terrorismo 

El juez Pedraz interrogó en Zaragoza a una testigo que identificó a Ata como el asesino de Giménez Abad

El magistrado que investiga el atentado tomó declaración a la mujer y su testimonio se utilizará como prueba en la vista oral. 

Mikel Carrera Sarobe, alias Ata, conducido por un policía, en una foto de archivo. Ahora está en una cárcel del sur de Francia.
Mikel Carrera Sarobe, alias Ata, conducido por un policía, en una foto de archivo. Ahora está en una cárcel del sur de Francia.
Policia Nacional

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz tomó declaración recientemente en Zaragoza a una testigo del atentado de Manuel Giménez Abad, que reconoció sin ningún tipo de dudas a Mikel Carrera Sarobe, alias Ata, como el autor del asesinato del presidente del PP de Aragón el 6 de mayo de 2001. Al parecer, la testigo se había cruzado de frente con el terrorista cerca de la calle Cortes de Aragón, donde se produjo el atentado, según informaron a HERALDO fuentes de la investigación.

Este trámite judicial es una prueba preconstituida, que se practica con un testigo porque sus condiciones de edad y salud le impiden acudir al juicio. Según la Fiscalía y la acusación particular, se trata de un testimonio sólido. La mujer es una de las cinco personas que reconocieron al etarra Mikel Carrera Sarobe en la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza como el autor del atentado. Sin embargo, otros viandantes que pasaron por el lugar en el momento del crimen, sobre las 18.00, cuando Manuel Giménez Abad iba a la Romareda con su hijo Borja para ver el partido Real Zaragoza-Numancia, no pudieron señalar a Ata como el autor del crimen. El terrorista llevaba puesta un gorra y una peluca para disimular su identidad cuando cometió el atentado, acompañado por una terrorista que no fue identificada.

El resultado de esta declaración de la testigo convenció al juez instructor Santiago Pedraz para procesar al etarra por el asesinato y comunicárselo el 31 de enero por videoconferencia a la prisión de Lannemezan (Francia). El pasado 31 de enero, el terrorista negó al juez su participación en los hechos y argumentó que ese día estaba sirviendo copas en un bar de un pueblo del País Vasco francés cerca de San Juan de Luz, que se llama Saint-Pée-sur-Nivelle. Defendió que ese domingo estaba con unos amigos «en una fiesta por las ikastolas de Euskal Herria».

De esta manera, Ata estaba preparando su línea de defensa con su abogada, Jaione Carrera. «Ese año, como casi todos, fuimos a Senpere mis amigos del pueblo donde vivía solo» (Arantza, en Navarra), trabajando «en bares» o «de carpintero». «Me acuerdo de ese año porque nos tocó trabajar en una especie de bar, una ‘txosna’. Por la mañana estuvimos dando vueltas y por la tarde estuvimos haciendo turnos en la ‘txosna’», manifestó Ata por videoconferencia, según informó ‘La Razón’.

Explicó que estuvo todo el día en esa fiesta y dio varios nombres de sus amigos. Luego afirmó que no conocía al etarra Gurutz Aguirresarobe, condenado a 32 años por el asesinato en 2003 del policía local de Andoain Joseba Pagazaurtundua, cometido con la misma arma del atentado de Giménez Abad.

Asimismo, la Brigada de Información de la Policía no ha abandonado la investigación de reconocer a la terrorista que acompañó a Mikel Carrera en ese atentado que se produjo en medio de las elecciones que se celebraban en el País Vasco. Fuentes policiales señalaron que se pudo aprovechar un comando de etarras legales que se dedicaban a una vigilancia para decidir cometer el asesinato del presidente del PP la tarde del 6 de mayo de 2001.

Esta fórmula jurídica de la prueba preconstituida también se aplicó en el secuestro de Publio Cordón con la dueña de la casa de Lyon (Francia) para reconocer a los grapo José Manuel Ramón Teijelo y Manuela Ontanilla que la alquilaron en 1995.

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