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Jaime Ferrer, premio nacional por sus 50 años recogiendo datos meteorológicos en Tamarite

Es agricultor de profesión y desde los 16 años está a cargo de una estación termopluviométrica. Su labor ha sido reconocida por el Ministerio para la Transición Ecológica con un premio nacional.

Jaime Ferrer
Jaime Ferrer, agricultor de Tamarite de Litera
Concha Silván

Jaime Ferrer es un agricultor de la localidad oscense de Tamarite de Litera de 68 años que lleva más de medio siglo recogiendo a diario la temperatura máxima y mínima y los datos de precipitación de la estación termopluviométrica que mantiene en su finca. Jaime es uno de los 300 colaboradores voluntarios que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene repartidos por Aragón y su labor ha sido reconocida este año con uno de los premios nacionales de colaboración que otorga el Ministerio para la Transición Ecológica.

En Aragón existen unas 300 estaciones, entre las automáticas -cerca de 60, unas 20 por provincia- y las de la red climatológica secundaria, de las que se encargan colaboradores voluntarios como Jaime. En toda España llegó a haber casi 6.000, aunque las que siguen funcionando en la actualidad no llegan a la mitad de esa cifra. “Lo que hacen la mayor parte de ellas es medir diariamente la temperatura máxima, la mínima y la precipitación. Esto, que puede parecer algo secundario frente a otros formas de medición es vital. Gracias a las mediciones recogidas por los colaboradores se ha podido construir una base física acerca del cambio climático”, explican desde la Aemet.

“Todo comenzó en los cursillos que hice en las oficinas de Extensión Agraria, a finales de los 60. Allí ofrecieron una estación meteorológica a quien quisiera llevarla de manera voluntaria. Y me presté a ello. La montaron y desde entonces he estado anotando datos”, cuenta el agricultor tamaritano.

Jaime recuerda que al principio solo reseñaba la precipitación pero “al poco tiempo comencé a recopilar también los datos de temperaturas, a mano. Y así lo sigo haciendo. Hace poco vinieron de la Aemet y me dijeron que, ya que los había registrado siempre así era mejor continuar de esta forma porque si ahora cambiamos por otro sistema podría alterarse la medición”.

En más de medio siglo, no ha fallado ningún día a su compromiso de dedicar tiempo al tiempo. “Me fui a la mili en el 72 y, como la hice en Huesca, los fines de semana siempre venía para tomar los datos. Mi madre se encargaba entre semana y cuando venía de permiso ordenaba las tarjetas para mandarlas a la Aemet”, explica.

Tras finalizar el servicio militar, Jaime contrajo matrimonio y desde entonces, en los momentos en los que sus obligaciones en el campo o con la ganadería no se lo permitían, su mujer y su madre le echaron una mano con la estación. “Y después también me han ayudado las hijas”, añade.

El martes acudirá a Madrid para recibir el premio por su colaboración con la Agencia Estatal de Meteorología en un acto que presidirá la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. “Hace mucha ilusión que te reconozcan este trabajo, aunque no sé si es merecido”, dice con modestia.

Mientras, entre los actos que tendrán lugar en Aragón con motivo del Día Meteorológico Mundial, Joaquín Barberán Fandos, de Calanda; José Sierra Catalán, de San Mateo de Gállego; y Joaquín Juan Campanals, de Cretas, también serán reconocidos por esta misma contribución en la red secundaria de estaciones meteorológicas.

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