Joaquín Santos: "La mayoría de menores migrantes tienen un comportamiento correcto"

El director gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) reconoce la llegada a la Comunidad de chicos con problemas de conducta, pero no cree que haya motivos para la alarma.

Joaquín Santos reclama un mayor compromiso económico del Gobierno central.
Joaquín Santos reclama un mayor compromiso económico del Gobierno central.
Toni Galán

El consejero de Presidencia, Vicente Guillén, reconoció que la llegada de menas (menores extranjeros no acompañados) a la Comunidad es un problema, ¿comparte esta opinión?

Estamos inmersos en un fenómeno social, ligado a los procesos de migración, y al tratarse de menores las comunidades autónomas tenemos la obligación por ley de darle protección. La mayor parte de estos jóvenes se comportan correctamente y tienen un proyecto migratorio, vienen a España a intentar establecerse y buscar un futuro. Con aquellos con actitudes inadecuadas trabajamos en colaboración con la Fiscalía, la judicatura y las fuerzas de seguridad.

Los conflictos que han protagonizado han trascendido en las últimas semanas, ¿ha cambiado el perfil de los que llegan?

De la mayoría de estos chicos extranjeros no tenemos información cuando llegan. En los últimos tiempos nos hemos encontrado con algunos con conductas incorrectas. Ya contábamos con un centro de atención terapéutica para atender a este perfil de jóvenes, siempre de acuerdo con la fiscalía porque estamos hablando de medidas correctoras. En los últimos meses hemos abierto otro dispositivo similar para ampliar plazas. A veces también se identifica un comportamiento inadecuado con un hecho delictivo, se genera rumorología y se crea alarma social.

En diciembre del año pasado había 223 menas tutelados por la DGA. El número sigue subiendo.

Estaremos rondando los 240.

Algunos de estos chavales han tenido que dormir en comisaría.

Es un hecho muy puntual que también ha ocurrido en otras comunidades. Nosotros contamos con un servicio de urgencia de educadores que atienden casos de menores en cualquier zona de Aragón y se puede dar la circunstancia de que que los llamen para un traslado y estén ocupados.

¿Todas las comunidades están cumpliendo con su obligación de atender a estos menores?

Creo que todas las administraciones públicas estamos actuando con mucha responsabilidad y conforme surgen nuevas necesidades vamos poniendo en marcha recursos nuevos.

¿Por qué conciertan las plazas con organizaciones sociales?

Es la forma más rápida de contar con recursos con todas las garantías de una contratación pública. Buscamos una respuesta urgente y estas entidades sociales nos dan una solución casi inmediata.

¿Con qué entidades cuentan?

Trabajamos con todas las entidades que históricamente tienen que ver con la atención a menores. Hemos empezado a colaborar con otras que ya trabajaban con migrantes porque necesitábamos ampliar la mirada para abordar esta dimensión. Tenemos que preservar la privacidad de los menores y normalmente la publicidad genera dificultades en la propia atención educativa.

Podemos ha denunciado que en la última orden sobre atención residencial de niños aparece por primera vez la figura del auxiliar de educación, mientras que hasta ahora era el educador social el que desempeñaba esta labor. Critica que supone una precarización y abaratamiento.

No estamos abaratando nada. Es una profesión que ya estábamos utilizando en nuestros propios centros. Hay algunas tareas que no es imprescindible que lleve a cabo un educador social, como puede ser el acompañamiento a la escuela o a un centro de salud.

¿Qué les ha llevado a ubicar algunos centros o pisos de acogida en pequeñas poblaciones?

Tenemos experiencias exitosas en pequeñas poblaciones con menores de aquí. Estos chicos buscan un desarrollo laboral y en el medio rural pueden encontrar oportunidades laborales que les satisfagan.

¿Le preocupa que otras localidades pidan su cierre?

Siempre que aparece un fenómeno nuevo como este se generan todo tipo de miedos y alarmas. Espero que a medio plazo todo acabe encajando.

¿Han detectado la llegada de menas con el billete pagado?

La mayoría de estos chicos llegan por autobús y han pagado un billete, pero nunca me atrevería a decir que una administración o un funcionario se lo ha financiado. Ellos manejan algo de dinero. Si están tutelados reciben una propina para sus gastos, como cualquier otro menor español tutelado o un adolescente en su familia.

Cuando descubren que un menor está tutelado en otra comunidad ¿se le devuelve?

Nos ponemos en contacto con la comunidad de procedencia y el centro en el que estaba y les avisamos. para ponernos de acuerdo sobre el viaje. En este caso sí les compramos un billete. No se han dado muchos casos.

¿Y ha regresado alguno de esta forma a Aragón?

De momento, que yo sepa, no.

¿Ya han cobrado los 336.000 euros que le correspondían a Aragón de los 38 destinados a sufragar la atención a menas?

Se recibieron a finales del año pasado. Ya hemos trasladado varias veces al Gobierno español que tiene una responsabilidad económica mayor en este tema.

El proyecto de presupuestos de Pedro Sánchez incluye por primera vez una partida de 30 millones para menas ¿suficiente?

No, en absoluto. Con el Gobierno de Zapatero se establecieron unos cupos con unas cuantías económicas pagadas por menor al año. Habría que hacer algo parecido ahora para encontrar una solución.

"Los pisos con jóvenes de 17 años no están dando problemas"

Los menores extranjeros no acompañados (menas) más jóvenes son los que están involucrados en los conflictos que han puesto el foco sobre este colectivo, como fue el caso que provocó el cierre de dos pisos de Borja porque retuvieron a una cuidadora. El gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Joaquín Santos, asegura que los pisos de transición a la vida independiente que se han puesto en marcha para los chicos de 17 años o más "no están dando problemas". Estos jóvenes, explica Santos, están supervisados por profesionales pero no las 24 horas, mientras los adolescentes de entre 14 y 16 años sí están vigilados continuamente. Todos tienen libertad para salir y entrar, aunque se les ponen unos horarios. "No están en un régimen cerrado, sino en un centro abierto. En la calle nosotros no podemos tener sobre ellos ningún control y cuando no vuelven lo ponemos en conocimiento de la policía, como haríamos si ocurriera en nuestra familia", asegura Santos.

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