Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Investigación

Ciencia aragonesa contra la covid-19

Han unido fuerzas y talentos. La comunidad investigadora ha hecho frente común para buscar respuestas acerca de las muchas preguntas en torno a este coronavirus que ha puesto el mundo en jaque. ¿Como detectarlo? ¿Por qué en algunas personas causa una grave enfermedad y en otras no? ¿Cómo protegernos y defendernos de él? ¿Qué inmunidad genera a su paso? Científicos aragoneses apuntan contra él sus proyectos, algunos con financiación nacional.

Una investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón prueba un test diagnóstico de covid-19 basado en nanopartículas de oro.
Una investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón prueba un test diagnóstico de covid-19 basado en nanopartículas de oro.
Laura Uranga

Cada quince días deben rendir cuentas ante el Instituto de Salud Carlos III. Son los investigadores inmersos en los proyectos que han conseguido financiación del Fondo Covid-19, un programa urgente para hacer ciencia de emergencia, con otros tiempos, acelerados ante la situación extraordinaria planteada por la pandemia. Necesitamos saber más sobre ese coronavirus que ha puesto en jaque al mundo y necesitamos también aplicar en cuanto sea posible ese conocimiento. Profundizar en la biología del virus; desarrollar nuevos tratamientos y vacunas; poner a punto un sistema epidemiológico de vigilancia y analizar su impacto desde el punto de vista de los servicios sanitarios. Estas han sido las prioridades.

Ya han sido adjudicados más de 22 millones de los 24 de ese Fondo Covid-19. El Carlos III, organismo adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, ha sido el encargado de seleccionar los 127 proyectos de investigación en torno al nuevo coronavirus SARS CoV-2. Cuatro de ellos son aragoneses.

Cuatro proyectos aragoneses han conseguido financiación nacional del Fondo Covid-19

En el ámbito de las ansiadas vacunas, entre los 15 primeros proyectos aprobados, en dura competencia con las 1.300 candidaturas presentadas, procedentes de toda España, se encontraba el dirigido por Carlos Martín (Universidad de Zaragoza), que dispone para su estudio en primates de 318.000 euros.

Otro proyecto aragonés sobre diagnóstico temprano de covid-19 ha sido dotado con 71.500 euros. Una partida de 276.000 euros alimenta un estudio sobre inmunidad para identificar biomarcadores pronósticos y hallar posibles tratamientos personalizados. También se llevará a cabo, con un apoyo de 26.000 euros, una estratificación poblacional de los pacientes que no necesitan ingreso hospitalario, analizando los costes de la pandemia en Primaria.

El Gobierno de Aragón está preparando  una herramienta para financiar proyectos de investigación que se quedaron a las puertas de obtener financiación de este fondo del Ministerio.

Por otro lado, importantes donaciones privadas han ido a parar a la Plataforma Temática Interdisciplinar Salud Global, el instrumento que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha puesto en marcha en respuesta a la pandemia y la crisis sanitaria. Un proyecto de test diagnóstico en el que participa el ICMA ha sido dotado con 800.000 euros, 180.000 de ellos para la parte que se desarrolla en Aragón.

Vacunas: ensayo exprés en primates para ver si MTBVAC podría protegernos

Cuatro meses. El tiempo de investigación es tan corto que no habrá resultados intermedios. Solo "a tiempo final", como dicen los científicos. En agosto sabremos si la vacuna contra la tuberculosis que desarrolla desde hace veinte años la Universidad de Zaragoza (MTBVAC) protege también frente al coronavirus SARS CoV-2. Es un proyecto financiado por el Fondo Covid-19 que gestiona el Instituto de Salud Carlos III.

Uno de los miembros del equipo MTBVAC durante una videoconferencia con los integrantes del Grupo de Genética de Micobacterias
Uno de los miembros del equipo MTBVAC durante una videoconferencia con los integrantes del Grupo de Genética de Micobacterias

Hay buenos indicios: la vacuna clásica contra la tuberculosis (BCG) tiene tres pruebas clínicas en marcha, en Holanda, Australia y Suiza, con personal sanitario, para probar que estimula la inmunidad contra covid. La vacuna aragonesa, que lleva recorrido un largo camino para demostrar, paso a paso, que su eficacia supera o iguala a su predecesora, podría emularla también en esto. Es lo que el Grupo de Genética de Micobacterias va a comprobar. Con un ensayo en macacos del Biomedical Primate Research Centre de Holanda. Con vacunas enviadas por la empresa Biofabri, los mismos lotes que se utilizan ya en humanos, "allí se hace la parte experimental: las vacunaciones, las extracciones de sangre, órganos, etc. para la determinación bioquímica, inmunológica y microbiológica", explica Jesús Gonzalo, uno de los integrantes del equipo junto a Carlos Martín y Nacho Aguiló. Desde Zaragoza se hace la coordinación y la interpretación de resultados.

Mientras llega una vacuna específica –"difícil antes de final de año"–, si MTVAC demuestra que estimula la inmunidad frente a covid-19, y con la ventaja de producirse en España, podría dar el salto a administrarse a ciertos sectores de población.

Detección temprana: una nueva estrategia contra los falsos negativos

Pedimos a los test diagnósticos que sean más rápidos y fiables. No es cosa menor: un falso negativo supone que una persona infectada no sabe que lo está y la pandemia se expande. Si la infección progresa, se le comenzará a dar tratamiento más tarde y su evolución podría ser peor. Por eso otro foco de la investigación es detectar cuanto antes, con una mínima carga vírica, la presencia en el organismo del coronavirus SARS CoV-2. Es el objetivo de otro de los proyectos que ha obtenido financiación a través del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Lo dirige Pilar Martín Duque, investigadora Araid en el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y parte del grupo NFP del Instituto de Nanociencia de Aragón.

La clave de la estrategia que está poniendo a punto está en las vesículas celulares, que también contienen material genético del virus que podría detectarse. Tanto en el plasma de la sangre, primer objetivo del proyecto, como en orina y saliva, dos fluidos especialmente interesantes porque se analizan con técnicas no invasivas. "Incluso podría tomarse la muestra en casa y llevarla al hospital, lo que facilitaría mucho las cosas", destaca Martín.

Primeros experimentos del proyecto liderado por Pilar Martín Duque en el CIBA.
Primeros experimentos del proyecto liderado por Pilar Martín Duque en el CIBA.
Laura Uranga

En la sala de bioseguridad del Centro de Investigación Biomédica de Aragón (CIBA), ya se realizan los primeros experimentos de extracción de ARN del virus a partir de muestras de plasma, saliva y orina procedentes de pacientes infectados y guardadas en el Biobanco de Aragón.

De resultar efectivo, se considera que este método podría ser de implantación inmediata en el sistema de salud. Los investigadores disponen de seis meses para comprobarlo.

Respuesta inmunitaria: se buscan biomarcadores que alerten para evitar casos graves

Se sospecha que una tormenta de citoquinas está detrás de los casos más graves de covid-19 y de muchas de las muertes. Las citoquinas son las proteínas inflamatorias que hacen que las células inmunitarias se comuniquen entre sí y respondan a una infección. Pero "si su nivel aumenta demasiado, se producen durante mucho tiempo y/o por todo el organismo en vez de en la zona afectada, las células del sistema inmunitario se sobreactivan y se acumulan en el pulmón y otros órganos, causando los daños asociados con la covid-19". Daños que muchas veces significan ingreso en uci y respirador. Así lo explica Julián Pardo, inmunólogo e investigador Araid del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) que trabaja en un proyecto, también con financiación nacional del Fondo Covid, que quiere entender por qué el sistema inmune de algunas personas es capaz de controlar su propia respuesta y en otros casos no es así. Comparte coordinación con José Ramón Paño y Luis Martínez, del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa/IIS Aragón, y Eva Gálvez, del Instituto de Carboquímica del CSIC.

Un equipo multidisciplinar, a las puertas del CIBA. De izquierda a derecha, María Hernández, Iratxe Uranga, Sandra Hidalgo, Jose Ramón Paño, Cecilia Pesini, Ariel Ramírez, Elena Morte, Luis Martínez, Borja García y Silvia Loscos. .
Un equipo multidisciplinar, a las puertas del CIBA. De izquierda a derecha, María Hernández, Iratxe Uranga, Sandra Hidalgo, Jose Ramón Paño, Cecilia Pesini, Ariel Ramírez, Elena Morte, Luis Martínez, Borja García y Silvia Loscos. .
Laura Uranga

Este equipo multidisciplinar se ha propuesto identificar biomarcadores que, con un análisis de sangre a su ingreso, permitan pronosticar qué pacientes tienen mayor riesgo de evolucionar mal. Así, podrán aplicarles tratamientos personalizados, según el perfil inmunológico de cada cual, e incluso desarrollar nuevas terapias, en las que se trabaja desde hace años, para reducir el daño inflamatorio. En este momento analizan "la presencia de varios tipos de linfocitos T, monocitos y células NK y en breve comenzaremos los análisis del plasma para identificar la huella inflamatoria".

Pacientes: profundizando en los factores que nos hacen más frágiles

Son la parte del iceberg de contagiados en esta pandemia que no se ve porque fueron atendidos en atención primaria y, en la mayoría de los casos, no necesitaron nada más. "Más del 50% de los pacientes covid no ha pisado un hospital, los hemos atendido en atención primaria", desde centros de salud como el del Arrabal, donde trabaja la doctora e investigadora del IIS Aragón Rosa Magallón. En ellos se fija su proyecto, otro de los financiados desde el ISCIII, que, al punto de vista clínico, añade el psicosocial. Su equipo de investigadoras va a evaluar los costes y la utilización de recursos sanitarios en atención primaria en esta crisis, pero también estudiará qué factores influyen en la fragilidad del individuo ante la covid-19.

En paralelo, el propio ISCIII analizará esos mismos factores predictores de una buena evolución o complicaciones pero en atención hospitalaria "para comparar y así estudiar todo el proceso: desde el primer síntoma de tos hasta la hospitalización o la recuperación".

Equipo del proyecto liderado por Rosa Magallón. De izquierda a derecha, Rosa Magallón Botaya, Fátima Méndez López de la Manzanara, José María LLOrente González, Marta Domínguez García, Cruz Bartolomé Moreno y Bárbara Oliván Blázquez.
Equipo del proyecto liderado por Rosa Magallón. De izquierda a derecha, Rosa Magallón Botaya, Fátima Méndez López de la Manzanara, José María LLOrente González, Marta Domínguez García, Cruz Bartolomé Moreno y Bárbara Oliván Blázquez.
Laura Uranga

Ahora mismo están terminando de definir las variables y, a través de las historias clínicas de la base de datos del sistema aragonés de salud, en breve comenzarán un trabajo para el que disponen de diez meses. Entre esas variables se encuentran factores sociales, médicos, psicológicos... Una de sus hipótesis es que "una alta habitabilidad por metro cuadrado en la vivienda influye especialmente y también queremos ver qué pasa con las rentas bajas. Yo tengo una paciente que me dice que una mascarilla es un litro de leche". Magallón destaca que "hay población con baja percepción de la necesidad de seguir las recomendaciones, que no se entera de la importancia de lavarse las manos porque no está interesada ni conectada. Y habría que prestarles especial atención".

Diagnóstico: nanopartículas de oro para detectar el coronavirus

El equipo que dirige Jesús Martínez de la Fuente ya ha probado los distintos dispositivos del nuevo sistema de diagnóstico del coronavirus SARS CoV-2 que desarrollan junto al Instituto de Química Avanzada de Cataluña y el Instituto de Microelectrónica de Barcelona. Mientras sus socios catalanes preparan los anticuerpos y las proteínas recombinantes, desde el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (CSIC-UZ) "hemos avanzado una barbaridad en la parte técnica". Está encantado con "el entorno de colaboración, tan motivador", con sus colegas de Barcelona.

De izquierda a derecha, Beatriz Gracia, Carlos Cuestas, Jesús Martínez, Alba Martín e Isabel Mendiara, en su laboratorio en el Campus Río Ebro
De izquierda a derecha, Beatriz Gracia, Carlos Cuestas, Jesús Martínez, Alba Martín e Isabel Mendiara, en su laboratorio en el Campus Río Ebro.
Laura Uranga

Han recibido financiación de Aena, a través de la Plataforma Tecnológica Interdisciplinar Salud Global del CSIC para, en el plazo de un año, aplicar a la covid-19 una tecnología que ya tenían muy madura, orientada en origen a marcadores tumorales. "Hasta ahora era un test de laboratorio, pero desde hace unos días ya es algo tangible, de fácil producción", señala. El dispositivo de flujo lateral es muy similar a un test de embarazo, a partir de muestras de garganta o nariz. En este caso, y con patente propia, se utilizan nanopartículas de oro que son irradiadas con láser. Ahora viene la fase de validación analítica, que dirá si este test detecta coronavirus, y después la validación clínica, con muestras reales, que indicará su fiabilidad. La ventaja que se espera es que será "un test que, en menos tiempo y con un método más sencillo, casi alcanzará la sensibilidad de las PCR. Al ser más económico y rápido se podrán hacer más test".

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