Heraldo del Campo

entrevista

"Poder autoabastecernos es contar con un seguro de vida en situaciones difíciles"

El presidente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón, Félix Longás, destaca la fortaleza del sector durante esta crisis.

FELIX LONGAS. NUEVO PRESIDENTE DE INDUSTRIAS ALIMENTARIAS / 16-06-2014 / FOTO: ARANZAZU NAVARRO.... [[[HA ARCHIVO]]]
FELIX LONGAS. NUEVO PRESIDENTE DE INDUSTRIAS ALIMENTARIAS / 16-06-2014 / FOTO: ARANZAZU NAVARRO.... [[[HA ARCHIVO]]]
Aránzazu Navarro

¿La industria alimentaria aragonesa está demostrando su fortaleza durante esta pandemia?

Sí, la industria alimentaria y el resto de la cadena agroalimentaria, los agricultores, los ganaderos, las pymes y las grandes empresas, la logística, la distribución y el comercio. Debemos estar contentos de tener nuestra alimentación asegurada sin depender del exterior, el 80% de lo que comemos se produce en nuestro país, eso no lo pueden decir en muchas naciones europeas. Justo antes de esta crisis se oían voces que pretendían poner en duda nuestro modelo productivo, y desde luego todos tenemos aspectos que mejorar y trabajar a futuro, pero quizás esta es una de las lecciones que debemos aprender como sociedad de esta crisis, autoabastecernos de alimentos es contar con un seguro de vida en situaciones difíciles.

Se habla mucho de la pequeña dimensión y la atomización de esta industria en Aragón. ¿Esa característica ayuda en estos momentos tan complicados o es un inconveniente?

Tiene ventajas e inconvenientes. La atomización para una región tan extensa como Aragón ayuda a la vertebración del territorio, el empleo que genera en el medio rural y ¿por qué no?, el tener la despensa asegurada en estos momentos de crisis sanitaria. Pero también hay inconvenientes. Las pequeñas empresas tienen menor presencia que las grandes en el canal de super/híper y más dependencia del canal Horeca, de manera que muchas han tenido que cerrar a la vez que los bares. Nuestras pymes lo están teniendo mucho más difícil y eso puede afectar no solo al sector, también a la actividad económica del medio rural. Tenemos que ser más solidarios, de verdad, con el medio rural y sus empresas.

Las compras compulsivas de los primeros momentos hicieron intensificar la producción. ¿La situación se ha calmado o continúa una demanda al alza?

En estos momentos esa demanda está bastante más calmada, aunque se produce algún pico puntual y para algunos productos como las conservas vegetales, el arroz, las pastas alimenticias, el agua mineral, frutas y carnes frescas, la demanda sigue siendo alta. Productos más ligados a segmentos premium o gourmet tienen un consumo muy inferior que al comienzo de esta crisis sanitaria. En general, solo las empresas bien posicionadas en el canal de supermercados o híper han tenido coyunturalmente crecimientos, pero ahora la tendencia está plana y saldremos de esta crisis con retracción y cambio de modelos de consumo. Para el resto, los que están centrados en hostelería y colectividades, hay una caída de ventas muy abrupta.

¿Estaba preparada la industria alimentaria para trabajar con extremas medidas de seguridad?

Es la propia sociedad la que no estaba preparada para algo así. Esa es una lección que todos tenemos que aprender: tener protocolos preestablecidos para estas situaciones y la importancia de afrontar los desafíos de manera colaborativa. Aquí, las asociaciones empresariales estamos teniendo un papel importante, sin su ayuda la respuesta hubiera sido mucho más retardada y dispersa. En cualquier caso, las empresas de nuestro sector tienen unos estándares de seguridad alimentaria muy altos, por iniciativa propia, que nos sitúan a la vanguardia mundial en este tema y también hay un gran control por parte de las administraciones. Es por ello que han mostrado una gran capacidad de adaptación. Ha habido y esta habiendo otras dificultades como el asegurar que los trabajadores puedan llegar a su puesto de trabajo y nos preocupa bastante que funcione la industria auxiliar de componentes de envasado, de mantenimiento y, sobre todo, el transporte, primordial para garantizar el abastecimiento de los mercados.

¿Cuenta el sector con el material de seguridad suficiente para poder hacer frente a las obligaciones que establece el estado de alarma?

Depende del subsector. En la mayoría de la industria cárnica se utilizan habitualmente los elementos de protección que ahora se exigen y forman parte del equipamiento en el puesto de trabajo. Pero en otros subsectores han tenido que incrementar su utilización y ante la elevada demanda que ha surgido de estos equipos por la crisis, tienen serias dificultades de abastecimiento. Hay mucha sensibilidad con la sanidad, todos la compartimos, pero después de ella la Administración debe de volcarse con nuestra industria, la farmacéutica, el transporte y el comercio para que funcione sin riesgo la cadena alimentaria.

¿Hay algún sector que, por sus características, está teniendo problemas en su actividad?

A priori se puede pensar que el sector de las bebidas puede ser uno de los más afectados por este cierre, pero no sería exacto concretarlo en un sector. Los hay que han caído en picado, por ejemplo, de repente, hemos dejado de comprar pasteles, y esto ha abocado al cierre de las excelentes industrias de pastelería que tenemos en Aragón. Buena parte de las empresas agroalimentarias tienen en el sector de hoteles y restaurantes un 20% o un 30% de media de su facturación. Estamos muy preocupados porque las pymes alimentarias están más expuestas a esta crisis, de ellas, sobre el 60% tienen más venta los sectores horeca, turístico, tiendas gourmet y colectividades que en cadenas de alimentación. Por ello creemos que deben ser contempladas como un sector afectado por causa de fuerza mayor. Si las autoridades no tuvieran esta consideración, las consecuencias para la economía rural, y sobre todo para nuestras comarcas más despobladas, podría tener efectos difícilmente reversibles. Los problemas de la industria pueden arrastrar también al sector primario.

¿Es momento de recomendar a la sociedad que devuelva el esfuerzo que está realizando el sector adquiriendo marca aragonesa?

Por supuesto, primero por su calidad. Segundo, porque con nuestra decisión de compra fomentamos así la economía circular y el crear riqueza y puestos de trabajo en nuestra Comunidad y especialmente en el medio rural, porque somos el sector más vertebrador de la industria. También es verdad que en los tiempos de crisis quizás miremos menos las marcas y más los precios, pero conviene no olvidar la procedencia en ningún momento, además, alguna cadena de supermercados ha reducido el número de referencias y eso suele penalizar más a las marcas locales. En cualquier caso, invito a los consumidores aragoneses a que si tienen la oportunidad de elegir una marca aragonesa de alimentación, lo hagan siempre.

¿Saldrá reforzada la industria alimentaria de Aragón y de todo el país con esta demostración de eficacia y eficiencia?

Sin duda, principalmente porque el comportamiento individual y colectivo de la sociedad está siendo, en general, ejemplar. Para mí esa es la principal lección que debemos aprender, que juntos podemos afrontar cualquier reto. Me gustaría hacer un reconocimiento público a todos los profesionales que están trabajando estos días en primera línea para que superemos esta crisis del covid-19, sobre todo a los sanitarios, pero también a otros muchos colectivos más invisibles que también trabajan duro y que estamos descubriendo como importantes. Es el caso del sector agroalimentario, en el que los empresarios y los trabajadores somos muy conscientes de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos. Una vez superada la crisis sanitaria tenemos el reto de recuperar, lo antes posible, la actividad económica y el bienestar social precrisis y esto solo lo conseguiremos con un gran esfuerzo, una vez más, colectivo y solidario de todos los aragoneses.

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