elecciones autonómicas

Cs veta a Vox, complica el pacto de derechas para la DGA y se abre a negociar con Lambán

Declina la propuesta de sentarse con los de Abascal que ha formulado el PP, su socio "preferente" pero no exclusivo

Aragón
José Manuel Villegas, secretario general de Cs.
Efe

Ciudadanos tensa la cuerda. Aunque mantiene como "socio preferente" al PP, aprobó este lunes por unanimidad que no se sentará a negociar gobiernos con Vox. La formación que lidera Albert Rivera acordó dejar una puerta abierta para, de manera excepcional, si no hay acuerdo con el PP, negociar con el PSOE si respeta su decálogo, que incluye la defensa de la unidad de España, bajadas de impuestos y el fin de los aforamientos. El veto a Vox pone en riesgo la posibilidad de un pacto del centroderecha en el Gobierno aragonés y la alianza conservadora que en el Ayuntamiento de Zaragoza podría dar la alcaldía al popular Jorge Azcón.

El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, reconoció este lunes que la situación en Aragón sigue "abierta", y que su formación sigue a la espera de que el líder socialista Javier Lambán confirme que acepta sus condiciones. Aunque en algunas de ellas, como las que se refieren a la unidad de España, el presidente aragonés en funciones estima que ya ha dado cumplida respuesta.

Más que "renegar" de Pedro Sánchez como decían la semana pasada, Cs pide a los socialistas que quieran negociar con ellos que ratifiquen un decálogo donde quede constancia de su defensa de la unidad de España y del Estado de las Autonomías "como garantía de un país de ciudadanos libres e iguales". Respecto a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, incluye la posibilidad de utilizarlo "en el caso de que el Govern siga sin acatar el orden institucional". Tanto el PSOE como el PP deben comprometerse, además, a suprimir Sucesiones en legados entre parientes directos, a incrementar el apoyo a las familias, a luchar contra la corrupción, con el cese inmediato de los cargos públicos imputados, y a suprimir los aforamientos.

La Tarjeta Sanitaria Única, la excelencia en la universidad, la defensa de los derechos de las personas LGTBI y un nuevo modelo de financiación más justo y sin privilegios para los nacionalistas figuran, también, entre los compromisos que deberían asumir las formaciones para pactar gobiernos con los del Rivera.

Ninguna de las medidas incluidas en el decálogo de Cs colisiona, de inicio, con los argumentarios del PP-Aragón ni con los del PSOE de Javier Lambán, que sí ha dejado claro a Ciudadanos que, en su caso, no tiene ninguna intención de renegar de Sánchez porque "no tiene que hacer demostraciones de su compromiso con España y con la Constitución".

Conforme avanzan las negociaciones y para acallar algunas voces críticas en el seno del partido., Cs empieza a dejar una puerta abierta a pactar con el PSOE, de forma excepcional. Luis Garicano, número uno de la lista europea y responsable económico del partido, celebró ayer en Twitter la decisión unánime de su ejecutiva para priorizar las reformas, rechazar la entrada de nacionalistas y populistas en los gobiernos y mantener al PP como "socio preferente, pero no exclusivo".

El veto a Vox en Aragón

El veto de Cs a Vox, que complica las opciones del centroderecha para gobernar Aragón, llegó, precisamente, el mismo día en el que Santiago Abascal advertía de que en su formación serán "razonables y flexibles", pero que "no admitirán" que les enseñen un documento como si se tratara de un "trágala". A los de Vox no les convence el pacto a la andaluza, el que Cs quiere extrapolar a Aragón, con apoyo a la investidura pero fuera del gobierno. Y los excluidos siguen sin concretar, a nivel autonómico, cuál es la postura que defenderán. Tanto el diputado Santiago Morón como Julio Calvo, concejal de Zaragoza, callan, a la espera de recibir instrucciones desde Madrid. Solo Calvo se saltó hace unos días el silencio oficial para confirmar que, en su caso, no tenía intención de frustrar un gobierno conservador.

Solo el candidato de Cs a la Presidencia de Aragón, Daniel Pérez Calvo, insistió en que el PSOE aún no ha hecho "ningún guiño" a su partido y siguió apostando abiertamente por un pacto de derechas. Todos los demás implicados en el tablero electoral regional optaron por la prudencia.

Nadie en el PP-Aragón quiso valorar que Cs rechazara su propuesta de mesa a tres con Vox, y la incidencia que tendrá en Aragón. Populares y Cs solo suman 28 escaños, lejos de la mayoría absoluta (34) para la que necesitarían un sí en la investidura de Vox (3) y del PAR (3). Tampoco el aragonesismo juega a su favor. Más bien todo lo contrario, por la empatía manifiesta que se profesan Arturo Aliaga y Lambán.

En el mutismo más absoluto quiso mantenerse este lunes Aliaga, que declinó hasta valorar los guiños que le lanzó Lambán, en una entrevista concedida a HERALDO, al considerar al PAR como un partido "imprescindible" y su presencia en el futuro gobierno, "necesaria". Si los aragonesistas siguen firmes en su postura, casi todos los partidos coinciden en que el PSOE-Aragón lo tendría casi hecho.

También Lambán opta por la discreción. La primera ronda de contactos que inició la semana pasada con los líderes de todos los partidos de Aragón, salvo con Vox, ya ha finalizado, y poco o nada ha trascendido del resultado.

El PP explorará este martes con Cs en Zaragoza y con Vox en Madrid la posibilidad de llegar a acuerdos de gobernabilidad en Aragón. Por el PP asistirán Luis María Beamonte y el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto. Por Cs, el secretario de Acción Institucional, José María Espejo, y los aragoneses Pérez Calvo, Sara Fernández y Ramiro Domínguez.

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