Pikolin negociará un nuevo ERTE para cuando se le acabe el de fuerza mayor

UN ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) a nivel nacional por causas productivas y económicas para todos los empleados que tiene el grupo aragonés en España. Es lo que puso ayer la dirección de Pikolin sobre la mesa para poder hacer frente a la crisis económica generada por la sanitaria del coronavirus y cuyo impacto podría ser mayor al del peor año de la crisis.

Pikolin aplicaría este nuevo ERTE, una vez lo negocie, a todos sus centros de trabajo en España, incluidos centros logísticos, administrativos y comerciales de las distintas comunidades que emplean una plantilla de 800 trabajadores, indicaron desde la empresa. Un ERTE que tendrá dos vías de aplicación o bien en forma de reducción de jornada para algunos colectivos (personal de oficinas y almacenes) o para los operarios de fábrica, de suspensión temporal de la relación contractual.

Este segundo expediente entraría en vigor al día siguiente de la extinción del actual (presentado por causa de fuerza mayor) y cuya fecha se desconoce de momento. Podría ser aplicable desde el 26 de abril que es hasta cuando el Gobierno español ha prorrogado el estado de alerta, pero podría alargarse como ha ocurrido en Francia hasta el 11 de mayo. En cuanto a su vigencia, se habló de finales de año si bien está todavía pendiente de negociarse.

Fue ayer mismo, según indicaron fuentes de la compañía, cuando se inició el proceso de formación de la mesa negociadora que quedará constituida la semana próxima. De hecho, las partes tienen otra reunión este viernes. «Confiamos en que el espíritu de cooperación que ha presidido esta reunión será un elemento de fuerza definitivo en la búsqueda de soluciones que garanticen el mejor futuro posible para todos», añadieron desde Pikolin.

«La gestión en tiempos de incertidumbre como el actual exige de grandes dosis de capacidad de adaptación», advirtió la empresa al informar al comité de «la necesidad de establecer acciones rápidas y eficaces para preservar el empleo y garantizar la viabilidad de la compañía».

De hecho, para Pikolin «lo crítico son las tiendas» y mientras los comercios y grandes superficies no reabran sus puertas, la demanda seguirá contenida. De ahí que el grupo aragonés ha decidido negociar un nuevo ERTE, con vigencia que podría ser hasta final de año para sortear esta caída en ventas y acompasar así la producción con la reactivación de la demanda.

Los mercados están paralizados en su mayoría, han reconocido desde la compañía. No obstante, en Asia al parecer ha costado bastante arrancar, pero ya se empieza a mover algo. Aunque en España entienden que la vuelta a la actividad del sector servicios costará y por eso van a empezar a negociar este ERTE. Pikolin lleva cerrado desde mitad de marzo cuando se decretó el estado de alarma.

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