PP Aragón

Beamonte cierra filas con Casado e insta a "recuperar el centro y huir de la radicalidad"

Carga contra Cs por querer "engullir" al PP y contra Vox por su "extremismo gesticulador", y critica la foto de Colón. Anuncia que los populares saldrán a ganar en Aragón y no a sumar el 26-M.

El líder del PP en Aragón y candidato a presidir la Comunidad Autónoma, Luis María Beamonte,
El líder del PP en Aragón y candidato a presidir la Comunidad Autónoma, Luis María Beamonte
Guillermo Mestre

El presidente del PP-Aragón, Luis María Beamonte, cerró filas con su líder nacional, Pablo Casado, y defendió un cambio de estrategia en el partido para "recuperar el centro político y huir de cualquier radicalidad". Cargó con dureza contra Ciudadanos por intentar sin éxito "engullir" al PP y contra Vox, al que tachó de "extremismo gesticulador", para insistir en que el PP-Aragón "debe salir a ganar y no a sumar" en las elecciones autonómicas y municipales. Tras cosechar el peor resultado de los populares en unas elecciones generales, que en la Comunidad se traduce en una caída del 45% de los votos y la pérdida de diez parlamentarios, Beamonte insistió en que el resultado será distinto el 26-M por la importancia de la implantación territorial, la entrada de más actores en el escenario político (PAR y CHA) y la buena valoración que los aragoneses harán de su papel en la oposición.

No era fácil intentar levantar el ánimo del centenar de cargos del partido que integran la junta directiva regional tras la debacle electoral del 28-A. Y más cuando entre ellos estaban históricos del PP que se han quedado sin escaño. Algunos no acudieron a la cita, y los que sí lo hicieron se encontraron un ambiente enrarecido. En una huida hacia adelante y con escasa autocrítica, Beamonte asumió de forma íntegra el viraje al centro que marcó el martes Pablo Casado, sus ataques a Ciudadanos y Vox y casi de forma íntegra su mensaje. Aseguró que el mal resultado no se debía en exclusiva a la gestión en los nueve últimos meses, sino que "venía de lejos". "Hemos pagado el precio de varios años de crisis, Cataluña y la corrupción", advirtió.

Los electores, como recordó el líder autonómico del PP, son "libres de votar a quien consideren oportuno" y el PP tiene la obligación de "conquistarlos". Más cuando "ni la socialdemocracia con apariencia liberal ni el extremismo gesticulador son el antídoto para solucionar los problemas de la política nacional". Eso de las tres derechas, continuó Beamonte, "es una falsedad" y ni Ciudadanos ni Vox son partidos en los que puede pivotar la gestión pública para solucionar los problemas de la política nacional. 

A pesar del sorpaso de Ciudadanos en Aragón, se mostró convencido de que los de Rivera "no sustituirán" al PP. La volatilidad política "existe", y a ella recurrió para reprochar a Cs que pasara de ser el más votado en Cataluña en diciembre de 2017 a la quinta fuerza política el 28-A. "Encima van de ganadores", ironizó. Acusó a los Albert Rivera de hacer posible "la aventura que está recorriendo Pedro Sánchez" y de intentar "engullir" sin éxito a los populares.

Al fenómeno Vox, que cosechó en Aragón 92.027 votos y un escaño al Congreso, intentó restarle importancia al asegurar que su irrupción les ha "obsesionado demasiado" y probablemente "no debió de ser así". Llegó a criticar, incluso, la foto de Colón en la que aparecieron juntos Casado, Rivera y Santiago Abascal, que "probablemente sobró". 

La estrategia política para el 26-M combinará el ‘Centrados en el futuro’ nacional con el ‘Piensa en Aragón’ autonómico. Y en "salir a ganar, convencidos de que podemos ganar", insistió Beamonte, que arrancó aplausos de la junta directiva regional en un par de ocasiones.

No ahorró críticas al referirse al PSOE de Pedro Sánchez, por los 23.000 millones que han costado las reformas de su "gloriosa campaña institucional a cargo del erario público". Ni contra Lambán, al pedir a sus cargos públicos un esfuerzo en el territorio para atraer a los votantes del centroderecha que quieran una alternativa al "gobierno radical de izquierdas" que ha presidido la Comunidad y que ha dedicado tres años a "cuestiones de índole orgánica y luchas internas". De cara a la opinión pública, la junta directiva cerró filas con Beamonte en una escenificación quizá demasiado idílica para la debacle histórica que sufrieron el 28-A y para las evidentes tensiones internas.

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