Tercer Milenio

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investigación

La Universidad de Zaragoza albergará una tecnología puntera para investigar la tuberculosis

La UZ destinará 4,2 millones de euros, el mayor presupuesto hasta la fecha que la institución pública aragonesa ha otorgado a un proyecto único. 

Los investigadores José Antonio Aínsa y Santiago Ramón-García.
Los investigadores José Antonio Aínsa y Santiago Ramón-García.
Universidad de Zaragoza

Los requisitos de un ambicioso estudio de fármacos contra la tuberculosis convertirán a la Universidad de Zaragoza (UZ) en la única institución pública en Europa que cuente con una tecnología puntera en unas nuevas infraestructuras de nivel de seguridad biológico tipo 3.

En este entorno de máxima seguridad, que estará listo al año que viene en la Facultad de Medicina, los científicos trabajarán con más de una treintena de biorreactores, formados por unos cartuchos de forma cilíndrica en los que preparan el cultivo de la bacteria 'Mycobacterium tuberculosis' para ensayar con diversos fármacos.

Para habilitar el espacio necesario para estas investigaciones la UZ destinará 4,2 millones de euros, una cifra que se ha convertido en el mayor presupuesto hasta la fecha que la institución pública aragonesa ha otorgado a un proyecto único.

Así lo ha explicado el rector, José Antonio Mayoral, este martes en una rueda de prensa, donde ha estado acompañado por la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, y por los líderes del proyecto, que forma parte del consorcio internacional ERA4TB, formado por una treintena de socios de trece países.

A la cabeza del equipo aragonés se encuentran el profesor de la UZ José Antonio Aínsa y el investigador de la Fundación Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) de Gobierno de Aragón Santiago Ramón-García, quieres durante cinco años serán los encargados de coordinar los ensayos 'in vitro' de la iniciativa, junto con un grupo de 14 participantes y gracias a un presupuesto de 20 millones de euros.

El objetivo es que cuando las instalaciones estén a pleno rendimiento se puedan utilizar hasta 32 biorreactores, que permitan probar al mismo tiempo diversas combinaciones de antibióticos para combatir la que es en la actualidad la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo.

El rector José Antonio Mayoral, la consejera Maru Díaz,  la vicerrectora M. Blanca Ros, la directora ARAID, Teresa Gálvez, el decano de Medicina, Javier Lanuza y los investigadores José Antonio Aínsa y Santiago Ramón-García.
El rector José Antonio Mayoral, la consejera Maru Díaz, la vicerrectora M. Blanca Ros, la directora ARAID, Teresa Gálvez, el decano de Medicina, Javier Lanuza y los investigadores José Antonio Aínsa y Santiago Ramón-García.
Universidad de Zaragoza

Como ha explicado en la rueda de prensa de presentación del proyecto Ramón-García, la tuberculosis se tiene que tratar con una combinación de fármacos, no solo con un antibiótico, por lo que gracias a la nueva tecnología se podrán realizar muchas pruebas simultáneas para descubrir las mejores mezclas y su justa dosis.

"Es importante disponer de varios biorreactores de modo simultáneo porque entonces se pueden estudiar varias condiciones y combinaciones al mismo tiempo", ha señalado el investigador, en referencia al "ahorro" de tiempo que supone contar con unas instalaciones de nivel 3 de seguridad tan amplias, donde se pueden instalar tantos dispositivos.

Y aunque el trabajo que se realizará en los laboratorios zaragozanos solo corresponde a la fase 1 de pruebas de los fármacos, destinada a comprobar su seguridad, se trata un proceso "acelerado", que aspira a obtener conclusiones en estos 5 años, en vez de los 10-15 habituales en estos procesos.

Tal y como ha indicado por su parte Aínsa, habilitar una tecnología que hasta ahora no existía en un centro público europeo será "esencial" para los ensayos posteriores de la eficacia de esos medicamentos para la tuberculosis.

El investigador también ha hecho hincapié en la "sostenibilidad" de la inversión, ya que una vez acabado su proyecto las instalaciones habilitadas permitirán realizar muchas otras grandes investigaciones.

Algo con lo que ha coincidido el rector, quien ha manifestado que cuadruplicar la superficie destinada actualmente a estos niveles de seguridad es una apuesta más para fijar en la institución al "talento joven", que ha de contar con las mejores instalaciones.

Por el momento, el objetivo final de esta investigación será encontrar una combinación que permita unificar el tratamiento para la tuberculosis para todos los pacientes, ya que en la actualidad se observan resistencias al tratamiento estándar, que consiste en la administración de tres o cuatro antibióticos, todos ellos desarrollados hace más de 60 años.  

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