El veto expreso de Ciudadanos a negociar con Vox cualquier acuerdo de gobierno municipal o autonómico ha apaciguado las voces internas discrepantes, que no comulgaban con una estrategia global de pactar solo con el PP y que no cerrara la puerta a un entendimiento con el partido de Santiago Abascal.

Sí están más o menos cómodos con un pacto "a la andaluza", con Vox respaldando la investidura, pero para algunos dirigentes era muy difícil de tragar compartir una misma mesa de negociación con una fuerza política de ultraderecha.

Únicamente Luis Garicano, número uno de la lista europea y responsable económico del partido, ha mostrado más abiertamente sus diferencias en público, pero hay algunos dirigentes naranjas en su misma órbita.

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Garicano, a través de su cuenta de Twitter, ha aplaudido el acuerdo alcanzado este lunes por la Ejecutiva: "un buen acuerdo", ha dicho, que niega la entrada a nacionalistas y populistas y que señala al PP como socio preferente "pero no exclusivo".

Ayer mismo y en contra del criterio de la dirección, se mostró a favor de facilitar la continuidad de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona para cortar el paso a ERC.

Se alineaba así con Manuel Valls, cada vez más distanciado de la cúpula del partido naranja por no haber rechazado tajantemente cualquier tipo de acercamiento a Vox, aunque sea tangencialmente.

Otros miembros de la Ejecutiva cercanos al posicionamiento de Garicano, que fue uno de los que evitó la famosa foto de Colón con Santiago Abascal tras la manifestación en favor de la unidad nacional, han señalado que la reunión ha ido bien y que ha habido bastantes intervenciones

En cualquier caso, el acuerdo ha salido adelante por unanimidad y no plantea condiciones específicas al PSOE ni pide a los barones socialistas con los que se sienten a negociar que abjuren de Pedro Sánchez, como hace una semana sí planteaba la dirección.

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Y también se ha caído la exigencia de aplicar el 155 de manera inmediata en Cataluña, aunque es una propuesta incluida en el documento que se ha aprobado para negociar los pactos de gobiernos.

Aunque la cúpula de Cs no retrocede y sigue viendo muy difícil poder llegar a acuerdos con el PSOE, escenarios como el de Aragón son posibles después de que el PAR se haya cerrado en banda a acordar un ejecutivo con Vox, si bien fuentes de la formación naranja no quieren dar nada por hecho y apuntan que también existe la posibilidad de quedarse detrás de la barrera.

Sumarían también en Murcia con los socialistas y con el PP si les apoya Vox, la misma situación que en Castilla y León, donde saldría adelante un gobierno autonómico solo con el PSOE y en cambio, para pactar con el PP, tienen que tirar del respaldo del partido de Abascal.

Lo mismo en Madrid, donde, además, es la única comunidad en la que hay un veto expreso a pactar con el PSOE, aparte del cordón sanitario que la Ejecutiva impuso a Pedro Sánchez para negociar el gobierno de España.

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Ciudadanos tiene que negociar también en una veintena de frentes municipales importantes, empezando por la capital, y otras ciudades como Zaragoza, Alicante, Málaga, Las Palmas, Palma de Mallorca, Almería, León, Salamanca, Palencia, y Burgos.

Navarra queda un poco al margen de este acuerdo aprobado hoy, han señalado las mismas fuentes porque consideran a este territorio como una posible "excepción" donde podrían rebajar sus condiciones para atraerse el apoyo de los socialistas y evitar que el Ejecutivo foral dependa de los nacionalistas.

La coalición Navarra Suma (UPN, PP y Cs) fue la fuerza más votada el 26M y obtuvo 19 escaños frente a los 11 de los socialistas navarros que no tienen el aval de Ferraz para gobernar la comunidad con la abstención de EH Bildu.