El ovino ha sido uno de los sectores más afectados por la efectos de las medidas impuestas por el estado de alarma para luchar contra la expansión de la pandemia. Muchas de sus ventas orientadas al sector de la hostelería y la restauración se han desplomado y la caída libre que han sufrido el precio de las canales ha arrastrado a un producto que es seña de identidad de Aragón y que luce el nombre de la Comunidad es su reconocida marca de calidad, una identificación geográfica protegida para un producto único: el ternasco.

La excepcional situación que se vive a causa de la crisis sanitaria no solo se ha traducido en un descenso del precio ante el cierre del canal Horeca. Los problemas en la economía doméstica de decenas de miles de familias que han visto recortado su sueldo por despidos o expedientes de regulación de empleo también ha propiciado que los consumidores optarán por carnes más asequibles, como el pollo o el cordero, mientras el cordero (con mayor precio porque también son más elevados sus costes de producción) no encontraba hueco en la nueva cesta de la compra en tiempos de pandemia.

Lo dicen las cifras. Las ventas de Ternasco de Aragón se han reducido un 25% desde que se decretó el estado el estado de alarma el 14 de marzo. Esta falta de demanda, además de otros factores, ha provocado el desplome de los precios, con lo que el precio recibido que los ganaderos han recibido por sus animales ha disminuido "notablemente", señalan desde el consejo regulador de la Indicación Geográfica Protegida.

A pesar de tan desolador panorama, los productores integrados en esta marca de calidad no han querido tirar la toalla y a pesar de los momentos tan delicados que ha vivido el sector han continuado sacando pecho de la calidad de esta carne y promoviendo el consumo a través de las redes sociales, tan utilizadas en estos momentos de alerta sanitaria.

Ahora intensifica su trabajo. Y lo hace lanzando una campaña de promoción cuyo objetivo es "revertir el descenso de las ventas que se ha visto agravado además por la significativa caída de la remuneración que recibe el ganadero por su trabajo", explican desde el consejo regulador.

Dos son los conceptos (lo esencial y lo cercano), muy utilizados durante estos meses de confinamiento, con los que el Ternasco de Aragón quiere atraer a los consumidores. "Mucho estamos oyendo estos días sobre lo esencial", explican desde el consejo regulador, que recuerda que el sector agroalimentario lo es, no solo por el papel protagonista que ha desempeñado durante esta crisis sanitaria, sino también y sobre todo «porque siempre está ahí para suministrar de alimentos a la población». Pero también es esencial la ganadería ovina, recuerda este organismo. "Este sector mantiene la población en los pueblos y cuida de nuestro entorno natural", puntualizan los responsables de esta marca de calidad.

En su campaña también hacen referencia a lo cercano, porque ha sido durante estos meses de estado de alarma cuando la sociedad ha sido consciente de lo importante que es todo aquello que tenemos más cerca. "Lo cercano se ha convertido, de repente, en lo esencial", indican desde el consejo regulador, para animar a los consumidores a que una carne tan próxima ocupe lugar importante en la cesta de la compra y, sobre todo, en la mesa.

Y para facilitar este consumo, durante su campaña la IGP propondrá, a través de sus perfiles en redes sociales y en la web, variadas recetas elaboradas por cocineros aragoneses "destacados fieles al Ternasco de Aragón", señala el consejo regulador, que explica que, además, ha convocado un concurso de recetas entre consumidores que tendrá como premios cinco comidas para dos personas a canjear en alguno de los establecimientos asociados al Club del Ternasco de Aragón, eso sí, "cuando estos vayan abriendo".

La campaña está enmarcada en la promoción de los alimentos de Aragón con calidad diferenciada por su origen y está financiadas por la dirección general de Innovación y Promoción Agroalimentaria, por fondos propios de la IGP y el Programa para Desarrollo Rural de Aragón.

Una calidad que se identifica con un sello rojo y las siglas ‘TA’

Fue la primera carne fresca en conseguir en 1989 una denominación específica en España y pionera en lograr, en 1996, que su control integral y certificación de garantía fuera reconocida por Europa. Nacía así la IGP (indicación geográfica protegida) Ternasco de Aragón, un sello con el que se garantiza la calidad de un cordero de menos de 90 días, alimentado con leche materna y cereales naturales hasta alcanzar un peso en canal que oscila entre 8 y 12,5 kg. Un animal que se cría mediante procesos de aprovechamiento tradicional y sostenible del territorio aragonés, en pastos de montaña y en zonas más áridas del valle del Ebro. A esta IGP están adscritas más de 365.000 ovejas, de las razas ojinegra de Teruel, roya bilbilitana, rasa aragonesa, ansotana y maellana, que se reparten en 667 ganaderías de más de 320 municipios. Y para identificarla, los consumidores solo tiene que comprobar que luce un sello rojo con las siglas ‘TA’ impreso directamente en la carne, así como el logotipo identificativo del Ternasco de Aragón.