Raquel Esteban: "Nunca confiaron menos en mí por ser mujer, pero hubo hombres que no soportaron estar a mis órdenes"

A Raquel Esteban la poseyó la leyenda de los Amantes. O eso cree ella, pues solo así es capaz de explicar de dónde le vino la fuerza en 1996 para liderar una fiesta popular en torno a la recreación de la trágica historia medieval de Isabel de Segura y Diego de Marcilla que transformó el gélido febrero turolense en el mes más apasionado y turístico del año.

¿Se imaginaba que aquella decena de personas con atuendo medieval que bailaba tímidamente en la plaza de la Marquesa durante la primera edición de Las Bodas de Isabel se convertiría en la multitud que ahora abarrota las calles?

Pues sí. Porque lo había soñado y en mi sueño lo visualicé así. Más vértigo me produjo que aquella imagen antigua onírica se hubiera materializado.

¿Predestinada para revivir el mito?

No sé. Creo que la historia de los Amantes, con momentos gloriosos, pero en aquellos años totalmente deslegitimada aunque siempre presente en el subconsciente colectivo de Teruel, necesitaba un elemento catalizador y ahí estaba yo, con mi perfil soñador y psicológico, con mi mundo interior y mis raíces intelectuales y artísticas.

¿Tuvo que luchar contra muchos derrotistas?

Sí. Algunos me miraron como si estuviera loca perdida; otros me decían: "¡Oh, que interesante! pero parece mentira que seas de Teruel, donde no se celebra ni el carnaval"; y otros que "muy chulo pero no va a salir nunca". Solo unos pocos amigos y la Asociación de Mujeres Empresarias pensaron que igual sí era buena idea. Yo nunca me quedé con el no.

¿Confiaron menos en usted por ser mujer?

El patronato de Las Bodas, con instituciones y entidades empresariales que son mis jefes directos, no, nunca. Pero sí ha habido hombres que no soportaban estar a las órdenes de una mujer. Seguro que en algunos sectores no se me llama, no se me invita o no se me pregunta por ser mujer, pero no soy consciente.

¿Hay igualdad de género en el mundo de la recreación histórica?

Las Bodas han contribuido mucho a ello. Hasta entonces, la recreación histórica era casi siempre bélica y con la mujer en la sombra, al igual que en la historia. En mi equipo, y no es intencionado, somos siempre mujeres tanto en la dirección como en la organización, sin poner veto a los hombres. Una fiesta tan potente sobre el amor y las emociones, en la que a la vez se trabaja la historia, es rara en el mundo de la recreación.

Se licenció en Bellas Artes, es doctora en Historia Medieval y estudió danza clásica. ¿Todo le ha sido útil para poner en marcha Las Bodas?

Sí, algunos de los estudios los hice en paralelo con la fiesta medieval, porque necesitaba saber cada vez más y tener más información.

¿La recreación de los Amantes fue una oportunidad en su vida o torció sus planes?

Soy muy creativa, si no hubiera hecho las Bodas habría hecho cualquier otra cosa, pero nada en el mundo me habría hecho aprender tanto de lo humano y lo divino como representar en la calle la historia de los Amantes. También me ha permitido dirigir un congreso internacional de recreación histórica, inventarme el proyecto ‘Europa enamorada’, poner en escena La Partida de Diego o la vida de Teruel en la época modernista.

Es la presidenta de la Confederación Europea de Recreaciones Históricas. Igual hasta es la primera mujer en el cargo.

Si no la primera, de las pocas que lo han sido. Ahí sí que noto miradas de sorpresa cuando voy por Europa. En estos cargos grandes se esperan a un hombre.