Ribera del ebro

Alrededor de 600 vecinos cortan la N-II en Villafranca para exigir la limpieza del Ebro

Los sindicatos agrarios han convocado este sábado la tercera concentración, tras las celebradas en Quinto y en Luceni.

Alrededor de 600 vecinos y agricultores de la ribera del Ebro volvieron a reclamar este sábado la limpieza del río para garantizar un futuro que les permita seguir en sus pueblos. Ataviados con sus característicos chalecos amarillos con lemas reivindicativos, y con una hilera de tractores como telón de fondo, llevaron su protesta hasta Villafranca de Ebro, como hicieran anteriormente en Quinto, primero, y en Luceni, hace un mes.

Los participantes, llegados de todos los municipios afectados por las crecidas del cauce, exigieron a las administraciones una "solución urgente" para retirar la vegetación y las gravas que se han ido acumulando en el río con el paso de los años. El buen tiempo animó a la participación y al organizarse en sábado la cita resultó masiva. El acto fue convocado por los sindicatos agrarios UAGA, Asaja, UPA, Araga y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias (FACA), en colaboración con el Sindicato de Riegos Acequia de Quinto, Federación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Ebro (Ferebro) y la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro (Asafre).

Los asistentes comenzaron a llegar al punto de encuentro junto a la N-II en el término de Villafranca a partir de las 10.00. Hasta la explanada frente a una antigua gasolinera los agricultores llevaron también tractores así como pancartas. Muchos acudieron con sus familias y en la convocatoria participaron personas de todas las edades. Había muchos niños, entre los más pequeños estaba Marcos, un pequeño de solo 5 meses que acudió desde Boquiñeni con sus padres, Jorge Carcas y Laura Martínez, y su abuelo Joaquín.

Asistieron también Ana Carot y su familia desde Quinto: "Vengo con mis hijos, Juanjo y Claudia, hermana, primos, tío y padre, y hemos estado en todas las concentraciones convocadas. Creo que la limpieza del Ebro es necesaria para que estos pueblos de la ribera no se mueran".

Para coger fuerzas, se repartieron bocadillos y bebida y, bajo un intenso sol, se procedió a cortar la carretera nacional, por espacio de diez minutos, y bajo la vigilancia de varias patrullas de la Guardia Civil. Dos pancartas guiaron el corto recorrido para volver a reclamar un mantenimiento adecuado del río Ebro que evite las riadas que causan graves daños económicos. Para finalizar, José Antonio Moreno, ganadero de Villafranca, leyó un manifiesto, donde se recordó que este territorio "ha soportado cinco riadas en los últimos 15 años", una situación "insoportable que condena al presente y al futuro de la vida en los pueblos". "La gente de esta tierra somos gente abnegada y callada, pero ha llegado el momento de decir basta. La situación no puede continuar así. Los pueblos ribereños no pueden seguir al albur sin que por parte de las administraciones implicadas se adopten las medidas necesarias para terminar, o al menos paliar, esa situación", dijo.

Muestras de apoyo

Entre los asistentes había muchos vecinos de distintas comarcas, miembros de las organizaciones convocantes, alcaldes, concejales y representantes de los principales partidos políticos.

"Pedimos la limpieza del Ebro, pero también la supervivencia del ‘homo sapiens rural’", ironizó el alcalde de Villafranca de Ebro, Roberto González. "Se nos tiene que hacer caso de una vez. No se puede mandar desde las grandes ciudades sin oír a la gente del pueblo". Otro de los responsables municipales presentes en el acto, el regidor de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, dijo que hay que "solucionar el problema" de los pueblos ribereños "intentando priorizar la gente y los cascos urbanos y después los medios de vida, que son la agricultura y la ganadería".

Para Alfonso Barreras, presidente de la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro (Asafre), el acto de Villafranca no va a ser el último. De hecho, este lunes está prevista una reunión de responsables de las organizaciones que impulsaron la protesta para constituir una mesa de trabajo en torno a esta cuestión que "preocupa a la población". "Defendemos nuestros pueblos, la vida de la ribera. El río puede ser cultural, deportivo, gastronómico, agroalimentario, que ya es, y residencial. El río lo soporta todo, pero cuando no se limpia, se enfada y pasa lo que pasa".

Por su parte, José Miguel Abenia, agricultor de Quinto y representante de UAGA en la Ribera Baja, puso de manifiesto que "pasan los veranos, que es cuando se puede actuar en el río, y no se hace nada". "Hemos decidido lanzar estas manifestaciones como advertencia: el río no coge el agua en el cauce y cada vez que viene una pequeña riada ordinaria se nos van a inundar todas las explotaciones". Y es algo, según subrayó, que "se está demostrando". Recordó que la solución "no es una cosa de un día para otro" pero "hay que persistir en la queja y que se conciencien las administraciones".

La misma opinión expresó José Manuel Roche, secretario general de UPA: "Año tras año vemos que se están destinando entre 20 y 30 millones de euros desde DGA y Administración central para arreglar infraestructuras, acequias, caminos e indemnizar a agricultores, y eso es tirar el dinero. La CHE tiene que tomar cartas en el asunto y pedir a la Unión Europea que autorice limpiezas puntuales para que el río pueda ir por su cauce habitual".

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