Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Trabas para investigar

La burocracia corta el grifo de la financiación a los investigadores aragoneses.
La burocracia corta el grifo de la financiación a los investigadores aragoneses.
Krisis'19

El Gobierno de Aragón ha vuelto a incumplir su compromiso con la investigación aragonesa. La gestión de los fondos destinados a ello ha vuelto a caer en un agujero administrativo. ¿Recuerdan la ‘Orden del Departamento de Innovación, Investigación y Universidad (IIU) 31/2019, de 30 de enero, por la que se amplía el plazo máximo de resolución y notificación previsto en la Orden IIU/1141/2018, de 28 de junio, por la que se convocan subvenciones para el desarrollo de proyectos de I+D+i en líneas prioritarias de la RIS3 Aragón y de excelencia de carácter multidisciplinar para el período 2018-2020, cofinanciada por el Programa Operativo FEDER Aragón 2014-2020’? ¿Recuerdan que la consejera amplió su propio plazo para resolver? ¿Recuerdan los argumentos? Siento tener que insistir.

El 6 de mayo ha pasado a la historia. No se ha publicado ni resuelto ni asignado ninguno de los dineros previstos en la convocatoria. Salvo que se produzca una carambola administrativa, desde que termino de redactar estas líneas hasta su publicación, las promesas se han incumplido. Las grandes palabras, los ampulosos gestos de asignación de fondos para la investigación, la grandilocuente apuesta por ‘la Ciencia’ de nuestro país, de Aragón, se ha quedado en agua de borrajas. Se decía en 2016: «La ciencia y la tecnología son factores esenciales para el aumento de la riqueza y del bienestar de la sociedad. Es imprescindible, por tanto, que los poderes públicos diseñen y mantengan políticas adecuadas para estimular y gestionar la producción de nuevos conocimientos y su aplicación en todos los órdenes estructurales y funcionales de la sociedad». Se proponían cuatro compromisos, (1) con la sociedad y la comunidad científica aragonesas; (2) de estabilidad financiera; (3) de planificación y gobernanza; (4) con Europa. ¿Dónde están las obras que concretan esos acuerdos y esas palabras?

De manera informal, poco antes de vencer el plazo fijado por la propia Administración, se nos comunicaba que, debido a problemas de gestión y tramitación como consecuencia de la prórroga presupuestaria, no han podido resolver en fecha. También nos indicaban que tienen obligación de resolver, de manera que lo harán pero sin decirnos plazo aproximado. Personalmente, hice el ejercicio de llamar al teléfono de la consejería y preguntar. Las dos personas con las que hablé me dieron largas, sin saber qué decir.

Recapitulemos. La prórroga está vencida y no se ha resuelto el procedimiento en tiempo y forma. Como consecuencia directa, llevamos sin financiación estable más tiempo del que pueden aguantar nuestros frágiles equipos de investigación. Si se lanzó la convocatoria, tenía que haber crédito para ello. La Intervención de la propia Administración aragonesa tuvo que comprobar ese dato. Pero ahora se nos dice que el atasco está en la prórroga presupuestaria. ¿No será el problema la mala gestión de la Hacienda aragonesa? Nuestra deuda pública creció 292 millones de 2017 a 2018 que cerró con 8.251 millones de euros. Lo cual, por cierto, no se arregla con más impuestos.

¿Quién gestiona de forma tan incompetente? ¿Dónde están los responsables? ¿A quién pedir cuentas? Da la impresión de que hay más de un trilero jugando con la bolita, moviendo los papeles, mareando a quienes cumplimos las reglas y tomándonos el pelo. ¿O cómo si no interpretar los acontecimientos?

La situación actual es inaceptable. No hemos recibido ninguna comunicación oficial. Ni explicaciones rigurosas y mucho menos se ha pedido disculpas. No hay resolución ni concesión ni nada tangible. Para colmo, las elecciones autonómicas han llenado de otros silencios interesados el panorama. ¿No debería alguien del equipo de la consejera Alegría dimitir o, como mínimo, aclarar públicamente lo sucedido? Parece que da igual.

¿Por qué no protestamos? ¿Por qué no movemos un dedo para denunciar, defender y reclamar un cambio radical en este asunto? ¿Callamos porque nos cobrarán las críticas? ¿Prima la ‘omertá’ porque gobiernan los buenos? ¿Habría sido así con otros en el poder? Sin estabilidad financiera y agilidad administrativa se hace casi imposible investigar. Y así mal vamos.

Chaime Marcuello Servós es profesor de la Universidad de Zaragoza

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