cartas de recuerdo

"Llegó la peor noticia: ha fallecido mi hermana Marisa. El golpe fue durísimo"

Carlos Rojo acaba de superar la enfermedad. Su hermana falleció mientras él estaba ingresado.

Aragón
Carlos Rojo, siempre con pulso firme.
Laura Uranga

Quiero daros las gracias a todos los que día tras día me habéis animado a seguir peleando por ese objetivo que me ha llevado a darme cuenta de la importancia de la familia, de los amigos, de todos los que habéis luchado para sacarme de la situación en la que me encontraba cuando me contagié del coronavirus.

Primero fue la comida, que poco a poco vas rechazando, con sabores a metal y un estómago cerrado a que nada entre en él. Un malestar que no me dejaba levantarme de la cama, donde la fiebre empezaba a apoderarse de uno. Solo me salvó teneros a vosotros, mi familia, para sacarme del atolladero. La cabeza ya no respondía al cuerpo. Las deposiciones diarreicas eran tremendas. Me caía en mi propia casa como si el oxígeno no llegara a tu cabeza, desorientado totalmente. El móvil había desaparecido. No había respuestas a las llamadas de mi hija Carla, de mi hijo Jorge, de mi amplio grupo de amigos. Estoy fuera de combate. Al final apareció Jorge para salvar la situación y llamar a una ambulancia a la que subí ya en un estado preocupante. No recordaba nada, pero tendría tiempo para pensar en muchas cosas. En una habitación del Hospital Clínico, toda para mí, los pensamientos iban que volaban. Me preguntaba cómo estaría mi madre, mis hijos, mis hermanos, mis amigos y el mundo en general. La pandemia era de verdad, aunque al principio solo pensábamos que era de China y poco mas. Yo estaba seguro de que a mí no me iba a tocar. Pero me tocó. Leía y escuchaba el sufrimiento de Carla, la preocupación de Jorge, el apoyo de los familiares y amigos. En la habitación pensaba en todo, en todos. «Este puede ser el último momento de mi vida y he dejado muchas cosas sin escribir», me decía. Afortunadamente, el doctor Gonzalo Hijos me iba contando que mejoraba mucho y que iba a escaparme del Clínico para terminar la recuperación en mi casa. Preparado y feliz, llegó la peor noticia: me cuenta mi sobrino Jorge que ha fallecido Marisa. Es mi hermana. El golpe fue durísimo. Lloré de manera continua. Inconsolable. Pensaba en mi madre y en mis hermanos, todos pendientes de mí... y un golpe traicionero se la lleva a ella.

Unos días más tarde falleció Radomir Antic, un buen amigo y un excelente exjugador y entrenador. Un año 2020 difícil de soportar. El mundo estaba muy triste. Había miedo. En los hospitales, el virus sigue y los sanitarios se entregan con un esfuerzo que está por encima de lo humano. Gracias a todo el equipo. 

Vea el especial de HERALDO "Homenaje a las víctimas aragonesas del coronavirus".

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