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La guerra abierta entre Netflix y las salas castiga a Aragón sin la última película de Scorsese

Solo 44 cines en toda España proyectan ‘El irlandés’. La plataforma deja un margen de apenas doce días entre el estreno en la gran pantalla y en internet.

Los veteranos Al Pacino y Robert De Niro, dos reclamos para el gran público, protagonizan la cinta.
Los veteranos Al Pacino y Robert De Niro, dos reclamos para el gran público, protagonizan la cinta.
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Un aragonés que quiera ver en pantalla grande la nueva película de Martin Scorsese tendrá que asumir, además del precio de la entrada, el coste del desplazamiento a Madrid o Barcelona. Porque ‘El irlandés’, protagonizada por Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci y aspirante a varias estatuillas en la próxima carrera por los Óscar, solo se proyecta en 44 salas de toda España... y ninguna está en la Comunidad.

La distribuidora de la cinta en España, Tripictures, anunció la semana pasada la lista de "cines seleccionados" en los que sí se puede disfrutar de este thriller sobre la ligazón entre el crimen organizado y el sindicalismo en Estados Unidos. Y la ausencia de varias ciudades despertó un fuerte malestar entre los cinéfilos. Desde la dirección de la empresa no han querido entrar en valoraciones y, preguntados por esta cuestión, se han limitado a transmitir que "se ofreció la película a todos los cines y fueron ellos, la inmensa mayoría, los que decidieron no proyectarla, la última decisión es siempre de los exhibidores".

"Se ofreció la película a todos los cines y la mayoría decidió no proyectarla. La última decisión es siempre de los exhibidores"

Y no es que el largometraje, de tres horas y media y 160 millones de dólares de presupuesto, no apunte a palomitero. El motivo de la insuficiente distribución no es otro que la guerra abierta entre Netflix, poseedora de los derechos, y las salas. "Los cines siguen funcionando bajo el sistema de las ventanas de explotación. Esto significa que tienen la exclusiva de una película durante un tiempo antes de que ésta se pueda distribuir por otros canales como la televisión comercial, el ‘streaming’ o el cable", resume Elena Capapé, directora del grado de Comunicación Audiovisual en la USJ y experta en la distribución bajo demanda, sobre la que versó su tesis doctoral. 

"Lo habitual es que esta ventana dure, al menos, tres meses. Es lo que se exige para poder rentabilizar el producto, ya que, aunque son datos que no trascienden, hay que tener en cuenta que las distribuidoras se llevan porcentajes por cada entrada vendida y que son especialmente altos el fin de semana del estreno y los días posteriores. A las dos semanas el producto es más rentable para los cines, por eso les interesa que las cintas duren en cartelera tres o cuatro semanas", indica la experta, quien recuerda que "Netflix, como plataforma, no depende de las salas sino de la distribución online, tanto del contenido que produce, cada vez de mayor calidad, como del que ofrece de forma licenciada".

"Los cines funcionan bajo el sistema de ventanas de explotación, teniendo la exclusiva de las películas durante meses antes de que puedan verse en otras plataformas"

Entonces, ¿por qué hay cines, algunos de ellos en localidades más pequeñas que Teruel, que sí la proyectan?La profesora apunta que "así lo acuerdan con los directores, que quieren ver sus obras en las salas". Además, "es necesario llegar a los cines para poder estar en la carrera por los Óscar, ese es el verdadero motivo por el que a Netflix le interesa que la película llegue a cartelera". En Madrid y Cataluña son varias las empresas que han comercializado el filme, ya que por población pueden rentabilizarlo. Algunas salas independientes han seguido su estela, aunque tendrán complicado sacar un rédito a tenor de que los abonados a la plataforma podrán verla desde el miércoles.

Una peor experiencia

El año pasado tampoco pudo verse en ninguna ciudad aragonesa ‘Roma’, de Alfonso Cuarón, una situación que pone una cuestión sobre la mesa:¿hasta qué punto están Zaragoza y Aragón fuera del circuito cinematográfico? La crítica de cine de HERALDO Carmen Puyó considera que "los trabajos de los grandes cineastas siempre han llegado a Zaragoza" y que "hay salas, como las de Aragonia, que ofrecen muchos y muy variados títulos que no tienen que ver exclusivamente con el cine comercial. No se verán los filmes de algunos directores, pero si miramos las carteleras de Madrid y Barcelona, tampoco es que ofrezcan muchos títulos más". 

Puyó sí cree, sin embargo, que la experiencia de los aragoneses no será la misma que la de aficionados al cine de otras comunidades: "Una gran pantalla de televisión, por muy de última generación que sea, nunca podrá sustituir el placer ni producir la magia que se dan cuando puedes ver una película en una buena sala, a oscuras, en silencio. Ese sigue siendo el gran poder del cine, y lo que nos sigue fascinando a quienes disfrutamos con el séptimo arte".

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