; los monitores se quedan sin trabajo… En Villanúa, por ejemplo, un montón de familias con sus hijos no acudirán a la cueva de las Güixas, al ecoparque de aventura… En mi empresa –concluye–, seis trabajadores están en ERTE, esperando el pistoletazo de salida del verano para volver a trabajar".

"De los 8 a los 12 años, los chavales son bastante más disciplinados y aceptan mejor las rutinas"

A los campamentos de la Selva de Oza, en tienda de campaña, que organiza Ecoaventura Pirineos, este verano dejarán de acudir unos 300 chavales, entre 8 y 13 años. "Nos podíamos esperar cualquier cosa, pero esto, no", dice Pedro García, uno de los socios. Ahora, toca hacer números y valorar si podrán seguir adelante con el campamento que organizan en el refugio de los Mallos de Riglos –para 40 o 50 chavales–, ya que "la horquilla con la que más trabajamos está por debajo de los 14 años". "Económicamente, para las empresas que trabajamos temporalmente –somos temporeros– esto ha sido un varapalo, porque, nuestro principal volumen de negocio está en los campamentos. Este verano va a ser muy complicado".

Alternativas de ocio

Este verano, en Aragón, niños, adolescentes y jóvenes pueden optar a las siguientes propuestas de ocio:

Colonias urbanas y actividades dentro de los municipios que no incluyan dormir fuera de casa: un máximo de 10 personas por grupo, incluido el monitor. Desarrollo de las actividades siempre en el mismo espacio. Se puede utilizar el comedor pero se recomienda dar prioridad a las comidas en el exterior. Se realizará un listado diario de participantes y datos de contacto de sus padres o tutores.

Colonias con pernocta fuera del domicilio. Van dirigidas a chicos y chicas mayores de 14 años (incluidos). La cifra máxima de participantes será de 50 (incluidos monitores). Se contará con un monitor por cada 10 participantes. Las habitaciones solo podrán estar ocupadas al 50% de su actividad. Únicamente podrá dormir una persona por litera y con una distancia entre ellas de 1,5 metros.

Campos de trabajo, para jóvenes de 14 a 30 años. 20 participantes como máximo. La pernocta se realizará en una instalación fija (albergue, casa de colonias...). Las habitaciones podrán tener un aforo del 50%. Una persona por litera, con una distancia entre ellas de 1,5 metros y subgrupos de 10, incluido el monitor.

En datos

26.735

Jóvenes, además de 4.524 monitores, participaron en Aragón, el año pasado, en acampadas, colonias, campamentos...

421

Del total de las 421 actividades realizadas, 228 fueron colonias, 178 acampadas y 15 lo que se denomina acampadas itinerantes.

40

Según Aesersoc, la patronal de empresas de ocio educativo de Aragón, esta es la cifra aproximada de instalaciones con pernocta en todo Aragón –solo en la Jacetania ya hay una docena–. El sector factura unos tres millones de euros por temporada de verano, en la Comunidad.

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