Un récord muy preocupante

Aragón, con el 35%, es la Comunidad con más kilómetros peligrosos en las carreteras estatales, seguida muy de lejos por Cataluña y Asturias, ambas con el 16%. No es extraño, pues, que la aragonesa sea una de las autonomías donde este año ha crecido el número de muertos por accidentes de tráfico. Es preciso que el Gobierno central, responsable de estas vías, actúe inmediatamente para cortar esta hemorragia que siega vidas de forma tan dolorosa.

Más de 3.000 kilómetros de la Red de Carreteras del Estado tienen un riesgo elevado o muy elevado de accidente grave o mortal, según el estudio Euro RAP 2018 que cada año analiza la accidentalidad viaria. Del total, el 35% de esas vías con riesgo se encuentran en Aragón. Huesca es, un año más, la provincia con más tramos de riesgo alto o muy alto de accidentalidad, con un 52% de kilómetros, seguida de Teruel, con un 43%. Ayer mismo, un camionero resultó herido en un accidente ocurrido en la N-232 a la altura del cruce de Gallur. Precisamente la N-232 y la N-II son las dos carreteras nacionales de vía única que más vidas se han cobrado en los últimos años en Aragón. Y son también las que acumulan desde hace demasiado tiempo muchas promesas incumplidas por parte de diferentes ministerios de uno y otro signo político para su arreglo y su desdoblamiento. El tramo aragonés de la N-II forma parte de uno de los principales ejes nacionales de comunicación, pero su mal estado ha provocado un rosario insufrible de accidentes mortales. El Ministerio de Fomento tiene la obligación de poner en marcha, cuanto antes, una solución. Lo mismo ocurre con la N-232. Urge una respuesta de la Administración central para acometer una mejora integral de la red viaria para rebajar una cifra de accidentes inaceptable. Es lamentable que un año más Aragón sea, y con diferencia, la Comunidad con más kilómetros peligrosos en las carreteras.