Campamentos atípicos por el coronavirus: una litera para uno, comida emplatada y hasta 15 lavados de mano al día

Las actividades al aire libre se permiten en la fase 3 al 50% de la capacidad máxima habitual, con un tope de 200 participantes. A finales de esta semana la DGA dará a conocer los protocolos de actuación.

Una buena parte de las actividades de los campamentos de verano se desarrollan en plena naturaleza
Una buena parte de las actividades de los campamentos de verano se desarrollan en plena naturaleza
Sargantana

Si la evolución de la pandemia continúa como en las últimas semanas en Aragón y se obtiene la autorización del Ministerio de Sanidad para pasar a la tercera fase de la desescalada, la oferta de los campamentos de verano por todo el territorio se relanzará a partir del 8 de junio. Será el momento en que puedan reanudarse las actividades de tiempo libre destinadas a la población infantil y juvenil y la movilidad será posible de nuevo entre las tres provincias, e incluso entre comunidades en fase 3. El Gobierno de España ya ha fijado unas condiciones para su desarrollo y el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) dará a conocer a finales de esta semana los protocolos de actuación a cumplir. Las empresas del sector, a la espera de conocer la normativa aragonesa al detalle, ya diseñan medidas para unos campamentos bastante atípicos. Estas son algunas de ellas: uso de las literas por un solo chico, el continuo lavado de manos hasta 15 veces al día y mediciones de temperatura, la suspensión de excursiones a pueblos habitados y la comida emplatada.

La apertura de estas actividades no estaba en un principio reflejada en el plan de desescalada que el Ejecutivo de Pedro Sánchez facilitó en abril. Su puesta en marcha era esperada tanto por sus promotores como por las familias que necesitan fórmulas para conciliar cuando toca volver al trabajo presencial. Los campamentos baten año tras año sus récords de inscripción. En 2019 acudieron a las diversas colonias estivales hasta 26.700 chavales en Aragón.

La orden publicada en el Boletín Oficial del Estado limita el aforo de las que se desarrollen al aire libre, como son la mayoría de las excursiones y talleres de estos campamentos, al 50% del habitual con un máximo de 200 participantes, incluyendo los monitores. Si se llevan a cabo en espacios interiores, se reduce a un tercio, con un máximo de 80 asistentes, contando también con los monitores. Además, fija que las actividades deben siempre realizarse en subgrupos de 10 personas, incluido el monitor. La ratio de estos campamentos ya venía siendo de 10 chavales por monitor, sin contabilizar a este último. Asimismo, en la medida de lo posible se establece que los chavales restrinjan sus interacciones a los miembros de su 'equipo'.

"La mayoría de actividades se desarrollan en la naturaleza o en el patio, donde también comeremos todos los días que sea posible. Habrá menos manualidades"

Además de estos requisitos obligatorios, el Gobierno aragonés ha anunciado que a finales de esta semana dará a conocer los protolocos de actuación en los que está trabajando el Instituto Aragonés de la Juventud. Estos regularán la capacidad de pernocta (aforo de las habitaciones o tiendas de campaña) y de los comedores, las medidas de higiene y los documentos preceptivos. Un informe imprescindible será un plan de adecuación con motivo de la covid 19 que se entregará a todos los padres o tutores legales, así como un protocolo de prevención y actuación en caso de riesgo de contagio o contagio positivo. Con la nueva normalidad, que llegará a partir del 21 de junio, los porcentajes de participantes y aforo con casi toda seguridad se modificarán "como se ha ido haciendo con la restauración y hoteles", señalan desde el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Ejecutivo autonómico.

Dos mascarillas por día y evitar los enclaves naturales concurridos

Sargantana, que lleva más de tres décadas implantada en Canfranc Pueblo (Huesca), es una de las empresas que ya ha lanzado su oferta de campamentos de verano: siete propuestas para niños y adolescentes de entre 8 y 17 años. El primero está previsto que empiece el 5 de julio. "A la espera de las instrucciones del Instituto Aragonés de Juventud, hemos diseñado el plan de contingencia siguiendo lo que marca el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) para los albergues. En el albergue contamos con 80 plazas, por lo que planteamos grupos como mucho de 40 chicos y chicas", explica Víctor López, uno de los socios. A día de hoy cuentan con "entre 12 y 15 plazas cubiertas en cada turno" y, a diferencia de otros años, las familias no han tenido que abonar la preinscripción.

En los dormitorios colectivos de 20 literas está previsto que duerman 10 chavales, "uno por litera", para mantener la distancia física y a cada uno se le facilitarán dos mascarillas por día para que las usen siempre que lleven a cabo actividades en el interior del albergue. "La mayoría las desarrollamos en la naturaleza o en el patio, donde también comeremos todos los días que sea posible, pero también hay que contar con el mal tiempo. Habrá menos manualidades", señala López. 

El coronavirus dará al traste con una de las experiencias clásicas de los campamentos estivales: servirse la comida cada uno de la bandeja o el puchero que preside la mesa. "Se emplatará toda la comida pero vamos a intentar evitar los plásticos. También hemos previsto itinerarios para que los chavales no se crucen con el personal de limpieza ni con el de comedor", detalla este maestro y uno de los fundadores de Sargantana. El acceso a las duchas será por turnos y los monitores controlarán que solo entre una persona. De los dormitorios hasta se van a quitar las mantas que había otros años, por lo que se recomienda llevar un saco de dormir que no sea fino (las temperaturas descienden por las noches en el Valle del Aragón). "También hemos vaciado una habitación y la hemos dejado solo con una cama por si hay que aislar a alguien". Los lavados de manos y las mediciones de temperatura por las mañanas y las noches estarán al orden del día. "Pero no va  ser un suplicio, sino que se planteará como algo necesario pero a la vez divertido", concluye López.

"Las instalaciones están en un sitio en el que los chavales pueden estar todo el tiempo sin ver a nadie externo al campamento"

Hasta 15 veces tendrán que lavarse las manos al día, calcula Javier Oquendo, uno de los socios de Eana, la Escuela de Actividades de la Naturaleza del Maestrazgo (Teruel).  Está a la espera de las instrucciones del IAJ para relanzar una oferta que llevaba en marcha desde principios de año. En este tiempo ha habido cancelaciones, "a las que les hemos devuelto la fianza, no podía ser de otra manera", pero espera la llegada de nuevos usuarios. Cuenta con la ventaja de que los campamentos tienen lugar en un albergue "totalmente aislado, en medio del monte" que se encuentra a unos 8 kilómetros de Castellote. También juega con una capacidad de 80 plazas que, de momento, tiene previsto reducir a 40. 

Aquí se romperá con la costumbre de que cada chaval se traía su propio plato y se encargaba de lavarlo después de cada comida y en la piscina se bañarán por turnos de 20. "Las instalaciones están en un sitio en el que los chavales pueden estar todo el tiempo sin ver a nadie externo al campamento", subraya Oquendo. De la programación habitual suspenderá las visitas a pequeñas poblaciones, como Las Parras o Las Planas de Castellote,  y está valorando si será posible bañarse en una poza de la zona "que posiblemente va a tener más demanda este año que otros veranos". La acampada nocturna en tienda de campaña también puede caerse de la agenda si solo puede dormir una persona en cada una.

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