Homenaje de los ferroviarios al último maquinista de vapor
El Museo del Ferrocarril de Aragón en la estación de Casetas recordará este domingo a Francisco González Alcalde, fallecido en 2019, por su pasión a las antiguas locomotoras.
Cuando entró a trabajar en el ferrocarril, como su padre, Francisco González Alcalde era un aprendiz en la línea Utrillas-Zaragoza. A principios de los años 50, se construyó el ferrocarril Andorra-Escatrón para llevar las locomotoras de vapor y Paco se convirtió en el primero y el último que llevó la Escatrón, que era "la pasión de su vida". Falleció con 85 años en junio del año pasado y sus compañeros de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft) le homenajearán este domingo en el Museo del Ferrocarril en la estación de Casetas, en un acto al que acudirán sus familiares.
"Paco era el último de los maquinistas de vapor. Era muy querido por todos los aficionados al ferrocarril porque no solo llevó la Escatrón cuando se construyó en 1953 en una empresa de Alemania (Arnold Jung), sino que estuvo al pie del cañón hasta el último viaje que hizo en 1998", explica Carlos Abadías, presidente de Azaft. "Era un enamorado de la locomotora de vapor y cuando pasó a trabajar como jefe de seguridad en la térmica de Andorra, donde se jubiló, siempre lo llamábamos para llevarla cuando hacíamos excursiones a lugares como Canfranc o Ayerbe, donde hasta se grabaron películas", recuerda el presidente.
El homenaje a Francisco González sirve también como reivindicación de los ferroviarios aragoneses (apoyados por Teruel Existe), que piden que, después del reciente cierre de la central térmica, el recorrido de Samper de Calanda a Andorra (donde se trasladaba el carbón desde que se cerró la central de Escatrón) se convierta en "un tren turístico".
"Queremos que la familia de Paco sea consciente del reconocimiento de los ferroviarios por su labor de recuperación de las locomotoras de vapor del ferrocarril Andorra-Escatrón y por la difusión de la pasión por estos trenes", señalan los ferroviarios. "Y no queremos perder su estela", agregaron.
La conservación que hacía el maquinista aragonés sirvió para que la Escatrón tuviera "una segunda vida", porque se utilizó en celebraciones como las efemérides ferroviarias por toda España, como el centenario de la rampa del puerto de Pajares. También sirvió para llevar a unos aficionados ingleses que vinieron a Aragón para conocer la Península Ibérica en los años 80 e hicieron un viaje en esta locomotora desde Calatayud a Burgos.
